La inflamación ocular ha pasado a presentarse de un 20 por ciento a un 2 por ciento en los pacientes tras operaciones oculares

Se trata de una enfermedad que puede deberse a diversas causas y tener unas características u otras dependiendo de la zona del ojo en la que se desencadene. Por lo que respecta a los casos de inflamación surgidos tras una intervención quirúrgica, éstos han descendido de un 20 a un 2 por ciento. Sin embargo, ésta es sólo una de las causas de la patología, que debe tratarse en cualquiera de sus manifestaciones para evitar las graves complicaciones que puede acarrear.

La inflamación ocular puede deberse a diversas causas y tener unas características u otras dependiendo de la zona del ojo en la que se desencadene. Por lo que respecta a los casos de inflamación surgidos tras una intervención quirúrgica, éstos han descendido de un 20 a un 2 por ciento. Sin embargo, ésta es sólo una de las causas de la patología, que debe tratarse en cualquiera de sus manifestaciones para evitar las graves complicaciones que puede acarrear.

El uso de fármacos antiinflamatorios, la menor agresividad de la cirugía ocular, una mayor biocompatibilidad de los implantes intraoculares con el tejido humano y el mejor conocimiento del desencadenamiento de la inflamación son los motivos que hacen que se den muchas menos inflamaciones oculares tras el paso del paciente por quirófano. Aún así, esta patología puede tener múltiples causas además de ésta y ha de tratarse siempre para evitar las posibles consecuencias. Éstas, tal y como indica el doctor Jorge Alió, director médico del Instituto Oftalmológico de Alicante (IOA), «dependen de la localización de la inflamación y pueden ir desde la pérdida de las pestañas, si se da en los párpados, empeoramiento del pronóstico de los traumatismos oculares e, incluso, ceguera en el caso de uveitis o patología inflamatoria intraocular».

El doctor Alió, encargado de dirigir el Debate Interactivo de Inflamación Ocular que tuvo lugar recientemente dentro de la celebración en Valencia del 79 Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), también hace hincapié en que «el tratamiento de la inflamación ocular pasa por eliminar la causa o enfermedad que la provoca». Además, se ha de tratar directamente la inflamación, siendo fundamental la utilización de antiinflamatorios para paliar la sintomatología y evitar esas posibles consecuencias que pueden incluso empeorar la capacidad de vida de los pacientes. En este sentido, el mismo experto concreta que por ejemplo puede darse «fotofobia», algo capaz de impedir la conducción o incluso el desempeño del trabajo diario.

Principales causas de esta inflamación

Esta patología puede surgir por muy diversos motivos y sus características dependen en cada caso de la parte del ojo en que aparezca. Tal y como lo detalla el doctor Alió, «la inflamación ocular puede darse en todas las capas de la anatomía ocular». Así, serían susceptibles de verse afectados tantos los párpados como la superficie ocular, constituida entre otras, por la conjuntiva, en la que puede desencadenarse una inflamación debida a una reacción alérgica, sequedad ocular u otras causas y por la córnea, que puede inflamarse debido a la presencia de una úlcera o una infección, por ejemplo.

Por su parte, la uveitis o patología inflamatoria intraocular puede darse en el área anterior de la zona intraocular, debido a causas inmunológicas, o en el área posterior, en la que juegan un papel muy importante las infecciones. «La uveitis es la tercera causa de ceguera en Estados Unidos», explica el doctor Alió, y «está entre el tercer y el quinto puesto en nuestro país», concluye.

Además, se estima que alrededor del 7 por ciento de las personas jóvenes padece algún fenómeno de inflamación ocular en España, mientras que en la edad adulta, la aparición de otras enfermedades que provocan este fenómeno, como el síndrome del ojo seco, hace que su prevalencia aumente hasta el 30 por ciento a partir de los 60 años.