02Mar. 12
Los anticuerpos anti-HLA son un marcador de la mala evolución de los trasplantes y su aparición una vez realizada la operación indica un pésimo pronóstico. Antes del trasplante, su determinación es clave para evitar el rechazo del injerto y para aumentar la probabilidad de encontrar un donante idóneo.
Profundizar en las causas que llevan a la pérdida de un órgano trasplantado es uno de los principales retos a los que se enfrentan en la actualidad los especialistas en Trasplante. Entre los motivos del rechazo de un injerto se encuentra la aparición de anticuerpos Anti-HLA, una respuesta inmune indicadora de la mala evolución del trasplante. De ahí la importancia de detectar estos anticuerpos a través de las nuevas técnicas de determinación de Anti-HLA, ya que permiten una mejor selección del donante de órganos y una definición más completa del perfil del receptor.
Por ello, en el encuentro científico que se ha celebrado en Madrid bajo el nombre de DETECTA Ac Anti-HLA: Diferenciando las causas de pérdida de injerto. Nuevas Técnicas de Determinación de Anticuerpos Anti-HLA , más de 150 especialistas españoles en Trasplante e Inmunología actualizarán los conocimientos sobre el rechazo humoral crónico y sobre las nuevas técnicas de detección de anticuerpos, concretando los criterios de aplicación práctica de las mismas basados en la evidencia científica. La reunión, que cuenta con reputados ponentes internacionales, está avalada por la Sociedad Española de Trasplante (SET) y por la Sociedad Española de Inmunología (SEI), en colaboración con Astellas Pharma y Rafer.
Rechazo humoral crónico
La importancia del rechazo crónico de un órgano a la hora de realizar un trasplante, uno de los temas clave de la reunión, lleva a los expertos asistentes a actualizar sus conocimientos sobre las nuevas técnicas de determinación de los anticuerpos que permiten detectarlo y evitarlo. Esta respuesta inmune mediada por anticuerpos, o respuesta humoral, está implicada tanto en el rechazo agudo del injerto como en la pérdida del órgano a largo plazo, a pesar de que tradicionalmente prevalecía la idea de que el rechazo celular era el predominante en el rechazo del trasplante. Por ello, la determinación de anticuerpos después del trasplante es esencial para indicar la necesidad de ajustar la medicación inmunosupresora, de forma que se puedan mejorar los resultados a largo plazo.
“Se trata ahora de utilizar esta técnica como monitorización y seguimiento inmunológico post-trasplante como marcador de la necesidad de aumentos o descensos en los fármacos inmunosupresores”, explica el Dr. Manuel Arias, el presidente de la Sociedad Española de Trasplante (SET). Por ello, actualmente, y dada la tecnología compleja y la forma de expresión de los resultados de estas técnicas de determinación de anticuerpos en fase sólida, se está buscando una definición de los puntos de corte entre los expertos y entre los diferentes laboratorios para llegar a “conseguir un idioma común”, apostilla el Dr. Arias, que es responsable del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Valdecilla (Santander). Estos criterios de aplicación práctica estarán basados en la evidencia científica.
“La cuantificación exacta de la responsabilidad de la respuesta humoral en las pérdidas de injertos a largo plazo es motivo de una evaluación continua actualmente”, añade el Dr. Manuel Arias. El Dr. Arias asegura que “el trasplante de órganos no es posible sin inmunosupresión”, y que en la mejoría de los resultados ha influido “el desarrollo de nuevos inmunosupresores que se ha seguido de un descenso espectacular en el porcentaje de rechazo agudo”. La mayoría de los pacientes trasplantados en la actualidad, afirma el doctor, “son tratados inicialmente con un régimen de triple terapia que incluye un inhibidor de la calcineurina, en la mayoría de las ocasiones tacrolimus, MMF y esteroides”. El rechazo humoral crónico y el agudo son situaciones de riesgo alto inmunológico y “requieren en cada momento la inmunosupresión más potente de que se disponga”.
Nuevas técnicas de determinación
La supervivencia del injerto renal se ve reducida significativamente en los receptores que tienen anticuerpos anti-HLA, por lo que su detección previa es también de gran importancia. “Es fundamental caracterizar estos anticuerpos antes del trasplante en todos los receptores para evitar en lo posible el trasplante con injertos contra los cuales el receptor tiene anticuerpos específicos y de alto nivel”, explica el Dr. Fernando Cosio, del Mayo Clinic, Rochester (Minnesota), ya que “aunque los anticuerpos anti-HLA se pueden producir de novo después, es mucho más común que estén presentes en el momento del trasplante”.
Hasta hace poco se necesitaban células del donante para analizar la posible reacción mediada por anticuerpos. Ahora, las nuevas técnicas de determinación de anticuerpos Anti-HLA en fase sólida permiten hacerlo “sin la necesidad de las células del donante”, ya que “los antígenos HLA se presentan sobre un soporte artificial”, explica el Dr. Manuel Arias.
Dado que por el momento no se cuenta con un tratamiento efectivo para reducir el nivel de anticuerpos contra HLA, los expertos apuestan por la prevención para evitar el rechazo. Esto se consigue, según el Dr. Cosio, “midiendo cuidadosamente el nivel de anticuerpos antes del trasplante mediante citometría de flujo y el Luminex, y evitando la producción de anticuerpos después del trasplante que generalmente está relacionada por la disminución excesiva de la inmunosupresión”.
Estos nuevos sistemas de detección de los anticuerpos han supuesto “una mejoría indudable en la definición del perfil de cada posible receptor, lo que lleva a una mejor selección del donante”, afirma el Dr. Arias. El Dr. Cosio por su parte añade que “se pueden detectar usando microesferas cubiertas por HLA (Luminex). Estos análisis detectan niveles muy bajos de anticuerpos e informan sobre la especificidad y el nivel del anticuerpo”.
Los anticuerpos anti-HLA
El sistema inmune es una organización compleja de reconocimiento y de defensa que posee el cuerpo humano y que está destinada a la preservación de la especie. Dicho sistema trata por un lado de reconocer lo que es extraño y lo que es propio y, por otro, de poner en marcha cuando se requiera los mecanismos de destrucción necesarios frente a organismos invasores. Por lo general, está dirigido a destruir agentes infecciosos.
La destrucción de los agentes infecciosos se basa fundamentalmente en una estrategia de reconocimiento de unas moléculas de superficie de las células que son diferentes en cada individuo, que son los antígenos HLA. En determinadas circunstancias y siempre después de haber tenido contacto con antígenos HLA de otras personas -como sucede después de transfusiones, embarazos, o trasplantes previos-, se puede desarrollar una respuesta de anticuerpos contra dichos antígenos. Está claramente demostrado que estos anticuerpos son un marcador de mala evolución de los trasplantes. De ahí la importancia de la monitorización secuencial de dichos anticuerpos.
© 2024 Medicina Television S.A Spain