La crisis está limitando el acceso a los nuevos fármacos

Denuncian que se está anteponiendo un criterio económico por encima de un criterio médico-científico que busque el beneficio y la seguridad de los pacientes. Hablamos por ejemplo de pacientes anticoagulados, enfermos de cáncer de próstata y de hepatitis C.

La Fundación de ciencias del medicamento y productos sanitarios (Fundamed) y la Alianza General de Pacientes (AGP) han celebrado la mesa redonda “el impacto que tiene la crisis en el acceso a los nuevos tratamientos en Cataluña” en el Col•legi de Farmacèutics de Barcelona.

Este encuentro ha reunido a reconocidos especialistas y representantes de asociaciones de pacientes de los ámbitos hepatitis C, anticoagulación y cáncer de próstata, con el objetivo de compartir y denunciar cómo los recortes sanitarios están influyendo en la salud y calidad de vida de los pacientes afectados de estas patologías y no están recibiendo los tratamientos más innovadores disponibles en el mercado.

En este sentido denuncian las desigualdades entre Comunidades Autónomas y la falta de protocolos científicos y criterios de prescripción de los nuevos tratamientos unificados y consensuados con las sociedades médicas y asociaciones de pacientes.

Asimismo reconocen que los recortes económicos se están haciendo en términos de coste y no de eficiencia y denuncian que se está anteponiendo un criterio económico por encima de un criterio científico que busque el beneficio y la seguridad de los pacientes.

Los anticoagulados catalanes sin acceso a los nuevos tratamientos

En Cataluña se producen casi 15.000 ictus cada año. De estos, 1 de cada 3, casos se podrían evitar, si se apostase por implementar estrategias y políticas activas orientadas a diagnosticar a tiempo los factores de riesgo que pueden desembocar en ictus, así como prevenirlo con un tratamiento anticoagulante preventivo. Lo cual se traduce en que sólo en Cataluña se podrían evitar 5000 ictus cada año.

Sin embargo, la actual situación económica y los últimos ajustes presupuestarios están impidiendo que los pacientes reciban las últimas innovaciones. En este sentido el especialista en neurología del Hospital Mutua de Terrassa, Dr. Jerzy Krupinski, ha afirmado que en Cataluña “se intentó frenar la prescripción de estos nuevos tratamientos anticoagulantes alegando excusas científicas cuando en realidad son económicas”.

De esta forma critica que “aunque sí es cierto que por ejemplo dabigatrán etexilato tiene un coste superior al Sintrom, la diferencia no es tanta. El Sintrom supone al año entre 450-700€ por paciente, mientras el coste de dabiagatrán extexilato es de unos 1000€” ha afirmado el Dr. Krupinski quien ha resumido que “en términos de beneficio para el paciente, no hay tanta diferencia económica entre Sintrom y Pradaxa”.

Así ha concluido asegurando que “estas limitaciones están haciendo que entre 100.000 y 150.000 pacientes anticoagulados catalanes no están siendo tratados con los últimos tratamientos anticoagulantes”.

Asimismo el Dr. Krupinski ha insistido también en ”la necesidad de optar por estrategias y políticas activas que miren a largo plazo y que aboguen por reformar tanto el diagnóstico precoz de las causas que provocan el ictus como la fibrilación auricular, y apostar por ofrecer tratamientos preventivos más eficaces para reducir el número de ictus, dado que se trata de la segunda causa de muerte en España y la primera causa de discapacidad grave en los adultos”.

Por su parte, Carme Aleix, presidenta de la Federación Española de Ictus y de la Asociación Catalana de Personas con Accidente Vascular Cerebral (AVECE- ICTUS), ha asegurado que en este contexto “se ha excluido del sistema a los pacientes”. Así Carme Aleix reclama “la falta de transparencia de previsión y de prevención de la administración” y critica que no se mire por el bien del paciente sino por el bien económico, se trata de vidas humanas y problemas familiares graves”.

“A pesar de que los nuevos tratamientos anticoagulantes son más efectivos y por lo tanto ayudarían a reducir el número de ictus en Cataluña y las muertes asociadas, no se están prescribiendo porque son más caros”. Y continúa asegurando que “el médico debería mirar por el bien del enfermo y debería recetarle el medicamento que le aportase un mayor beneficio sin estar condicionados por intereses económicos, pero la realidad demuestra que no es así”.

Enfermos de Hepatitis C, sin tratamiento

En el ámbito de los pacientes con hepatitis C, el Dr. Ricard Solà, jefe de la Sección de Hepatología del Hospital del Mar de Barcelona, ha afirmado que “a diferencia de otros virus, la hepatitis C se puede curar con dos nuevos tratamientos que han salido”.

“La hepatitis C es una enfermedad que sin tratamiento puede evolucionar en fibrosis y hasta en cáncer y es importante tratarla a tiempo para evitar estas situaciones”. Sin embargo el Dr. Solà critica que “aunque la Agencia Española del Medicamento y el Ministerio de Sanidad han aprobado nuevos fármacos que curan esta enfermedad, no se están prescribiendo como se debería por su elevado coste que está asociado a su beneficio, cura la hepatitis C”.

En este sentido critica que en España contamos con “17 sistemas nacionales de salud” y que los pacientes según donde vivan pueden recibir o no este tratamiento. “Existen desigualdades entre las Comunidades Autónomas y hasta entre los propios hospitales de una misma ciudad porque no existe un criterio de prescripción consensuado, unificado y aprobado para todos igual, por lo tanto nos encontramos ante desigualdades” critica el Dr. Solà.

Concluye afirmando que es necesario unificar el criterio de prescripción para que los pacientes tengan un acceso igualitario y sentencia que “entre 1700 y 1800 pacientes con hepatitis C no están siendo tratados con los últimos tratamientos”.

Limitaciones en el acceso a los nuevos tratamientos del cáncer de próstata

Por su parte el Dr. Agustí Barnadas, especialista en oncología del Hospital de Sant Pau de Barcelona, ha corroborado que “diversos fármacos que representan innovaciones terapéuticas se han encontrado con diversos impedimentos para ser prescritos que muchas veces no tienen razón de ser”. En este sentido ha criticado que las decisiones se han tomado desde el punto de vista administrativo y que a menudo son difíciles de sostener porque “lo han hecho sin contar con la representación de asociaciones de pacientes o sociedades científicas” ha afirmado.

Asimismo el Dr. Barnadas ha criticado las diferencias entre hospitales en la aprobación y prescripción de los nuevos tratamientos para el cáncer de mama o cáncer de próstata. En este sentido, el Dr. Barnadas reprocha a la administración que “aunque se han aprobado nuevos fármacos porque son más eficaces, éstos tienen un coste más elevado y a menudo son difíciles de financiar porque no se ha aumentado el presupuesto. Por lo tanto, no es que se haya prohibido su prescripción, pero sí nos encontramos ante una situación en la que existen una serie de limitaciones administrativas que nos impiden recetar los nuevos tratamientos”.