La interrupción temporal del tratamiento antiagregante tras la colocación de un stent farmacoactivo no aumenta el riesgo de trombosis

El estudio indica que la suspensión de estos tratamientos, durante el primer año después de la colocación del stent, no parece aumentar el riesgo de aparición de problemas cardíacos mayores, siempre que la interrupción sea temporal, durante un período corto de unos 7 días de duración, de manera controlada y pasado el primer mes desde la implantación del stent.

Un equipo de investigadores del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) ha presentado los resultados de un amplio estudio epidemiológico, para evaluar el riesgo de la suspensión de tratamientos antiagregantes, durante el primer año, después de la colocación de un stent liberador de fármacos o farmacoactivo. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista JACC (Journal of American College of Cardiology) y han merecido una editorial en la misma revista. El estudio indica que la suspensión de estos tratamientos, durante el primer año después de la colocación del stent, no parece aumentar el riesgo de aparición de problemas cardíacos mayores, siempre que la interrupción sea temporal, durante un período corto de unos 7 días de duración, de manera controlada y pasado el primer mes desde la implantación del stent.

Los resultados forman parte de un estudio de adherencia al tratamiento en pacientes coronarios después de un cateterismo con la implantación de un stent liberador de fármacos, que realiza la Unidad de Epidemiología del Área de Cardiología del VHIR, bajo la dirección del Dr. Ignacio Ferreira-González, del grupo de investigación en enfermedades cardiovasculares i en el que también participan CIBERESP y la red RECAVA. Ante la poca información que existe sobre el riesgo que conlleva la interrupción temporal del tratamiento antiagregante, durante el primer año, tras la implantación de stents farmacoactivos, los investigadores del VHIR han llevado a cabo un seguimiento de 1.622 pacientes procedentes de 29 centros hospitalarios, que se encontraban en estas condiciones. Éste es el primer estudio que realiza un seguimiento durante un periodo tan largo y que se centra en las interrupciones temporales del tratamiento, que son bastante habituales en estos casos.

Los stents liberadores de fármacos representan un indudable avance en el tratamiento de obstrucciones coronarias. Los stents son una especie de malla que se coloca en el interior de la arteria obstruida -mediante un cateterismo- con la idea de mantener la apertura suficiente en el interior de la arteria, para que la sangre circule con fluidez. La peculiaridad de los stents farmacoactivos es que no sólo desempeñan un papel mecánico, sino que además liberan fármacos que permiten un tratamiento antiinflamatorio y antiproliferativo dentro de la arteria. La diferencia entre los stents no farmacoactivos y los farmacoactivos es que, con los últimos, se consigue una mejor permeabilidad de la arteria coronaria y ésta se mantiene durante mucho más tiempo que con los stents convencionales. No obstante, su uso exige la administración conjunta de dos fármacos antiagregantes plaquetarios (básicamente aspirina y clopidogrel), durante un mínimo de un año. Sin embargo, «la interrupción temporal del tratamiento antiagregante es bastante habitual durante el primer año y puede ser debida a intervenciones quirúrgicas, hemorragias importantes o falta de adherencia del stent», explica el Dr. Ferreira, «en estos casos, saber cuáles son los márgenes de seguridad con los que se trabaja es importante». Los resultados del estudio sugieren que esta interrupción temporal no supone un riesgo tan importante para la salud del paciente como parecían indicar estudios anteriores. «Estamos hablando siempre de interrupciones controladas, cortas, siempre pasado el primer mes de colocación del stent y de que se reemprenda el tratamiento completo en un máximo de 7 días, después de la interrupción», concluye el Dr. Ferreira.

De los 1.622 pacientes estudiados -procedentes de 29 centros de todo el Estado español- 172 pacientes (10,6%) suspendieron al menos uno de los medicamentos antiagregantes durante el primer año tras la implantación del stent farmacoactivo y la mayoría de ellos recuperaron el tratamiento pasados unos 7 días de media. Según muestran los resultados, la tasa de aparición de eventos cardíacos mayores -como el infarto de miocardio o la muerte cardiovascular- no fue significativamente superior en estos casos que en los de los pacientes que mantienen el tratamiento de forma continuada.

Se considera que, en nuestro entorno, la enfermedad coronaria supone uno de los problemas de salud más graves. En Cataluña, unas 19.000 personas mueren cada año debido a enfermedades cardiovasculares. Más de 5.000 mueren a causa de un infarto de miocardio y casi 9.000 personas necesitan un ingreso hospitalario y un tratamiento adecuado. Anualmente, se colocan en el Estado español más de 100.000 stents en las arterias coronarias. A día de hoy, más del 60% de los stents que se colocan son farmacoactivos. «Debido a la frecuencia cada día mayor de estos tratamientos, es necesario asegurar que tanto pacientes como profesionales sanitarios no especializados en este campo conozcan las implicaciones de los tratamientos y los riesgos asociados a su abandono», explica el Dr. Ferreira. Este estudio da un margen de seguridad razonable en caso de tener que suspender el tratamiento por alguna causa justificada, sin que ello ponga en riesgo la vida del paciente, siempre que se tengan en cuenta los plazos recomendados por el estudio.