La familia y el entorno social, factores claves en el control de la diabetes

Además del tratamiento farmacológico con insulina o antidiabéticos orales, las personas con diabetes deben tener en cuenta otros factores, como la alimentación y el ejercicio físico para poder conseguir un buen control metabólico de la enfermedad y evitar o retrasar la aparición de complicaciones crónicas asociadas con un control deficiente. Según el doctor Daniel Figuerola, diabetólogo y director de la Fundació Rossend Carrasco i Formiguera, "algunos estudios realizados ponen de manifiesto que el apoyo recibido por la familia y amigos es la variable más importante relacionada con el control de la diabetes".

No obstante, «en todos los aspectos del tratamiento y manejo de la enfermedad es fundamental la educación diabetológica, de forma que se ayuda al paciente a adoptar actitudes favorables frente a la enfermedad», añade el doctor Figuerola. En este sentido, el doctor Figuerola afirma que «aunque en los últimos años se está teniendo más en cuenta la importancia de la educación diabetológica, se debe seguir trabajando para que la investigación sobre este aspecto se realice con el mismo rigor científico con el que se llevan a cabo los ensayos clínicos y para que forme parte del tratamiento integral que deben recibir las personas con diabetes».

Alimentación, el concepto que más tiempo de educación requiere

De todas las facetas del tratamiento de la diabetes, la que más tiempo de educación al paciente requiere es la alimentación, seguida del control de las hipoglucemias o bajadas de glucosa en sangre graves y del manejo de la insulina. «Cada paciente necesita una «educación a medida» en función de su edad, estado psicológico, apoyo familiar, etc., de forma que una cantidad excesiva o no necesaria de información puede provocar bloqueo o fatiga en el paciente, además de ansiedad», explica el director de la Fundación Rossend Carrasco i Formiguera.

Otra parte importante de la educación diabetológica, según este experto, es el asesoramiento psicológico: «del estado psicológico depende en gran parte la actitud que el paciente tenga ante la información y la educación recibida sobre la enfermedad. Sin embargo, no hay psicólogos en la mayoría de las Unidades de Diabetes de los hospitales en España».

En cuanto a la implicación de las variables culturales en la educación sanitaria, el doctor Enrique Reynals, catedrático de Medicina de la Universidad de Cuyo en Mendoza (Argentina), afirma que «el concepto de estar sano y la disposición a consultar al médico y solicitar ayuda depende de la cultura de cada paciente. Además, para que la educación diabetológica sea efectiva, la información que se transmite debe adaptarse a las distintas culturas, así como al nivel cultural».

En este sentido, uno de los recursos más utilizados en la educación sanitaria, en concreto en la diabetológica, son las metáforas y cuentos, que también deben ser adaptados a cada persona, según la cultura, la edad y el trabajo.

Dos millones y medio de españoles padecen diabetes

La diabetes, que afecta a alrededor de 2,5 millones de personas en España, es un trastorno metabólico de origen multifactorial, en el que los valores sanguíneos de glucosa son anormalmente altos, ya sea porque el organismo no libera insulina (hormona proteica segregada por el páncreas en respuesta al aumento del nivel de glucosa en sangre) o no la utiliza de forma adecuada. La secreción de insulina influye de forma directa en el metabolismo de la glucosa, proteínas y grasas en todo el organismo.

Aunque genéricamente se habla de la diabetes como una única enfermedad, en realidad existen distintas variantes de esta patología con diagnóstico, prevalencia y tratamientos diferenciados. Así, los dos tipos de diabetes más importantes son la tipo 1 y la tipo 2.

Para intentar explicar la aparición de la diabetes tipo 1 (que afecta al 10 por ciento del total de los diabéticos y se caracteriza por la destrucción de las células beta del páncreas, productoras de insulina) se ha establecido la hipótesis de que, a la existencia de una predisposición genética al padecimiento de la enfermedad, se añadan otros factores (virus, autoinmunidad) responsables de la destrucción de las mencionadas células y, en consecuencia, del inicio de la enfermedad.

La diabetes tipo 2 constituye entre el 90 y el 95 por ciento de todos los casos diagnosticados de diabetes y se origina por la combinación de una disminución del efecto de la insulina que actúa en el organismo, asociado a la incapacidad de las células beta del páncreas para producir cantidades adecuadas de insulina.

A diferencia de la diabetes tipo 1, en la diabetes tipo 2 no hay una destrucción de las células beta del páncreas, sino una disminución de la secreción de insulina o una dificultad de la misma para llevar la glucosa hasta el interior de las células, mientras que el páncreas continúa produciendo insulina. En la aparición de este tipo de diabetes se observa también una susceptibilidad genética, aunque factores como la obesidad, el sedentarismo y los hábitos alimenticios juegan un papel importante. Por este motivo, las previsiones de crecimiento de la enfermedad por la Organización Mundial de la Salud son que en el 2025 habrá en el mundo más de 300 millones de personas con diabetes.

La diabetes tipo 2 afecta habitualmente a personas mayores de 45 años, aunque en estos momentos se está empezando a diagnosticar en personas más jóvenes, y con frecuencia va acompañada de otras complicaciones crónicas, como deficiencias visuales, insuficiencia renal y cardiovascular, etc., causadas por mantener durante bastante tiempo un mal control de la enfermedad en todas sus facetas.