La familia, soporte fundamental de los enfermos de Alzheimer

19Sep. 03

El cuidado de los enfermos de Alzheimer suele corresponder a la familia, pero "mayoritariamente por su cotidianeidad y gratuidad, pasa inadvertido y es frecuentemente olvidado", señala Mª José Domingo, psicóloga y miembro del comité científico de la Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias (C.E.A.F.A.). Por ello, esta asociación dedicará el Día Mundial del Alzheimer a dar a conocer los costes sociales y sanitarios que supone un enfermo de esta patología.

Entre 500.000 y 1.000.000 de españoles sufren Alzheimer, la primera causa de demencia en los países desarrollados, pero esta cifra podría multiplicarse en los próximos diez o veinte años debido a que la mortalidad después de los 65 años ha descendido en un 50 por ciento y «a los 85 años la posibilidad de padecer Alzheimer es de una entre dos», señala el doctor Manuel Martínez Lage, neurólogo de la Clínica Universitaria de Navarra y miembro del comité científico de la C.E.A.F.A. Como consecuencia del aumento del número de enfermos, este especialista pronostica que «dentro de diez o quince años la enfermedad de Alzheimer va a ser la primera causa de mortalidad», por delante del cáncer y las enfermedades cardiovasculares, y también se convertirá en la primera causa de morbilidad.

El cuidado de un enfermo de Alzheimer supone a la familia dedicar a esta labor una media de 76 horas semanales, aunque esta cantidad varía en función de la fase en la que se encuentre el enfermo y de las circunstancias, puesto que cada autonomía ofrece unos servicios sociales y sanitarios diferentes para estos pacientes, señala Nekane Larrañaga, trabajadora social y miembro del comité científico de la C.E.A.F.A

En el año 2000 el gasto derivado de la Enfermedad de Alzheimer fue de 24.040 euros en España, por debajo de los 54.091 de Francia y Alemania. Sin embargo, en nuestro país el número de horas dedicadas al cuidado de los enfermos fue tres veces mayor que en esos dos países. De ese esfuerzo, «un 90 por ciento está a cargo de la familia», lo cual es especialmente preocupante teniendo en cuenta los cambios que está sufriendo la estructura familiar (cada vez más ancianos viven solos, se reducen más las familias, etc.), advierte Larrañaga.

Para el doctor Martínez Lage, el cuidado de los enfermos de Alzheimer es «un problema eminentemente social, no sanitario» que puede conllevar que los cuidadores sufran diversas patologías tanto físicas (dolor de cabeza, malestar gastrointestinal e inmunodeficiencia, que provoca que una gripe dure tres veces más de lo normal) como psíquicas (ansiedad, depresión, insomnio, etc.). En su opinión «la labor de las familias es esencial e imprescindible para mejorar la calidad de vida del enfermo», pero «para ser cuidador hay que estar preparado y entrenado».

«La enfermedad de Alzheimer es un problema de salud pública, mientras esto no tenga un mejor tratamiento social y sanitario y se disponga de mejores medios para tratarlo, la ecología social se vendrá abajo», pero las autoridades sanitarias (autonómicas y nacionales) «no han dado respuesta a esta demanda crónica de la C.E.A.F.A», afirma el doctor Martínez Lage. El objetivo sería que el enfermo de Alzheimer recibiera «el mismo tratamiento que tiene el gran inválido», porque depende totalmente de otra persona. Además, «hace falta buscar una sintonía entre el médico y el enfermo», de forma que los profesionales ofrezcan una mayor información a los pacientes y sus familias.

Causas de la enfermedad

Hoy en día «se sabe mucho más sobre las causas» del Alzheimer, como la acumulación de determinadas proteínas en el cerebro, pero de momento no existe una cura, aunque «antes de diez años habrá agentes que detengan el progreso de la enfermedad», opina el doctor Martínez Lage. Para prevenir la enfermedad aconseja tener en cuenta que «todo lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro», como el control de la tensión arterial y el colesterol, evitar la obesidad, llevar «una vida activa física y mentalmente» y, por último, seguir una dieta no grasa (la famosa dieta mediterránea) que incluya pescado al menos una vez por semana, carne sólo una ración semanal, aceite de oliva, ácido fólico y vitamina B-12.