25Oct. 01
Un equipo norteamericano está experimentando una terapia génica que fortalece los músculos del corazón y combate esta enfermedad aumentando la esperanza de vida. De momento, sus resultados en ratas son prometedores.
La terapia génica para ayudar a los músculos del corazón a producir más calcio puede mejorar notablemente la función de este órgano en ratas con insuficiencia cardíaca, según un nuevo estudio elaborado por investigadores de la Harvard University y que ha sido liderado por el doctor Dr. Roger Hajjar, experto en terapia génica del Hospital General de Massachusetts
Los resultados, publicados en la revista de la American Heart Association (AHA) Circulation , indican que esta terapia podría fortalecer el corazón contra el fallo cardíaco, aunque todavía no ha sido probada en humanos. La terapia farmacológica había demostrado ser parcialmente útil contra este problema pero no alargaba la esperanza de vida y se temía que la terapia génica tuviera este mismo problema. Pero este nuevo estudio parece demostrar que esta nueva técnica puede ser más eficaz.
Actualmente en Estados Unidos cada año se diagnostican más de medio millón de nuevos casos de insuficiencia cardíaca, enfermedad que afecta a más de cinco millones de norteamericanos, según datos de la AHA. La enfermedad es resultado de una debilitación de los músculos que permiten al corazón bombear. Cuando se debilitan demasiado, la sangre vuelve a los vasos que la llevan hasta los pulmones, encharcándose e impidiendo la respiración.
Para conservar su buen funcionamiento, el corazón necesita iones de calcio, cuya producción está regulada por una proteína «bombeadora» llamada SERCA2a, controlada por un gen de igual nombre. En pacientes con insuficiencia cardíaca, esta proteína deja de funcionar correctamente, por lo que ahora se experimenta con esta terapia génica que intenta restaurar la actividad ventricular normal.
Para ello, han utilizado un virus desactivado para lanzar una copia extra de SERCA2a en el músculo cardíaco de ratas a las que se les había reproducido una insuficiencia cardíaca similar a la de los humanos. La terapia génica devolvió significativamente la función al corazón de estos animales, pero lo que es más importante, también incrementó su esperanza de vida. Al mes, el 63 por ciento de los animales que habían recibido la terapia seguían con vida, frente al nueve por ciento de las ratas no tratadas. Además, la mejora de esta función repercutió en una mejoría paralela de los órganos normalmente afectados, pulmones, hígado y riñones.
El siguiente paso es probar esta terapia en cerdos, cuyo corazón tiene mucho más parecido con el de los humanos, con la esperanza de que en pocos años pueda probarse en hombres y mujeres.
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