La soja es "el tratamiento natural más eficaz" para prevenir las enfermedades y los trastornos asociados a la menopausia, que padecen cerca de tres millones de españolas, el 80 por ciento del total, según coinciden los coordinadores del libro Plantas Medicinales para la Menopausia, el doctor Santiago Palacios, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), y la presidenta y vicepresidenta del Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO) Concha Navarro, catedrática de Farmacología de la Universidad de Granada, y Teresa Ortega, profesora de Farmacología de la Universidad Complutense.
Según se recoge en los estudios citados en el libro, los fármacos basados en la soja reducen entre un 30 y un 50 los sofocos, que padecen un 80 por ciento de las mujeres en edad climatérica, con una «frecuencia de efectos secundarios prácticamente inexistente», destaca el doctor Santiago Palacios. Ello se atribuye a las isoflavonas de esta planta, señala por su parte la profesora Navarro, ya «que poseen una estructura química tal que les permite actuar en los mismos lugares que algunas hormonas femeninas, supliendo en parte el papel de los estrógenos, cuya disminución durante la menopausia puede provocar la aparición de sofocos, sudoraciones, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis».
En este sentido, también actúa sobre el colesterol y así puede reducir las enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en la mujer, cuyo riesgo acumulado de fallecimiento es del 31 por ciento a partir de los 50 años, indica el doctor Palacios. La soja modifica el perfil lipídico y la reactividad de la propia pared vascular, inhibe la agregación plaquetaria y tiene acción antioxidante, según la presidenta de INFITO, que cita un metanálisis sobre 38 ensayos clínicos controlados. Esta investigación encontró reducciones medias del colesterol total del 9 por ciento, del LDL (el malo) en un 12,9 % y de los triglicéridos en un 10 %. También incrementaba el colesterol HDL (el bueno) en un 2%, aunque crece a medida que es mayor la ingesta de soja. El estudio atribuía a los fitoestrógenos contenidos en la soja el 60-70 % de los efectos observados, no siendo desdeñable el papel de la proteína de soja contenida en los extractos de la misma.
Contra la aterosclerosis
«Si mejoramos uno de los factores de riesgo, como es el factor lipídico, disminuyendo el colesterol LDL, que es el problemático, y aumentando el HDL, que es lo que hace la soja, estaríamos reduciendo el riesgo de aterosclerosis y con ello, el riesgo de enfermedad coronaria y cerebrovascular, dos de las principales causas de muerte en la mujer», destaca el doctor Palacios
La soja también podría presentar un efecto protector del hueso, añade el doctor Estanislao Beltrán, del Servicio de Ginecología del Hospital Clínico de Granada, y coautor del libro: «La incidencia de osteoporosis es menor en la población asiática que en la occidental, y las mujeres japonesas tienen un menor riesgo de fractura de cadera que las occidentales», lo que es atribuido a su consumo de soja. Este hecho ha sido refrendado, puntualiza, en diferentes estudios: «Si bien los estudios clínicos con fitoestrógenos de origen natural no son muy abundantes en humanos, la administración de extracto de soja a un grupo de mujeres menopáusicas durante 24 meses aumentó la densidad mineral ósea medida por densitometría en la columna lumbar».
El consumo medio de isoflavonas de soja en la mujer oriental es de 40 mg, mientras que la dieta de las mujeres occidentales apenas alcanza los 5 mg. Para paliar esta carencia, los expertos recomiendan incluir en la alimentación más cantidad de alimentos con fitoestrógenos (cereales, hortalizas, legumbres y, especialmente, soja), o bien recurrir a preparados farmacológicos de dispensación farmacéutica. Al ser una planta cuyos principios activos tienen una vida media de 8 horas en el organismo, la profesora Navarro aconseja dividir la ingesta en dos tomas.
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