Los problemas de salud mental aumentan espectacularmente y según apunta la OMS se están convirtiendo en uno de los factores más importantes de la carga mundial de enfermedades. La World Federation for Mental Health en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado como objetivo principal de sus actividades la reinserción de las personas con trastornos mentales graves en el mundo laboral.
Los expertos en salud mental prevén un incremento del número de afectados por patologías mentales debido a ciertas condiciones de trabajo que tienen lugar actualmente en nuestra sociedad. «Las nuevas formas de trabajo son enfermizas, ya que el individuo se aisla y trabaja a un ritmo muy rápido», explica Pedro Martínez Núñez, presidente de la Federación Madrileña de Asociaciones Pro Salud Mental (FEMASAM). Los trastornos relacionados con el estrés se están convirtiendo en el principal factor de incapacidad laboral, en Estados Unidos un 40 por ciento de las bajas de los empleados se deben al estrés.
También hay otros factores que pueden producir problemas, como los horarios rotativos que practican muchas empresas y que combinan horarios de mañana, de tarde y nocturnos. Según el presidente de la FEMASAM, estos horarios «son los causantes de que muchas personas padezcan insomnio, desestabilidad hormonal, y no son buenos, en general, para la salud». La precariedad, la inestabilidad laboral o el estrés, «son factores de riesgo de trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión», añade Mari Fe Bravo, presidenta de la Asociación Madrileña de Salud Mental (AMSM). Se estima que 3 de cada 10 españoles padecerán a lo largo de su vida alguna enfermedad mental de diversa gravedad.
Discriminación laboral
La situación laboral de los enfermos mentales en España es desoladora, ya que el 80 por ciento de estos enfermos con patologías mentales son parados. «Si no tienes un trabajo, no tienes un proyecto vital. Y darles una alternativa a estas personas con trastornos severos, debería ser una prioridad para los políticos», explica Bravo. En general, existe una actitud negativa hacia las personas con desórdenes psiquiátricos, algunas investigaciones sociológicas muestran que el diagnóstico de una enfermedad mental puede llevar a opiniones desfavorecedoras sobre la capacidad o el carácter de esa persona. Estos prejuicios inexactos incluyen los estereotipos asociados a las enfermedades mentales. Según Bravo, las empresas cubren el cupo de contratos laborales a discapacitados contratando a discapacitados físicos, «sin embargo, la mayoría de las empresas españolas no contratan a enfermos mentales».
Por otra parte, una reivindicación que realizan todas las asociaciones implicadas es la falta de recursos destinados a los familiares de enfermos mentales, ya que estas enfermedades no sólo afectan al paciente, sino también a sus familiares. «La convivencia con enfermos mentales reduce la capacidad productiva de las personas, si no se ponen medios para evitarlo», explica Germán Pacheco, presidente de la Asociación de Enfermería en Salud Mental.
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