10Jul. 13
Los pacientes tributarios de la cirugía robótica son los que presentan cáncer sin diseminación fuera de la cápsula prostática y que tienen una buena potencia sexual antes de la cirugía.
Estudios internacionales demuestran que la cirugía robótica utilizada en el tratamiento del cáncer de próstata consigue mejores resultados en la conservación de la continencia urinaria, la conservación de la función sexual y en la disminución de complicaciones en el postoperatorio. “La mayor precisión de movimientos, la visión en tres dimensiones y la ampliación de la imagen en diez aumentos que aporta el robot son los factores determinantes que hacen que la cirugía robótica sea superior a la convencional en el cáncer de próstata”, explica el Dr. Francesc Vigués, jefe de sección del Servicio de Urología del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB). “Al mismo tiempo, estos resultados refuerzan la hipótesis de que la eficacia de las intervenciones con sistema quirúrgico robotizado compensa los elevados costes de adquisición, mantenimiento y material fungible de este equipamiento», añade.
Hasta ahora, en el Hospital Universitario de Bellvitge se han llevado a cabo 150 cirugías radicales de próstata con asistencia robótica. “Del total de enfermos afectados de cáncer de próstata tributario de postatectomía radical, un 60% de casos han sido operados con cirugía robótica”, asegura el Dr. Vigués. “Seleccionamos como pacientes tributarios de prostatectomía radical robótica aquellos que presentan un cáncer sin diseminación fuera de la cápsula prostática y con una buena potencia sexual antes de la cirugía, ya que son susceptibles de beneficiarse más de la mayor precisión del uso del robot”, añade.
Asimismo, la evolución del postoperatorio inmediato es superponible a la obtenida con la cirugía laparoscópica. La recuperación de la continencia urinaria es más rápida y la conservación de la función sexual es superior a los operados con cirugía abierta o laparoscópica. En este sentido, un análisis de las 46 prostatectomías radicales robóticas practicadas en el HUB en 2012 revela que no se han registrado complicaciones ni durante la cirugía ni en el postoperatorio inmediato. El análisis también revela que la media de edad es de 57 años y la media de estancia hospitalaria de 48 horas. Los resultados conseguidos por el HUB han sido corroborados por la Agencia de Información, Evaluación y Calidad en Salud en el estudio Monitorización de la cirugía robótica Da Vinci en Cataluña, resultados preliminares (octubre de 2012), y forman parte de un estudio prospectivo del HUB actualmente en marcha, con el apoyo de una beca FIS, sobre el impacto de esta intervención en la calidad de vida de los pacientes y en la recuperación funcional posquirúrgica.
“La robótica ha revolucionado la cirugía mejorando la precisión de las intervenciones y reduciendo el tiempo de recuperación postoperatoria. Aunque todavía es un campo en pleno desarrollo, el esfuerzo de crear y mantener un programa de cirugía robótica es una buena inversión de cara a un futuro muy inmediato”, asegura el Dr. Vigués.
Según datos del Departament de Salut, el cáncer de próstata es el tumor más frecuente en Cataluña en hombres, con 4.258 casos anuales (el 21,3% de todos los tumores detectados en hombres). Estos datos revelan que uno de cada seis hombres desarrollará un cáncer de próstata a lo largo de su vida. Así pues, el cáncer de próstata se trata del tercer cáncer masculino más mortal en términos absolutos, con 803 defunciones al año.
En 2009, el Hospital de Bellvitge inició, con el apoyo del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), su programa de cirugía robótica con el sistema Da Vinci. El robot Da Vinci es una plataforma con cuatro brazos mecánicos para el manejo de instrumental quirúrgico mínimamente invasivo y de una cámara endoscópica de alta definición. Los brazos están conectados a una consola donde el cirujano se sienta, ve el campo quirúrgico en tres dimensiones, y controla el instrumental y la navegación con los brazos y pies de forma más precisa que si lo hiciera manualmente, evitando así posibles temblores o imprecisiones. El HUB fue el segundo centro de Cataluña en dotarse de este equipamiento, del que también disponen, actualmente, el Hospital Universitario Vall d’Hebron, la Fundación Puigvert, el Centro Médico Teknon y el Hospital Quirón.
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