16Nov. 07
El objetivo del Consenso es la elaboración de un documento que ayude a médicos de Atención Primaría (AP) en el manejo cotidiano de esta enfermedad, es decir, en su diagnóstico, tratamiento y seguimiento clínico. Y es que uno de los principales problemas que plantea esta enfermedad es su infradiagnóstico. Sólo la cuarta parte de los pacientes de EPOC están diagnosticados.
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es la enfermedad respiratoria crónica mas frecuente, unos 600 millones de personas la padecen en todo el mundo, convirtiéndola en un problema de salud pública en aumento por su alta prevalencia, morbimortalidad y coste socio sanitario.
Según datos del estudio español IBERPOC, la prevalencia en España es del nueve por ciento en personas entre 40 y 69 años que llega hasta un 20 por ciento en los mayores de 65 años. En España mueren cada año más de 18.000 personas debidos a la EPOC. Es la cuarta causa de muerte en todo el mundo y probablemente sea la tercera causa antes del 2020. La mortalidad en mujeres se ha duplicado en los últimos 20 años.
La causa principal de la EPOC es el consumo del tabaco, de tal modo que alrededor del 20 por ciento de los fumadores mayores de 45 años sufre una EPOC, aunque el 80 por ciento no lo sabe.
Según el Dr. José Antonio Quintano, Coordinador del Grupo de Trabajo de Respiratorio de SEMERGEN «se prevé que continúe el aumento del impacto de la enfermedad en los próximos años debido al envejecimiento de la población y al aumento del hábito tabáquico, en especial en los países en vías de desarrollo y en el sexo femenino».
Actualmente es el problema respiratorio más frecuente en las consultas de Neumología, y se ha convertido en una de las enfermedades crónicas más atendidas en el ámbito de la Atención Primaria.
«La EPOC es la quinta causa de las consultas de AP. Asimismo, entre el 7 y 10 por ciento de los pacientes que acude a las consultas de AP padece EPOC y se estima que el 50 por ciento de estos pacientes fallecen antes de los 10 años del diagnóstico», explica el Dr. Quintano.
Dada la importancia de esta enfermedad, las sociedades SEMG, SEMERGEN y GRAP han elaborado el Consenso Nacional sobre EPOC en Atención Primaria, cuyo objetivo es la elaboración de un documento que ayude a médicos de AP en el manejo cotidiano de esta enfermedad, es decir, en su diagnóstico, tratamiento y seguimiento clínico.
Según el Dr. Juan Antonio Trigueros, Coordinador del Grupo de Habilidades de Patología Respiratoria de la SEMG «el Consenso permite a los médicos poder actualizar sus conocimientos y mejorar la práctica clínica habitual. Incluye un anexo en forma de preguntas para facilitar la información que los médicos y enfermeras puedan ofrecer al paciente con EPOC».
«Recoge las recomendaciones terapéuticas fundamentales para la EPOC tanto farmacológicas como no farmacológicas (rehabilitación, oxigenoterapia, quirúrgica, etc). Asimismo, hace especial hincapié en recomendar un abordaje terapéutico precoz con especial detenimiento en el abandono del tabaco, el uso de broncodilatadores, la individualización del tratamiento según las condiciones propias de cada paciente, la especial atención a la frecuencia de las agudizaciones, la rehabilitación iniciada en fases precoces, el correcto tratamiento de las agudizaciones y la imprescindible atención al repaso continuado de las técnicas de administración de la medicación por vía inhalada», explica el Dr. Trigueros.
«Se trata de un análisis de las más recientes actualizaciones de las Sociedades Científicas y autores de renombre internacional y las propias opiniones de los autores, con la premisa fundamental de considerar que su ámbito de aplicación es la sociedad española y su medio, la Atención Primaria. Por ello los autores pertenecen a Sociedades Científicas y Grupos de Trabajo integrados por médicos de Atención Primaria, que pretenden dotar al Consenso de la contextualización propia de su esfera de trabajo», añade el Dr. Trigueros.
La EPOC, una enfermedad infradiagnosticada
Uno de los principales problemas que plantea esta enfermedad es su infradiagnóstico. Sólo la cuarta parte de los pacientes de EPOC están diagnosticados.
«La historia natural de la EPOC es pausada, muy prolongada y silenciosa, no manifestándose hasta la quinta o sexta década de la vida con la aparición de tos crónica, expectoración matutina y posteriormente disnea. Por la tos y la expectoración el paciente no acude al médico, pero sí por la disnea, que es el primer motivo de consulta en el 70% de los casos. Por esta forma silente de la enfermedad cuando se hace el diagnóstico generalmente es siempre tarde», explica el Dr. Quintano.
«Las claves en el manejo de la EPOC como en otras enfermedades crónicas son la prevención, el diagnostico precoz, la monitorización, el tratamiento de la enfermedad estable y de las agudizaciones, y así se recoge en las directrices de la Global Initiative for Obstructive Lung Disease (GOLD)», añade el Dr. Quintano.
Para evaluar inicialmente a un paciente con EPOC, las pruebas complementarias más útiles son la espirometría forzada, con prueba broncodilatadora, un hemograma, una radiografía de tórax y un electrocardiograma.
La espirometría es un medio diagnóstico de gran valor en Atención Primaria, por lo que debe poder realizarse en este nivel de atención. Es una de las pruebas funcionales respiratorias más empleadas. A ello contribuye el hecho de ser una técnica no invasiva, accesible, relativamente sencilla de realizar e interpretar, con gran capacidad para el diagnóstico de los procesos pulmonares más prevalentes (EPOC y asma, fundamentalmente) y de bajo coste. Su resultado siempre debe correlacionarse con la clínica del paciente. Existe dos tipos, espirometría simple y espirometría forzada. Esta última es el que se realizará habitualmente en Atención Primaria.
«Debemos hacer uso sistemático de la espirometría y tenerla incluida como prueba básica de la historia clínica del enfermo EPOC y utilizarla para el diagnóstico precoz en la fase poco sintomática de la enfermedad», concluye el Dr. Quintano.
La importancia del tratamiento del paciente con EPOC es otras de la claves en el manejo de la enfermedad. «El tratamiento de la EPOC se orienta a evitar la progresión de la enfermedad (esto se consigue fundamentalmente, dejando el tabaco) y aliviando los síntomas, mejorando la calidad de vida del paciente y evitando la aparición de complicaciones. Actualmente se plantean estrategias terapéuticas dirigidas a mejorar la supervivencia de los pacientes mediante uso de fármacos por vía inhalatoria. La oxigenoterapia, en los casos avanzados en los que está indicada, también mejora la supervivencia», señala el Dr. Eduardo Calvo, Presidente de la Sociedad de Respiratorio en Atención Primaria (GRAP).
Papel del Médico de Familia
En palabras del Dr. Calvo el médico de familia está en una situación clave para atender al paciente con EPOC. «Participa en la prevención, mediante consejo antitabaco y puede realizar un diagnóstico precoz realizando espirometría en fumadores mayores de 40 años. También participa en el tratamiento – de nuevo promoviendo el abandono del tabaquismo- y prescribiendo fármacos que alivian los síntomas, mejoran la función pulmonar y la calidad de vida del paciente. Además, es consejero del paciente dentro del sistema de salud coordinando su atención médica. En este sentido, es importante la relación coordinada con el medio hospitalario».
«Los médicos de atención primaria están capacitados para atender a pacientes con EPOC. La tecnología fundamental para el diagnóstico es el uso de la espirometría. Actualmente el acceso a espirometría -realizada en atención primaria o en el hospital- es generalizado. Pero hay que promover que la espirometría sea una prueba más dentro del catálogo de pruebas realizadas dentro de la atención primaria y por los profesionales de este ámbito. Para ello deben hacerse cambios organizativos en los centros de salud, incluyéndola en cartera de servicios de AP».
La asistencia al paciente con EPOC es una responsabilidad compartida entre AP y Neumología. La derivación al neumólogo dependerá de la experiencia del equipo de Atención Primaria en el manejo de la EPOC. Los criterios de derivación deber de estar consensuados.
Asimismo, el seguimiento, control y tratamiento de los pacientes de EPOC no debe ser únicamente del médico, neumólogo o rehabilitador. También el personal de enfermería tiene la responsabilidad profesional de implicarse en el diagnóstico, seguimiento y tratamiento del paciente con EPOC.
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