10Sep. 08
El documento revisa las pautas actuales de seguimiento de los parámetros nutricionales en la población española.
La dieta es uno de los determinantes más importantes y modificables del estilo de vida en la salud humana. Asimismo, tanto la desnutrición como la sobrealimentación juegan un papel muy importante en la aparición de enfermedades y la mortalidad. En este sentido, más de la mitad de las muertes por enfermedades crónicas son atribuibles a la enfermedad cardiovascular. Además, se ha demostrado que un buen estado nutricional disminuye los periodos de recuperación y acorta la estancia hospitalaria y facilita la reincorporación del paciente a la vida activa con un mayor grado de independencia.
Es por este motivo, y con el objeto de revisar las pautas actuales de seguimiento de los parámetros nutricionales en la población, que se acaba de publicar la monografía Valoración del estado nutricional por el laboratorio , iniciativa de la comisión de Vitaminas, Nutrición, y Dietética de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC).
Según el doctor Ramón Deulofeu, del Laboratorio de Bioquímica y Genética Molecular del Hospital Clinic de Barcelona y codirector de la publicación, «el principal objetivo de la monografía es dar a conocer a los clínicos, dietistas, nutriólogos y especialistas de laboratorio las nuevas herramientas que hoy se disponen en el laboratorio para escoger siempre las más útiles y adecuadas para cada paciente».
Enfermedades a estudio
Para lograrlo, el manual se centra en seis enfermedades que la OMS considera de máximo interés abordar en los próximos años mediante modificaciones de la dieta por las implicaciones socioeconómicas y sanitarias que conllevan. Entre ellas destacan los trastornos de la conducta alimentaria, como la obesidad o la anorexia, y los relacionados con la enfermedad cardiovascular.
Asimismo, el especialista añade que «un aspecto muy importante de esta monografía es que aporta los dos puntos de vista fundamentales en el control y seguimiento del paciente». Se trata, por un lado, el del clínico que atiende a los pacientes con alteraciones nutricionales y, por el otro, la del especialista del laboratorio que le proporciona los parámetros analíticos más objetivos y adecuados para la evaluación del estado nutricional del paciente».
Últimos avances en laboratorio clínico
El análisis del estado nutricional permite detectar la mala calidad de la alimentación, desde la ingesta hasta los déficits de absorción, y revela también los excesos de aportes o malos hábitos alimentarios.
Consiste en un estudio multidisciplinar que incluye datos antropométricos, examen clínico, evaluación dietética y biomarcadores, incorporados recientemente gracias al desarrollo de las nuevas técnicas analíticas. Esta aportación del laboratorio clínico constituye la medida más objetiva y exacta. Además refleja las características individuales del paciente, una importante ventaja (por ejemplo, el colesterol puede ser elevado por causas genéticas a pesar de restringir su ingesta).
Por otro lado, según apunta el doctor Deulofeu, «la primera deficiencia nutricional en la población española es el déficit de hierro en mujeres en edad fértil». Gracias a los avances actuales se puede detectar y, por tanto, «prevenirla antes de que se manifieste en la clínica y en el hemograma». Al parecer, «esto es posible utilizando proteínas implicadas en el metabolismo del hierro, como la ferritina que refleja los depósitos disponibles o la falta de ellos, y el receptor soluble de la transferrina que aumenta en cuanto las células no reciben un aporte suficiente de este metal.
Asimismo, en el laboratorio se puede valorar de forma eficaz tanto el estado nutricional en macronutrientes como los micronutrientes. Estos análisis se han expandido recientemente a todos los grandes laboratorios y de éstos progresivamente a la asistencia primaria.
Además, es posible medir gran variedad de proteínas específicas, lípidos y lipoproteínas, hormonas relacionadas con el estado nutricional y el metabolismo de los hidratos de carbono, así como la mayoría de vitaminas y provitaminas.
Por último, algunos países ya usan la valoración del estado nutricional al ingreso en el hospital pues establece una clasificación de riesgo de complicaciones y aumento de la estancia hospitalaria si no se corrige este déficit.
Mayor demanda de estudios nutricionales
Pero lo cierto es que debido al aumento de la obesidad y de las enfermedades cardiovasculares, los análisis nutricionales se realizan de forma habitual en los exámenes de salud de la población, lo que permite detectar muchos estados de malnutrición. De hecho, en el caso de la enfermedad cardiovascular la mayoría de adultos se someten habitualmente al análisis de su perfil lipídico. Y es que se ha demostrado que disminuir el colesterol efectivamente reduce la mortalidad cardiovascular.
También ha aumentado el número de personas a los que es preciso monitorizar su estado nutricional (dado el envejecimiento de la población y la mejora de los tratamientos) así como el mejor conocimiento de la fisiopatología de todas las enfermedades que ha logrado una mayor supervivencia en pacientes graves de todo tipo.
De igual manera, hoy en día hay muchos más pacientes con riesgo de déficit como los afectados de enfermedades intestinales inflamatorias crónicas, celíacos o pacientes sometidos a resecciones intestinales por varias causas, sin olvidar a los pacientes con trastornos de la conducta alimentaria.
Entre las patologías que requieren que el paciente se someta periódicamente a una valoración de este tipo, destacan como grupos más importantes los hipercolesterolémicos o dislipémicos (por su mayor riesgo cardiovascular), los diabéticos, los obesos, los anoréxicos, aquellos con riesgo de déficit de hierro, los oncológicos, los enfermos de sida, los ancianos, los pacientes con enfermedades inflamatorias crónicas, y los que están sometidos a resecciones intestinales quirúrgicas.
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