19Jun. 08
Las novedades de las Guías han sido presentadas por expertos en el control de lípidos en el simposio "Dislipémicos diabéticos y/o coronarios: De las recomendaciones a la realidad terapéutica" celebrado recientemente en Madrid en el marco del XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Arteriosclerosis.
En la actualización de estas importantes Guías han participado ocho grandes sociedades científicas europeas entre las que destacan la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD). Las novedades más destacadas con respecto a las guías anteriores son el reconocimiento del modelo SCORE, el énfasis en una mayor actuación sobre el estilo de vida del paciente (ejercicio, control de peso, etc.), y una revisión de las barreras que dificultan la implantación de las guías.
Además, esta actualización marca unos objetivos de colesterol para los pacientes de alto riesgo todavía más bajos que en la anterior edición. Por ejemplo, para pacientes con enfermedad coronaria, arteriosclerosis a otros niveles o diabetes mellitus, se recomienda tener el cLDL por debajo de 100 mg/dl, y, si es factible, por debajo de 80 mg/dl. En cuanto al colesterol total, siempre debe estar por debajo de 175 mg/dl y, si se puede, por debajo de 155 mg/dl.
Según el doctor Luís Rodríguez Radial, jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, la nueva Guía es más fácil de seguir por lo que cree que «ayudará a controlar a más pacientes». Y es que los datos que se manejan sobre la dislipemia en este tipo de enfermo «no son muy positivos». Tal y como afirma, «casi todos estos pacientes requerirían tratamiento para sus lípidos, con dieta y fármacos, pero sólo lo reciben alrededor de las dos terceras partes y la mayoría de éstos de forma inadecuada». Por ello, únicamente entre el 15 y el 20 por ciento de los pacientes de alto riesgo alcanzan los objetivos terapéuticos propuestos por las guías, basándose en los beneficios demostrados en los estudios.
Estrategias terapéuticas para pacientes de alto riesgo
Pero para tratar a estos enfermos casi siempre hay que recurrir a fármacos como las estatinas que ayudan a reducir el colesterol LDL hasta los niveles recomendados. Para el doctor Rodríguez Radial, «cuando las estatinas son insuficientes para este objetivo debemos recurrir a otras opciones como la ezetimiba, que disminuye la absorción del colesterol y complementa la acción de la estatinas».
De todas maneras, la realidad es que ahora es menos probable que los pacientes de alto riesgo que reciben un tratamiento basado solamente en monoterapia con estatinas consigan los objetivos establecidos en estas guías. Por este motivo, los expertos recomiendan utilizar una combinación de fármacos para el tratamiento de los pacientes que no alcanzan los objetivos sólo con estatinas.
Riesgos de los enfermos coronarios y diabéticos
Por otro lado, según algunos estudios epidemiológicos se estima que al menos uno de cada cinco pacientes coronarios y diabéticos sufrirá un accidente coronario en forma de un infarto de miocardio no mortal o una muerte coronaria en un periodo de diez años.
Además, como apunta el doctor Luis A. Álvarez-Sala Walther, profesor titular de Medicina, jefe de sección de Medicina Interna del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, otros trabajos aseguran que en «pacientes que ingresan con un síndrome coronario agudo o pacientes coronarios estables que siguen fumando o que tienen la tensión arterial descontrolada o son diabéticos, tendrían menor incidencia de nuevos episodios coronarios si tuvieran el colesterol LDL aún más bajo de lo que estaba recomendado hasta ahora (100 mg/dl)».
Inhibidores de la absorción de colesterol
Asimismo, los inhibidores de la absorción de colesterol representan una nueva clase terapéutica de fármacos hipolipemiantes cuyo único representante es ezetimiba. Al inhibir la absorción de colesterol en el intestino, procedente tanto de la ingesta de alimentos, como de la bilis, los inhibidores de la absorción de colesterol reducen el envío de colesterol intestinal al hígado.
Esto provoca una reducción del colesterol hepático almacenado y un aumento del aclaramiento del colesterol de la sangre. Además, los inhibidores de la absorción de colesterol se administran junto con una estatina para producir una doble inhibición: la del colesterol producido en el hígado y la del colesterol procedente del intestino.
Por ello, según los especialistas, inhibiendo tanto la absorción en el intestino como la producción del colesterol en el hígado se produciría una reducción superior del colesterol LDL que la simple inhibición de la producción de colesterol en el hígado y se conseguirían alcanzar los nuevos objetivos marcados por las Guías.
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