La importancia de los desfibriladores en lugares públicos

13May. 11

Cada año se producen en España más de 24.000 paradas cardíacas. En un porcentaje importante de los casos, éstas suceden fuera de los hospitales, aspecto fundamental ya que, en la actualidad, sólo una de cada 20 personas sobrevive a una parada cardíaca repentina cuando sucede fuera del hospital.

El tiempo es el mayor enemigo de la supervivencia en estos casos. En este sentido, un acceso rápido a la desfibrilación (única intervención eficaz que existe para tratar la parada cardíaca) podría aumentar las probabilidades de supervivencia en 3 de cada 4 casos de parada cardíaca repentina.

Sin embargo, debido a distintos factores, como calles congestionadas, lugares de trabajo alejados, etc, muchas veces no es posible que los servicios de emergencia tradicionales lleguen a las víctimas dentro de los 10 primeros minutos, por lo que la tasa de supervivencia está alrededor del cinco por ciento.

Por otra parte, es preocupante el desconocimiento de la población española sobre un problema de salud tan importante, afirma el Dr. Juan B. López Messa, Presidente del Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (CERCP). Casi la mitad de la población (el 44,8%) desconoce en qué consiste la parada cardíaca, el 63,7% no sabe el número de paradas cardíacas que se producen al año en España y el 71,4% reconoce que no sabría como actuar ante una parada cardiaca súbita. Por último, más del 84% de la población mayor de 18 años afirma no conocer en qué consiste la «cadena de supervivencia», según los resultados de una encuesta de opinión realizada para el CERCP.

Por todo ello, la parada cardíaca es un problema de salud pública de primera magnitud que requiere la atención de las administraciones sanitarias. Con el objetivo de establecer unas pautas para la implantación y uso de desfibriladores en España, la Fundación Gaspar Casal, con el asesoramiento y la supervisión del Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar y el apoyo de Philips, ha realizado el estudio «La implantación de desfibriladores en zonas públicas: protocolos de uso y recomendaciones».

Según explica el Dr. Juan del Llano, Director de la Fundación Gaspar Casal, «este documento de consenso recoge las opiniones de expertos y responsables de salud, así como las diferentes legislaciones sobre la materia aprobadas en España». En este sentido, la elaboración del documento ha constado de dos fases: una primera realizada mediante una metodología cualitativa consistente en una encuesta abierta a responsables de las Comunidades Autónomas, complementada con un análisis comparativo de la legislación actual. Y la segunda, tras el análisis de estos resultados, llevada a cabo a través de un grupo de discusión a expertos. Del análisis de dicha reunión se extrajeron los resultados de consenso y se elaboró el informe final.

Medida de gran impacto que contribuye a salvar vidas

«Este proyecto nace a raíz del consenso científico y técnico sobre la idoneidad de la instalación de los desfibriladores en determinadas zonas públicas, dadas las características de los actuales desfibriladores, automatizados y seguros, junto a su demostrada utilidad, y ante la disparidad de criterios entre las diferentes Comunidades Autónomas sobre su implantación y uso», subraya el Dr. del Llano.

«Asimismo -añade el Dr. López Messa-, es necesario superar las barreras que puedan estar dificultando una mayor implantación de los desfibriladores. Por ejemplo, se ha identificado que en algunos casos el coste de la extensiva formación requerida, no acorde con la extrema sencillez de funcionamiento de los desfibriladores automáticos y semiautomáticos externos (DEA), se convierte en un obstáculo a su difusión».

Según se extrae del documento de consenso, la difusión y generalización de la implantación de desfibriladores DEA es «una medida de gran impacto para los ciudadanos en general» que «contribuye a salvar vidas» y «la inmediatez en el acceso a este medio terapéutico incrementa la eficacia de las medidas de resucitación cardiopulmonar y aumenta la supervivencia de los pacientes».

Por ello, la legislación que obligue a la implantación en determinados sitios de estos desfibriladores podría resultar beneficiosa.

Por otra parte, para mejorar el conocimiento, hoy por hoy bastante bajo, de la población española sobre qué es una parada cardiaca y cómo actuar, los expertos consideran que sería muy positivo facilitar e integrar el conocimiento sobre la cadena de supervivencia y resucitación cardiopulmonar en la enseñanza obligatoria.