La dermatitis atópica y sus consecuencias

La mitad de los niños con dermatitis atópica desarrollará en un futuro enfermedades alérgicas como asma, rinitis o rechazo a alimentos. Y es que la dermatitis atópica es la primera manifestación de la Marcha alérgica o atópica, un estado en el que se van sucediendo, una tras otra, diferentes enfermedades alérgicas.

Alrededor del 15 por ciento de la población general padece dermatitis atópica, pero su prevalencia es mayor en los niños ya que es la enfermedad crónica de la piel más importante a estas edades. Hasta un 30 por ciento de los niños con dermatitis atópica experimenta tristeza, frustración y se sienten diferentes, por lo que es prioritario abordar de forma multidisciplar esta patología tanto en el ámbito socio sanitario como familiar.

La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad de la piel que cursa en brotes recurrentes y que se caracteriza por la aparición de lesiones de enrojecimiento e inflamación de la piel, de sequedad y descamación en placas, y, sobre todo, de intenso picor. De hecho, el picor suele ser tan agudo que llega a ser insoportable, alterando el sueño y el carácter.

En España, los expertos estiman que entre el 10 y el 15 por ciento de la población general padece DA, y en los menores es la enfermedad crónica de la piel más frecuente, ya que la sufren hasta un 20 por ciento de los niños. Lo más frecuente es que aparezca en la época de lactante, ya que en un 60 por cientode los casos debuta en el primer año de vida, y antes de los cinco años en el 85 por ciento de los pacientes. Ello conlleva que el 20 por ciento de las consultas de dermatología pediátrica se corresponden con esta enfermedad.

Con la edad, los síntomas así como sus localizaciones varían. “En el lactante es característica la afectación de la cara, las mejillas, el cuello y el dorso del cuerpo. Las lesiones son más rojas e inflamatorias y persisten hasta los dos o tres años. En el niño, las lesiones predominan en las superficies de flexión de forma simétrica: detrás de las rodillas, delante de los codos, detrás de las orejas. Y ya de adulto, las lesiones se vuelven secas y con tendencia al engrosamiento de la piel”, explica la Dra. Eva Escribano, pediatra de atención primaria y miembro de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).

No obstante, en todos los casos de DA existe una inflamación crónica de la piel, que permanece de manera silenciosa y asintomática, hasta que se produce una fuerte reacción por la presencia de estímulos variados como el frío, calor, cambios de temperatura, ropas, roce, jabones, infecciones, ejercicio, nerviosismo, etc. Estos estímulos no causan la dermatitis atópica, sino que actúan sobre una piel ya reactiva, como simples desencadenantes.

** Marcha atópica**

La dermatitis se llama atópica porque aparece más fácilmente en personas que tienen atopía, es decir, una predisposición individual y generalmente hereditaria para desarrollar enfermedades de origen alérgico como son la rinitis alérgica, la conjuntivitis alérgica, la alergia a alimentos y el asma alérgico. De hecho, se identifica a la dermatitis atópica como la primera manifestación de la llamada Marcha alérgica o Marcha atópica, un estado en el que van apareciendo una tras otra varias enfermedades alérgicas.

Los expertos vaticinan que alrededor del 50 por ciento de los niños con dermatitis atópica desarrollará enfermedades alérgicas. Hoy por hoy, “el porcentaje de niños con dermatitis atópica que posteriormente desarrollarán asma es aproximadamente del 30 por ciento y los que desarrollarán rinoconjuntivitis alérgica del 35 por ciento. Este hecho se debe a que muchos niños con dermatitis atópica grave tienen sensibilización, es decir anticuerpos IgE específicos frente a alimentos (huevo, leche) como a neumoalergenos (polen, ácaros, hongos)”, continua la Dra. Escribano.

Actualmente, los expertos tienen claro que, en el origen de la DA, hay una base genética sobre la que se producen alteraciones entre ellas algunas de tipo inmunológico. Pero todavía no se ha determinado el modo de transmisión de padres a hijos, aunque sí está demostrado que si uno de los padres sufre dermatitis atópica, el bebé que va a nacer presentará un 40 por ciento de posibilidades de padecerla; mientras que, si son enfermos los dos progenitores, este riesgo se eleva a un 80 por ciento”.

Y sobre esta base, que da lugar a individuos genéticamente susceptibles, influye de manera determinante tanto en la gravedad como en la evolución de la enfermedad los factores ambientales, como el clima, la alimentación, contaminación, la exposición temprana a pólenes, ácaros, etc. “Es una enfermedad ligada a nuestro sistema de vida. Es más frecuente en países desarrollados y en ambientes urbanos. Aunque se da en todas las razas y se presenta por igual en ambos sexos”, explica el Dr. José Carlos Moreno, presidente de la Academia Española de Dermatologías y Venereología (AEDV) y jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Reina Sofía de Córdoba.

Alergias alimentarias

En las personas atópicas se pueden dar dos o incluso tres enfermedades atópicas a la vez. Suelen comenzar su infancia con dermatitis atópica combinada con alergia a alimentos, y según se van haciendo más mayores presentar alergias a inhalantes y síntomas de asma y de rinoconjuntivitis.

La frecuencia de alergia a los alimentos varía según la edad de niño. En conjunto el alimento más frecuente es el huevo seguido de la leche y menos frecuentemente el trigo u otros cereales. Cualquier alimento puede ser alergénico, en nuestro medio los frutos secos -como la nuez-, las leguminosas -como el cacahuete- y otros, tales como pescados y legumbres, son alimentos causantes de alergia. “Con la alergia al huevo ocurre un fenómeno. Hay niños con DA que cuando nacen ya tienen anticuerpos frente al huevo. Las proteínas del huevo que la madre ingiere atraviesan la placenta y pasan al feto. Este feto está genéticamente predispuesto a padecer alergias y ya en el seno materno forma anticuerpos”, explica la Dra. María Anunciación Martín Mateos, especialista en inmunología y alergia pediátrica del Hospital San Juan de Dios y Hospital Clínico de Barcelona. Por eso, es importante hacer un estudio de tolerancia al huevo en estos niños, porque pueden tener una reacción grave, que pasa por generar brotes de dermatitis atópica, urticaria, edema en la cara y –en los casos más graves- anafiláxia.

En la actualidad entre el 6 y el 8 por ciento de todos los niños de cualquier edad sufre alguna alergia alimentaria, y con una tendencia a incrementarse. Sin embargo, en los niños con DA el porcentaje se dispara. “El 80% de los niños con DA tiene una IgE total elevada -la igE constituye los anticuerpos que van a dar lugar a la reacción alérgica- y de ese 80 por ciento de niños, la mitad tiene ya una sensibilización. Es decir, tienen la posibilidad de desarrollar una alergia alimentaria”, concluye la Dra. Martín Mateos.

Impacto psicológico, económico y familiar

La calidad de vida de las personas, y especialmente de los niños, con dermatitis atópica y la de sus familias se ve alterada por la enfermedad. El picor es el síntoma que más molestias provoca: irritabilidad, alteración del sueño y falta de concentración en la escuela o el trabajo. Otro problema son los eccemas o lesiones de la piel, muchas veces en zonas expuestas del cuerpo y a la vista.

“Los niños refieren vergüenza, algunos dicen que en alguna ocasión han sido rechazados por tener miedo al contagio y esto compromete las relaciones con los amigos. Refieren además tener problemas con la ropa que pueden ponerse, con los juegos, deportes y actividades del tiempo libre que realizan. Se sienten objeto de bromas…” explica la representante de la AEPap.

Una encuesta europea llevada a cabo por Opinion Health sobre el impacto de la dermatitis atópica, que contó con la participación de 1.600 padres de niños con eczema (200 de ellos españoles), desveló que el 68% de los progenitores con hijos que padecen dermatitis atópica moderada o grave afirmaron que la enfermedad tenía un efecto negativo en la autoestima de sus hijos. Un 23,3% de los padres indicó que sus hijos experimentaban frustración, y un 32% percibió que se sentían diferentes a los demás, así como acomplejados o tristes en algún momento del trascurso de la misma.

“Los padres han de proporcionar un entorno de cariño y tranquilidad”, continúa la pediatra de atención primaria. “Regañarles por el rascado no resulta eficaz. El estrés emocional puede contribuir a la gravedad de los brotes”. No obstante, es evidente que el cuidado del niño supone una gran carga familiar que se refleja en un aumento significativo del trabajo doméstico, un cambio en la vida de toda la familia, una necesidad de atención preferente respecto a otros hijos, un gasto económico importante y un mayor número de visitas a las consultas de urgencias.

18 de octubre: Día de la Dermatitis Atópica

Con motivo de la celebración hoy, 18 de octubre, del Día de la Dermatitis Atópica, la Asociación Española de Pacientes y Familiares con Dermatitis Atópica (ADEA) quiere llamar la atención sobre esta enfermedad que cada vez más se la identifica en los países industrializados como la primera manifestación de la llamada Marcha alérgica o atópica.

Por ello, junto con el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, la Academia Española de Dermatologías y Venereología (AEDV) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), ADEA ha organizado una serie de actividades que tienen como fin informar y sensibilizar a la población sobre esta enfermedad. En especial destacan la presentación de un vídeo de dibujos animados dirigido a niños para que puedan entender correctamente su enfermedad y una charla-coloquio abierta a los ciudadanos, que bajo el título “La Piel del paciente y su familia”, tendrá hoy lugar en el propio Ministerio. Esta iniciativa cuenta además con la colaboración especial de la webdelasalud.es y con el respaldo de las compañías Laboratorios Leti, Astellas Pharma, Ferrer HealthCare, ISDIN, Meda y STADA Consumer Health.

Para el secretario ejecutivo de ADEA, José Diniz Almeida, “existe una evidente necesidad de información y de educación sobre esta enfermedad entre la población, porque sigue siendo bastante desconocida aunque se haya triplicado su prevalencia en nuestro país durante los últimos 30 años y tenga importantes repercusiones sociales, emocionales y económicas sobre la vida tanto de los afectados como de sus allegados. De ahí, que hayamos escogido el título este año de La piel del paciente y su familia ”.