11Oct. 06
El presidente de Cinfa, Enrique Ordieres, pide el apoyo de todos los profesionales sanitarios para impulsar el genérico como herramienta de racionalización del gasto. En su opinión, "sólo a través del consenso y de la información los genéricos llegarán a ser un medio de sostenibilidad del sistema sanitario".
La utilización del genérico constituye una medida estructural adecuada para el control del gasto en medicamento. Si comparamos el nivel de uso de los genéricos con otros países de nuestro entorno, en España apenas se ha implantado. En este sentido, «los profesionales sanitarios tienen una responsabilidad muy importante en el desarrollo del mercado del genérico, que puede y debe convivir con el fármaco innovador», afirmó Enrique Ordieres, presidente de Laboratorios Cinfa, en el II Seminario para Medios de Comunicación, organizado por esta empresa farmacéutica con el apoyo de ANIS (Asociación Nacional de Informadores de la Salud).
En su ponencia, Enrique Ordieres apostó por la implantación del genérico porque, tal y como recordó, ayuda a reducir los precios de otras especialidades y contribuye al ahorro. «No hay más que ver la evolución del precio de moléculas como omeprazol, ciprofloxacino o simvastatina entre 1994 y 2006 para comprobar una reducción de su precio de más del 88 por ciento gracias a los genéricos», apuntó. «Sin embargo, todavía queda mucho por hacer y sólo a través del consenso y de una mejor comunicación estos medicamentos llegarán a ser un medio de sostenibilidad del sistema sanitario», aseguró.
Para fomentar el uso de las EFGs, el presidente de Laboratorios Cinfa propuso mejorar la formación y la información tanto a los profesionales sanitarios como a los usuarios, a los que, en su opinión, hay que dirigir campañas informativas específicas. «De este modo, lograremos que el ciudadano-paciente, que es el gran olvidado, conozca las ventajas del genérico y se sienta satisfecho porque recibe el medicamento más adecuado a su necesidad clínica, a la dosis precisa, durante el periodo de tiempo necesario y al menor coste posible para él y para la comunidad».
Asimismo, Enrique Ordieres considera necesario, por un lado, agilizar los trámites de registro para facilitar la aparición de nuevas moléculas EFG, y por otro, apoyar a la industria nacional del genérico. «Otras medidas positivas se encaminarían a establecer acuerdos de prescripción DOE, que impliquen la dispensación y selección de especialidades de «precio menor» por parte del farmacéutico, así como incentivar a los médicos para la prescripción del genérico y reducir la aportación de los usuarios en la compra del producto», comentó.
Incentivar a los profesionales comprometidos
A continuación intervino el doctor Manuel Carpintero, vicepresidente de SemFYC Navarra y médico de Atención Primaria: «Desde mi punto de vista, el uso racional de medicamentos comprende aspectos como que haya una prescripción correcta de principio activo a partir de un diagnóstico adecuado y acorde a las guías de buena practica clínica», aclaró.
En la misma línea que el ponente anterior subrayó la importancia de que «se prescriban las dosis adecuadas y el tiempo oportuno, que el paciente cumpla el tratamiento y que el medicamento sea eficaz y de calidad e inocuidad aceptable. «En este contexto, la utilización de genéricos permite un ahorro económico y, además, se ha demostrado ya su eficacia y seguridad, debido a que son productos que llevan tiempo en el mercado», añadió.
Desde la experiencia de Manuel Carpintero, los médicos perciben un mensaje de las administraciones sanitarias en el que el uso racional del medicamento queda en un segundo plano y que sólo destaca el objetivo del ahorro en el gasto farmacéutico. Por eso, se mostró partidario de establecer «criterios claros de evaluación de resultados que permitan incentivar adecuadamente a los profesionales comprometidos con un uso racional de medicamentos». «Y este sistema de incentivación debe incluir aspectos financieros y formativos», precisó.
El genérico, fundamento de la innovación
Por su parte, Julio Maset, director científico de Laboratorios Cinfa, insistió en el papel del genérico como impulsor de la competitividad y la innovación. A su juicio, las patentes deben caducar para permitir progresar a la sociedad. «No admitir esto es realizar un uso perverso de estas patentes, ya que si no tuviesen fecha límite productos como los neumáticos o la pantalla de plasma, por ejemplo, no estarían a nuestro alcance. Entonces, ¿por qué los laboratorios innovadores intentan defender el monopolio después de que sus patentes hayan caducado? La respuesta es sencilla: es más barato litigar que seguir innovando».
Según este experto, sólo el ámbito del medicamento ha recibido una protección adicional que no se encuentra en otros sectores industriales. «A la hora de lanzar un nuevo genérico -explicó-, hay que tener en cuenta no sólo su situación de patentes, sino también que hayan transcurrido 10 años desde la primera autorización de comercialización del producto de referencia. En todas las industrias, incluida la del medicamento, las patentes son necesarias y legítimas. Pero no olvidemos que patentes y exclusividad son términos diferentes, únicamente aplicables a la industria farmacéutica».
Para Julio Maset esta situación resulta injusta para la sociedad: «El genérico debe ser usado como una herramienta de racionalización del gasto, no como un ariete entre laboratorios. Si en otros sectores la competitividad ha fomentado la innovación y ha impulsado la economía, favoreciendo al ciudadano, debería suceder igual en la industria sanitaria. Los genéricos, con idéntica calidad, seguridad, eficacia que los de marca, tienen un gran recorrido como elemento clave de racionalización y fomento de la innovación, por lo que es lógico que sigan desarrollándose».
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