Un 90 por ciento de la población de los países desarrollados sufre dolor de espalda y más del 50 por ciento de ellos tiene una hernia discal. Sin embargo, "se va a operar a una cantidad muy pequeña" de estos pacientes, porque antes de recurrir a la cirugía se aplican tratamientos farmacológicos y ejercicios de rehabilitación, explica el doctor Francisco Villarejo, jefe de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica La Luz.
Los síntomas de la hernia discal «dependen de la localización». Si se produce a nivel cervical el paciente sufre «dolor en el cuello y los brazos, trastornos sensitivos y pérdida de fuerza en un miembro superior», mientras que a nivel lumbar la pérdida de fuerza y el dolor afectan a los miembros inferiores. El doctor Villarejo aconseja la operación «cuando se produce un dolor que no cede con nada» y que se mantiene más de los tres o cuatro días que dura un dolor de espalda normal. Asimismo, la intervención deberá ser «lo más corta posible, con la menor estancia hospitalaria posible» y que permita reincorporarse al trabajo cuanto antes.
Entre los factores de riesgo se incluyen, según el doctor Fernando Carceller, de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica La Luz de Madrid, «el levantamiento de peso, permanecer sentados mucho tiempo, el tabaco o la obesidad». No obstante también influye la edad, ya que la hernia discal se produce habitualmente entre los 40 y los 50 años, aunque los jóvenes y adolescentes pueden sufrirla a causa de una mala postura o un traumatismo, añade el doctor Villarejo, que considera que a este último tipo de pacientes «no se les debe ofrecer cirugía». En su lugar recomienda la nucleoplastia, que consiste en introducir un electrodo «que por radiofrecuencia produce una serie de ondas en el disco» que disminuyen su volumen. Sus principales ventajas son que «el agujero por el que entra es mínimo» y que «no se va a poder reherniar el disco».
Otra técnica novedosa es la aplicación de inyecciones de ozono y oxígeno en el disco, un procedimiento indoloro y sin efectos secundarios, que pretende «secar el disco» para reducir su tamaño.
Cirugía
No obstante, en el caso de que sea necesario optar por una operación quirúrgica, el tratamiento más eficaz para la hernia discal es la microcirugía, que tiene éxito en un 90 por ciento de las hernias discales lumbares y un 92 por ciento de las cervicales, afirma el doctor Carceller. Esta técnica permite «manipular mucho más delicadamente los tejidos y aumentar la precisión».
Entre todas estas posibilidades el especialista seleccionará la técnica más indicada para cada paciente con especial cuidado, porque un mal tratamiento podría provocar que el enfermo quedase «para toda su vida con dolor, incapacidad para trabajar, etc.», advierte el doctor Villarejo. A pesar de ello, en general todas estas opciones terapéuticas ofrecen «unas complicaciones muy bajas», recuerda el doctor Carceller.
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