Aunque normalmente asociamos la droga con los jóvenes, los datos hechos públicos por la UNAD demuestra que el colectivo drogodependiente ha envejecido en los últimos años. De los más de 35.000 que esta ONG atendió el año pasado, el 54% tenía más de 30 años y el 3,76% superaba los 45 años. Pero junto a este fenómeno se da otro: el conocido adelanto de la edad de inicio al consumo de drogas, alargando el periodo de drogodependencia de los afectados.
Sin embargo, la propia Unión Española de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente matiza que estos datos sólo se extraen de los usuarios atendidos por sus 300 asociaciones y que corresponden, por tanto, a consumidores que han dado el paso de acudir a una asociación para intentar resolver su problema después de tomar plena consciencia de éste. Por ello, la UNAD reconoce la existencia de un importante colectivo de jóvenes, con menos tiempo de consumo, no recogido en este porcentaje.
En cualquier caso, creen que este envejecimiento de la población drogodependiente es real y está favorecido por causas como «el éxito de los programas de reducción del daño», refiriéndose a iniciativas como el suministro de metadona, evitar el intercambio de jeringuillas o poner a su disposición centros de encuentro y acogida. Unos cambios que según la UNAD «han permitido mejorar la calidad de vida y la salud de muchos toxicómanos», lo que les otorga «una mayor esperanza de vida».
Consecuencias de este envejecimiento
El presidente de la UNAD, Antonio Escobar Ruiz, analiza este fenómeno de envejecimiento de la población drogodependiente, especialmente de los heroinómanos. Su primera reflexión es que deben adecuarse los recursos asistenciales existentes a esta nueva realidad, al tiempo que deben «intentar anticiparse al perfil del drogodependiente de dentro de unos pocos años». Hoy, sólo 0,06% de los drogodependientes supera la barrera de los 65 años, pero esta cifra hoy anecdótica, según la UNAD, dará paso a que lo que «dentro de unos años será un colectivo de cierta importancia».
Muchos de los recursos que hoy existen surgieron para dar respuesta a, por ejemplo, los heroinómanos jóvenes, por lo que es imprescindible adecuarlos a policonsumidores maduros. En un proceso de adecuación que, según la UNAD, «debe afectar a las asociaciones sin ánimo de lucro, a las administraciones, a los profesionales que atienden a los drogodependientes y a sus familiares».
La UNAD es una Organización No Gubernamental que tiene presencia en todas las comunidades autónomas de nuestro país y cuenta con más de 5.000 profesionales y alrededor de 45.000 voluntarios.
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