La gripe otoñal amenaza otra vez con colapsar los servicios públicos de atención médica. Según los últimos estudios, el uso de la homeopatía ha aumentado en España entre un 10 y un 15 por ciento en los últimos años. Aunque hay un importante escepticismo en el ámbito médico convencional, los tratamientos homeopáticos de prevención y complemento en casos como la gripe son cada vez más usuales. La fácil administración y la ausencia de efectos secundarios atraen cada vez a más pacientes y hacen que cada vez más médicos recurran a esta medicina alternativa.
Los cambios de tiempo que trae el otoño consigo suponen también la llegada de la gripe, enfermedad que afecta a tres millones y medio de personas cada año en España. La gripe es una enfermedad infecciosa respiratoria que se manifiesta mediante síntomas como fiebre, dolores de cabeza, somnolencia, tos y dolor de garganta, entre otros. Los síntomas de infección por virus de la gripe se controlan habitualmente mediante medicamentos convencionales.
La gripe y los catarros suponen con frecuencia el colapso de los servicios de atención primaria y urgencias de hospitales. Esto representa una masificación del servicio médico y la reducción del tiempo dedicado por los médicos a los pacientes. Ante esta realidad, son cada vez más las personas que se interesan por tratamientos alternativos.
La homeopatía es un sistema de medicina alternativa cuya característica principal es que sus productos no contienen principios activos, es decir, productos químicos procedentes de vegetales o minerales. Si bien es cierto que parte de principios activos, aplica una disolución con agua llevada al extremo que hace imposible encontrar ni una sola molécula de esos principios en el producto final.
Tratamiento convencional y tratamiento homeopático
El tratamiento médico convencional de la gripe se centra en aliviar los síntomas y estimular las defensas del cuerpo. La administración de antivirales y antibióticos suele ser el tratamiento más habitual. Por su lado, la homeopatía pretende perfilarse como un tratamiento eficaz contra la gripe. La doctora especializada en pediatría Meritxell Ponce asegura: «La homeopatía podría ser el primer tratamiento ante la gripe, antes incluso que uno convencional. La medicina convencional no tiene un tratamiento de curación específico de la gripe. Con la homeopatía se pueden establecer tratamientos que, durante los primeros síntomas, hagan que desaparezcan a las pocas horas.»
Escepticismo médico
No obstante, hay muchos críticos y escépticos con la homeopatía, que niegan su utilidad y la reducen a un producto de otros factores y causas: el efecto placebo y la autocuración mediante el sistema inmunitario. La doctora Ponce admite que en todo acto médico hay efectos placebo y que la homeopatía no es una excepción, pero defiende los efectos curativos: «Yo trabajo en pediatría, los niños no saben qué están tomando, y les da igual que su madre les de un jarabe médico o unas bolitas homeopáticas; estoy absolutamente convencida que hay más efectos, a parte del placebo. De hecho, la homeopatía se usa mucho en veterinaria; donde no se puede hablar de efecto placebo».
Seguimiento y aplicaciones
La homeopatía tiene unos métodos de prescripción y seguimiento iguales a los de la medicina convencional. Una vez realizado el diagnostico médico, el médico decide cómo tratar la enfermedad. Es en este momento cuando el médico puede decidir recurrir a la homeopatía o no. «La homeopatía no sirve para todas las enfermedades: por ejemplo, no es útil en caso de infarto de miocardio o de cáncer – puede servir para sus problemas derivados, pero no para curar», explica la doctora Ponce. El seguimiento del paciente que se realiza después del tratamiento también es el mismo que en la medicina convencional; según la evolución, puede que la medicina homeopática no dé los resultados deseados y haya que aplicar medicina convencional. La homeopatía presenta muchas aplicaciones en todos los campos: desde ginecología (asuntos derivados de la menopausia, por ejemplo) hasta multitud de problemas recurrentes con niños (otitis, bronquitis, anginas, migrañas, ansiedad, etc.).
Administración de fármacos homeopáticos
«La homeopatía es muy fácil de tomar, tanto si se toma por vía oral directa o mediante una disolución en agua; además, necesita pocas tomas», asegura la doctora Ponce. Los remedios homeopáticos se comercializan en forma de pequeños tubos de gránulos o glóbulos (esferas de sacarosa y lactosa). Los gránulos se toman habitualmente de cinco en cinco y el contenido de la dosis de glóbulos se toma de una sola vez por vía oral. En ambos casos, se recomienda dejar que el fármaco se disuelva debajo de la lengua. Para los lactantes, los gránulos y glóbulos pueden diluirse en el biberón con un poco de agua fría. Otro importante punto positivo es la ausencia de efectos secundarios de los medicamentos homeopáticos, dado que no contienen principios activos.
Auge en España
Por un lado, «cada vez los médicos tenemos menos tiempo para atender los pacientes y las personas necesitan ser escuchadas.», explica la doctora Ponce. Eso puede crear una decepción en el paciente y llevarlo a buscar otras alternativas para resolver sus problemas. Según los últimos estudios, el uso de la homeopatía ha aumentado en España entre un 10 y un 15 por ciento en los últimos años. Por otro lado, Meritxell Ponce argumenta: «la medicina convencional trata y cura una enfermedad, pero difícilmente la previene».
Los usos de la homeopatía en pediatría son múltiples. Los niños acostumbran a comportar cuadros médicos comunes y reincidentes, como anginas u otitis, que hacen que algunos padres se sientan cansados y desorientados. «La homeopatía puede hacer que el niño o la niña no sólo se cure en un momento agudo, sino que deje de enfermar y mejore en general, y aumente su energía, su vitalidad, su apetito», según la doctora Ponce. Los resultados positivos que hacen que se conviertan en vox populi y los padres recomienden su uso en sus círculos más cercanos.
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