La hipertensión llega cada vez más pronto, pero se puede prevenir

Esta enfermedad provoca entre el 40 y el 50 por ciento de las defunciones (por ictus, infarto de miocardio y enfermedades cardiovasculares) en los países desarrollados y está íntimamente ligada a la actual forma de vida.

Expertos sanitarios recomiendan evitar las comodidades de la vida sedentaria y comprobar frecuentemente el estado arterial para prevenir el riesgo de padecer hipertensión, una enfermedad silenciosa que generalmente carece de síntomas y puede provocar un ictus, arritmias, insuficiencia cardiaca, un infarto de miocardio o enfermedades cardiovasculares. Por su parte, el doctor José Antonio García Donaire, especialista en Riesgo Cardiovascular en el Hospital USP San Camilo de Madrid, ha advertido de que la hipertensión aparece cada vez antes a consecuencia del estilo de vida actual de las sociedades industriales.

«La prevalencia en España es muy elevada y en todos los países occidentales aparece antes, puesto que tenemos un mayor número de obesos y de personas con estrés, lo que adelanta la aparición de la hipertensión», ha aclarado.

En concreto, esta enfermedad provoca entre el 40 y el 50 por ciento de las defunciones en los países desarrollados y está íntimamente ligada a la actual forma de vida. Por ello, además de la genética y la obesidad, el sedentarismo y los determinados hábitos alimenticios son las principales causas de padecer esta enfermedad.

Este experto ha asegurado también que regiones en vías de desarrollo, como África, China e India, están registrando un «crecimiento tremendo» de esta problemática así como de diabetes, pues están emulando el estilo de vida occidental.

Enfermedad asintomática

Por otro lado, García Donaire ha lamentado que la hipertensión no produzca síntomas y que «solamente» se pueda tener sospecha de esta problemática «en caso de que las cifras sean muy elevadas: por encima de 170, la máxima, y por encima de 100, la mínima».

No obstante, ha explicado que, en ciertas ocasiones, puede advertirse de estar ante un fenómeno de estas características, si el individuo experimenta «dolor de cabeza, dificultades para concentrarse, palpitaciones, sudoración o sensación de inquietud». Asimismo, en ocasiones el sangrado nasal es su primera manifestación.

En este sentido, los expertos recomiendan realizar hábitos higiénico- saludables para reducir el tratamiento farmacológico de la hipertensión como, por ejemplo, perder peso, caminar de 30 a 60 minutos al día y restringir la sal en la dieta. No obstante, en la mayoría de los casos es necesario un tratamiento crónico de por vida.

Adherencia al tratamiento

Por otra parte, García Donaire ha lamentado que menos del 40 por ciento de los hipertensos en tratamiento alcancen los objetivos marcados por su médico y, en este sentido, ha achacado este fenómeno a la falta de adherencia del paciente al tratamiento.

«Es fundamental que el paciente se tome todos los días la medicación, que cumpla con la dieta pobre en sal y con las pautas de ejercicio», ha insistido este experto, quien ha reconocido que, en ocasiones, el tratamiento farmacológico trae consigo efectos secundarios, «como tos, hinchazón de piernas, diarrea, malestar general, dolor de cabeza o bajadas bruscas de tensión».

El papel del profesional sanitario también es determinante a la hora de que el afectado cumpla con la medicación. Para ello, tiene que hacer una detección adecuada, una «elección correcta» del tratamiento, ya sea farmacológico o no, y una «evaluación amplia y detenida». «No se debe conformar con cifras cercanas a la realidad y tiene que insistir en que el paciente alcance los objetivos correctos», ha precisado.

Comidas bajas en sal

Este experto ha explicado que, entre las primeras pautas a seguir tras ser diagnosticada la enfermedad, se encuentra la de reducir la ingesta de sal en las comidas y la de hacer ejercicio para bajar peso, puesto que, de este modo, la tensión baja. En el caso de tener que seguir un tratamiento farmacológico, ha recomendado administrar los medicamentos de «forma correcta» y a las dosis adecuadas.

En pacientes que no responden al tratamiento, García Donaire ha señalado que existe la técnica de la denervación simpática renal. Se trata de «introducir un catéter por vía endovascular para llegar hasta las arterias renales y emitir radiofrecuencia con la que los «nervios simpáticos» se despeguen de las arterias, por lo que la presión arterial baja», ha explicado.

Por lo general esta técnica es utilizada, «tras hacer una sectorización de todos los hipertensos», que suelen ser «el 20 por ciento de los afectados por hipertensión resistente», ha señalado.