04Feb. 04
Estas metas pendientes de ser alcanzadas tienen que ver con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que se marcaron en el año 2000 para cumplirse en el 2015. De éstos, cuatro tienen que ver con la salud: reducir la mortalidad materna e infantil, reducir el número de personas que padecen hambre, combatir el VIH y otras enfermedades como el paludismo, y mejorar el acceso al agua potable y a los medicamentos esenciales.
Según la OMS estos objetivos no podrán lograrse a no ser que se actúe resueltamente, empezando de inmediato y manteniendo el esfuerzo durante los próximos doce años. Sólo así podría cumplirse con las ambiciosas metas que 189 países se comprometieron a lograr para mejora la salud y el bienestar de centenares de millones de personas. En opinión del doctor Lee Jong-wook, director general de la OMS, «todavía estamos a tiempo de evitar los escollos que se prevén, pero para ello se ha de actuar de inmediato» y es que no hay que relajarse, aunque, tal y como explica el mismo experto «cuando los objetivos son fruto de un amplio consenso existe también el peligro de que todos esperen que sea otro quien se atreva a dar el primer paso».
Según estimaciones del Banco Mundial, los progresos realizados para reducir la mortalidad infantil han sido tan lentos que ningún país del África subsahariana está en camino de lograr ese ODM. Al ritmo actual, en el conjunto del mundo en desarrollo sólo el 16 por ciento de los países (que corresponde al 19 por ciento de la población del mundo en desarrollo) está en vías de lograr ese objetivo.
De modo similar, probablemente sólo el 17 por ciento de los países en desarrollo alcanzarán el ODM relativo a la mortalidad materna; en este caso están peor situados los países de América Latina y el Caribe, puesto que sólo el 4,2 por ciento de ellos lleva el camino de lograr el objetivo. Además, únicamente el 40 por ciento de los países en desarrollo siguen el ritmo adecuado para alcanzar el ODM relativo a la malnutrición.
A pesar de todo, según el señor James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, » se registra un crecimiento económico general y se acelera el progreso hacia el logro de los ODM no relacionados con salud». Para lograr estos últimos, «será particularmente importante la armonización de los donantes en cuanto a la movilización y utilización de los recursos, el reforzamiento de los recursos humanos en el sector de la salud y la mejora del monitoreo y la evaluación», concluye el señor Wolfensohn.
Por otro lado, el fracaso en los progresos para alcanzar los ODM relacionados con la salud puede poner en peligro el cumplimiento de otros ODM relacionados con otras materias, tales como la educación. En este sentido, por ejemplo, el acceso de las madres al agua potable y a la educación es, en ambos casos, un determinante clave de las tasas de mortalidad infantil y en la niñez.
Reunión de expertos
Este mes de enero, algunas personas influyentes en el campo del desarrollo así como representantes de los países afectados, de organismos de desarrollo y de organizaciones del sistema de Naciones Unidas se reunieron en Ginebra para evaluar los progresos realizados hacia el logro de los ODM relacionados con la salud.
Uno de los temas llevados a discusión en el encuentro fue la dificultad desalentadora de hacer llegar las «tecnologías» relacionadas con la salud, disponibles y asequibles, a la población. O lo que sería lo mismo: la dificultad de construir sistemas de salud sólidos en todos los países.
La falta de recursos supone una enorme limitación, pero no es el único problema. Proporcionar servicios de salud de calidad en los países pobres es un reto complejo. Hay que disponer de recursos humanos y de información sanitaria fiable, y hay que velar porque éstos lleguen hasta los más pobres. Los países que prestan ayuda tienen también que mejorar su colaboración, tanto en la obtención de dinero como para asegurar que el asesoramiento que proporcionan a los países pobres es coherente.
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