Un grupo de investigadores norteamericanos evaluaron la incidencia de trastornos alimenticios en chicas adolescentes de las islas Fiji, antes y después de la llegada de la televisión por primera vez a dos localidades de estas islas del Pacífico.
Un estudio presentado en la reciente reunión anual de la American Psychiatric Association en Chicago ha relacionado el consumo de televisión con la aparición de desórdenes alimenticios como anorexia y bulimia en chicas adolescentes. El equipo de la doctora Anne Becker y sus colegas de la Harvard Medical School investigaron el impacto de la pequeña pantalla en las jóvenes de dos localidades de las Islas Fiji, en el pacífico, las cuales nunca antes habían visto programas de televisión.
Antes y después de la introducción de la televisión en ese área, los investigadores hicieron entrevistas sobre los comportamientos alimentarios de las chicas encuestadas. Un dato significativo es que en 1995, antes del estudio, sólo un tres por ciento de las chicas se había provocado el vómito alguna vez para controlar su peso, mientras que tres años después de la entrada de la televisión en sus vidas, el porcentaje alcanzó al 15 por ciento de las encuestadas.
Por otra parte, también encontraron que había crecido la costumbre de hacer dieta. Un hecho significativo en una población con unos cánones de belleza diferentes a los occidentales, donde la población tiende a unas dimensiones mayores a las de la población occidental. Según la doctora Becker, el 84 por ciento de la población femenina de las islas Fiji se encuentra en situación de sobrepeso u obesidad.
En 1998, el 69 por ciento de las chicas encuestadas dijo que había hecho dieta para perder peso y el 74 por ciento se veían a sí mismas «demasiado grandes o gordas». El estudio, del que de momento sólo se conocen sus resultados preliminares, muestra que las chicas que viven en casas con televisión tienen tres veces más posibilidades de mostrar síntomas de trastornos alimenticios. Además, a través de las entrevistas, las chicas manifestaron que admiraban a los personajes femeninos de la pequeña pantalla y que intentaban copiarles.
Sin embargo, Becker matizó que el estudio no intenta establecer una relación definitiva entre televisión y trastornos alimentarios, ya que este resultado se ha obtenido con una población más vulnerable, sin contacto previo con los medios de comunicación, por lo que su impacto es mayor.
El único canal de televisión puesto en marcha en Fiji en 1995 mostraba sobre todo programas y series norteamericanas, británicas y australianas, algunas emitidas en España como Melrose Place, Urgencias o Xena, la princesa guerrera.
En el estudio participaron 129 chicas de entre 15 y 19 años. Ahora, «ellas miran a los personajes de televisión como modelos», afirma la doctora Becker y «mientras que el moldear la figura ya era un concepto asumido en Estados Unidos, ahora es un nuevo concepto para los habitantes de las Fiji». En una de las entrevistas, una chica narró que ve a las chicas de su edad en la televisión «muy delgadas y altas» y añadió que sentían un deseo «de que nuestros cuerpos sean como ellos y por eso intentamos perder peso».
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