Durante la I Jornada Nacional sobre Asistencia Sanitaria Próxima al Ciudadano, celebrada en Barcelona, expertos y gestores sanitarios de diferentes comunidades autónomas han consensuado un documento en el que defienden un modelo de sanidad pública más descentralizado, innovador, basado en la evidencia y adaptado a las necesidades de cada paciente.
Esta jornada ha servido también para constituir el Foro para la Atención Integral de la Salud, que basa sus actuaciones en dos pilares: primero, mejorar la comunicación entre los diversos niveles asistenciales y, segundo, aumentar la información de los pacientes sobre su patología para fomentar en ellos una mayor responsabilidad en su autocuidado.
Según el doctor Raimundo Belenes, miembro del foro, «hace poco se conocieron los resultados de un barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas que revela que la población opina que tenemos un buen sistema sanitario, pero que funciona mal». Según este especialista, la razón es que «hay listas de espera, masificación, no hemos abordado los problemas de atención sanitaria y no hay una buena coordinación entre niveles asistenciales».
Por ello, este grupo de médicos ha redactado y dado a conocer una declaración con diez puntos, a la que han llamado Carta de Barcelona, con el objetivo, entre otros, de «mejorar la coordinación, especialmente en las enfermedades crónicas y promover el uso de las nuevas tecnologías en la medicina».
En cuanto al manejo del paciente crónico, el doctor Fernando Rodríguez Artalejo, también miembro del foro, expuso que «existen dos problemas principales, primero que el paciente no sabe manejar bien su enfermedad y, segundo, que los diferentes agentes profesionales que le tratan no hablan entre sí, con lo que puede haber actuaciones contradictorias o que interactúen negativamente entre sí».
El doctor Artalejo, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, resaltó que «en contra de lo que se cree, no es el médico quien tiene el control del manejo de la enfermedad, sino que es el paciente, pues es él quien decide si toma las medicaciones o cambia sus hábitos de vida, quien decide si pide una consulta o si va a urgencias». El problema, añade, es que a veces «no tienen suficiente información sobre cómo manejar su enfermedad».
El segundo gran problema, es de comunicación. «Los médicos pueden decir cosas distintas, a veces contradecirse, recetar medicamentos que pueden interaccionar entre sí. Pero como unos médicos no saben lo que están haciendo sus compañeros, hay problemas», expone el doctor Artalejo.
Posibles soluciones
El Foro para la Atención Integral de la Salud, propone diferentes medidas para dar solución a estos problemas. Primero, fomentar las actividades informativas para mejorar la capacidad del paciente para asumir su autocuidado. Por ejemplo, enseñando a los pacientes crónicos «a identificar las manifestaciones de una descompensación y cómo actuar en ese caso, enseñarle cuándo puede variar la dosis de una medicación o cómo realizarse pruebas como tomarse la tensión», explica el doctor Artalejo.
La segunda gran intervención es mejorar los sistemas de información y comunicación de los profesionales sanitarios gracias a las nuevas tecnologías. Según este especialista madrileño «hoy ya tenemos sistemas informáticos que permiten saber en tiempo real, qué está haciendo con un paciente un médico de hospital, otro especialista, un médico de atención primaria, porque todos pueden estar conectados en red a través de un sistema informático y compartir la misma información».
En el PAMEM, mutua municipal de la que se benefician los funcionarios del ayuntamiento de Barcelona, se ha llevado a cabo una experiencia piloto en 200 pacientes con enfermedad cardiaca, desarrollando acciones informativas en los pacientes y poniendo al alcance de los diferentes especialistas sistemas de comunicación a través de Internet y de información y actualización de las últimas guías de práctica clínica.
Según el doctor José Manuel Picas, director asistencial de esta mutua y secretario de la jornada, «los resultados han sido espectaculares, los pacientes acudieron un 50 por ciento menos a los servicios de urgencia y disminuyeron las hospitalizaciones un 25 por ciento». Mientras que los médicos «han mejorado su prescripción», añade. Ahora el programa se extenderá a los 60.000 usuarios de los Centros de Atención Primaria de dos zonas de la ciudad condal.
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