27May. 09
Aunque no existen datos definitivos sobre la incidencia y la prevalencia real de la dermatitis atópica en España los expertos llaman la atención sobre el considerable aumento que se ha producido en los últimos años de casos que documentan en sus consultas, tanto en Atención Primaria como en Dermatología y Pediatría: se calcula que la prevalencia de esta enfermedad se ha triplicado en los últimos 30 años en nuestro país. Este es uno de los mensajes esenciales que pretenden difundir médicos, farmacéuticos, pacientes y el Ministerio de Sanidad durante el Día de la Dermatitis Atópica, que se celebra hoy.
La iniciativa ha sido promovida por la Asociación Española de Pacientes y Familiares con Dermatitis Atópica (ADEA), en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Política Social, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la Asociación Española de Pediatría (AEP) y el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, y también cuenta con el respaldo de laboratorios Leti, Stiefel y Astellas.
Una rueda de prensa y un coloquio con pacientes son los principales ejes sobre los que se sustenta esta campaña, que responde a la necesidad de aumentar la divulgación de la problemática que plantea esta patología crónica de la piel, que afecta a un número creciente de personas en nuestro país.
Y es que la frecuencia de la dermatitis atópica se ha incrementado sustancialmente, de 2 a 5 veces, a nivel mundial en los últimos 20 años. El estilo de vida occidental, el aumento de la edad materna, la polución, el tabaquismo materno, la migración de áreas rurales hacia centros urbanos o los cambios ambientales que están sucediendo, así como la exposición temprana a pólenes, ácaros o alergenos, están facilitando la extensión de esta enfermedad en individuos genéticamente susceptibles.
«Su alta frecuencia, su controvertido tratamiento, el impacto negativo que tiene sobre la calidad de vida de padres e hijos y la cierta incomprensión y desconocimiento social que sigue existiendo en relación con este trastorno ponen de manifiesto la necesidad de convocar este Día de la dermatitis atópica», afirma José Diniz Almeida, Secretario Ejecutivo de ADEA. Según añade, «queremos hacer una llamada de atención sobre la dimensión que está adquiriendo un problema en claro crecimiento, para el que reclamamos una más seria dedicación en atención médica e investigación básica».
Actualmente se estima que entre el 5 y el 15% de la población general padece DA, un trastorno dermatológico crónico que llegan a sufrir cerca del 20% de los niños. Sus consecuencias van desde la vertiente económica hasta de relaciones sociales, y tiene un impacto negativo en los estudios/trabajo y la calidad de vida de los afectados. «Noches de sueño interrumpido y de mala calidad, cuidados especiales con la alimentación, atención pormenorizada en el lavado de ropas y su composición, utilización de jabones específicos o la necesidad de hacer un secado especial de la piel son algunas de las múltiples consecuencias que sufren los afectados por esta enfermedad y sus familiares más directos», resalta José Diniz.
Para el representante de ADEA, «uno de los aspectos más relevantes para los pacientes, y con consecuencias en la economía, es el elevado coste que tienen los productos para el tratamiento de la dermatitis, que requieren de un uso constante (como los emolientes, que deben aplicarse varias veces al día).
En general, los pacientes se quejan de la falta de atención que las autoridades sanitarias prestan a esta enfermedad. Junto a este problema, José Diniz subraya otros hechos que causan inquietud entre los pacientes y sus familiares, como «la frecuencia de los brotes y el nerviosismo que producen (en el afectado y su entorno) o la deficiente interpretación que hacen de las instrucciones que reciben del médico (no siempre claras y suficientes)», todo lo cual hace que «frecuentemente los pacientes busquen soluciones no siempre académicas».
Impacto en Pediatría
La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel recurrente (con periodos de empeoramiento y de mejoría), caracterizada por lesiones en forma de enrojecimiento, picor intenso y sequedad. Constituye una entidad dermatológica que empieza a preocupar a los padres porque «no desaparece» a pesar del tratamiento establecido por el pediatra.
Esta enfermedad tiene una especial repercusión en las consultas de Pediatría. Tal y como destaca el Dr. José García Sicilia, pediatra del Hospital La Paz de Madrid «con variaciones estacionales y geográficas, es fácil que genere globalmente un 5% de las consultas pediátricas, bien como motivo de consulta o asociado a otros problemas».
Los cálculos más recientes señalan que hasta un 18% de la población infantil padece DA (entre un 15-30% de los niños sufren la enfermedad, según el rango de edad); en la mayor parte de los casos (en un 60%) el trastorno se consigue diagnosticar antes de cumplirse el primer año de vida; de hecho, en hasta un 85% de los pacientes la enfermedad ha debutado antes de los 5 años de vida.
Aunque las manifestaciones de la enfermedad pueden ser muy variables, el diagnóstico suele ser relativamente sencillo, por la frecuente presencia de lesiones cutáneas de diversa intensidad y extensión, la sequedad de la piel y el picor (que en niños de corta edad puede generar irritabilidad constante, afectando seriamente a su calidad de vida). Como advierte el Dr. García Sicilia, «en niños muy pequeños hay que diferenciarla de la dermatitis seborreica y la dermatitis irritativa, ya que pueden presentar similitudes».
Su repercusión en la calidad de vida de los niños varía mucho según su intensidad y sus manifestaciones clínicas. El Dr. García Sicilia reconoce que «la magnitud y persistencia del picor, sin duda, condicionan tremendamente la calidad de vida. La sensación de piel muy seca, sin elasticidad, puede llegar a ser muy molesta y cuando se localiza en zonas fácilmente visibles puede generar rechazo que afecta a las relaciones y autoestima, limitando significativamente el desarrollo de la personalidad durante la infancia». Aunque por sí misma la atopia, en su manifestación cutánea, no pone en peligro la vida, su presentación insidiosa, su duración prolongada, la reactivación injustificada y el impacto en el bienestar general del que la padece (con frecuente repercusión en los que conviven con él) lan convierte en un verdadero problema de salud pública. «Controlar los brotes, evitar que aparezcan y, por supuesto, disponer de una terapia curativa son los principales retos pendientes en el abordaje de esta enfermedad», asegura el dermatólogo José Carlos Moreno, vicepresidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), quien destaca «la alta incidencia de esta enfermedad en Dermatología Pediátrica, donde puede llegar a suponer prácticamente la mitad de las consultas».
La DA es una enfermedad eminentemente cosmopolita, con mayoría en zonas urbanas, que afecta todas las razas y etnias, y que se presenta por igual en ambos sexos, aunque a nivel pediátrico suele ser mas frecuente en niños que en niñas (2: 1), invirtiéndose esta tendencia en la adolescencia y en la edad adulta. Se desconoce la verdadera causa de la DA; se sabe, sin embargo, que la predisposición a padecerla se hereda y que su manifestación se asocia frecuentemente con el estilo de vida de los países desarrollados.
La dermatitis o eccema atópico es una enfermedad crónica de la piel que provoca enrojecimiento en distintas, zonas donde suelen aparecen pequeñas ampollas (eccemas). «Se presenta fundamentalmente en los primeros años vida, no antes de los tres meses, y luego disminuye en intensidad y duración de forma paulatina con el crecimiento. La enfermedad puede aparecer también en las personas adultas, variando su localización con la edad», informa el Dr. Moreno.
El carácter crónico y recurrente de la dermatitis atópica hace que a menudo las manifestaciones sean variables. El prurito (con frecuencia intenso y presente en todos los segmentos de edad) provoca un malestar generalizado y el consiguiente rascado (a menudo difícil de controlar, especialmente en niños). Las consecuencias del rascado llevan a menudo a la sobreinfección. La piel seca, muy persistente es otro de los aspectos que impactan negativamente en la calidad de vida de los que sufren esta enfermedad y de su familia.
Como sentencia el Dr. José Carlos Moreno, «la dermatitis atópica es una enfermedad fácil de diagnosticar y difícil de tratar». En su opinión, «no es una enfermedad bien conocida a nivel popular y, por lo tanto, no siempre se le concede la trascendencia que tiene». Tal y como resalta, «contemplar a un hijo que se rasca de forma constante, que no duerme bien y que tiene un trastorno que le influye en su vida escolar y de relación es algo verdaderamente agobiante para los padres».
Papel de los farmacéuticos
En cuanto al rol que desempeñan los farmacéuticos en la atención y orientación de pacientes con dermatitis atópica, Ana María Aliaga, vocal de Dermofarmacia del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), asegura que «podemos jugar un papel importante, tanto para dirigir al médico aquellos casos que lo requieren y/o facilitar el cumplimiento prescrito por el médico, como para paliar síntomas y signos de carácter leve e informar sobre las medidas de carácter higiénico-sanitarios más adecuadas al paciente». De hecho, subraya, «somos los profesionales sanitarios más cercanos a los pacientes con dermatitis atópica».
Desde el CGCOF se realiza un importante esfuerzo de formación de los farmacéuticos, especialmente en aquellos trastornos que son difíciles de resolver y de consulta frecuente. En el caso de la dermatitis atópica, como indica Ana María Aliaga, «por ser los niños los principales afectados y por su evolución en forma de brotes, así como por los distintos problemas asociados que presenta, se trata de una enfermedad que habitualmente está presente en las consultas que nos hacen los clientes».
ADEA, con los pacientes y familiares
ADEA es la Asociación de Pacientes y Familiares de Dermatitis Atópica, que nace como respuesta al aumento espectacular de esta enfermedad de la piel. Se trata de una dolencia crónica muy común que, sin ser grave, supone una serie de trastornos muy molestos para el paciente: prurito, problemas de sueño, alteraciones psicológicas e, incluso, en los casos severos se puede llegar a la incapacidad laboral.
Actualmente, ADEA cuenta ya con más de 3.000 socios, desarrollando actividades de diferente naturaleza, tales como: coloquios, seminarios y conferencias, para tratar de profundizar en las causas y los tratamientos de la enfermedad. Como uno objetivo prioritario se plante promocionar y facilitar la difusión de las novedades relacionadas con la dermatitis atópica; además, promueve y participa en estudios sobre incidencia, evolución y etiología de la DA.
Como principales demandas, los socios de ADEA exigen a las instituciones sanitarias la adecuada cobertura y apoyo para mejorar el manejo de la enfermedad. En esta línea, apoyan activamente iniciativas de investigación para conseguir soluciones a los problemas derivados de la dermatitis atópica.
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