23Feb. 05
Una de las primeras vacunas contra el cáncer puede estar lista en tres años. Un laboratorio está desarrollando una vacuna para prevenir y reducir la infección por el virus del papiloma humano (VPH) que evitaría la parición del cáncer de cuello de útero. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se diagnostican alrededor de 500.000 nuevos casos en el mundo y supone la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres.
El laboratorio GlaxoSmithKline está llevando a cabo un importante estudio en fase III, aleatorio y doble ciego con 18.000 mujeres a nivel mundial, 300 de ellas españolas, y con edades comprendidas entre los 15 y 25 años. Desde que comenzó el estudio, en abril de 2004, 10.000 participantes ya han recibido la que será una de las primeras vacunas contra el cáncer que se desarrollan en el mundo. El objetivo es demostrar si la vacuna es capaz de prevenir en las mujeres sexualmente activas la infección persistente por los tipos 16 y 18 del virus del papiloma humano (VPH), que son los dos tipos de VPH considerados como causa directa de más del 70 por ciento de los casos de cáncer de cuello de útero.
Este ensayo clínico se realiza en 90 hospitales de 14 países y España participa de forma muy activa con investigadores de cinco centros: el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el Hospital de Móstoles, el Hospital Clínic de Barcelona, el Hospital de Vall d´Hebron y el Institut Català de Oncología.
Según los datos presentados por el doctor Hughes Bogaerts, Vicepresidente Médico de GSK Biologicals, durante las XIII Jornadas Internacionales sobre Actualización en Vacunas , celebradas recientemente en Madrid, la vacuna está compuesta por partículas no infecciosas similares a los tipos VPH16 y VPH 18, además de una sustancia denominada AS04, un nuevo adyuvante propio creado por GSK en colaboración con Corixa, que aumenta la respuesta del sistema inmune a una vacuna.
La eficacia de esta vacuna ya ha quedado probada con los buenos resultados de un estudio en fase II que se publicaron el pasado mes de noviembre en la revista médica The Lancet. Según este estudio, el valor protector de la vacuna frente a la infección persistente por el VPH fue del 100 por 100. Además de conseguir una muy buena respuesta del sistema inmune, este estudio demostró que la vacuna se tolera bien y es segura.
VPH y cáncer de cuello de útero
La OMS estima que cada año se diagnostican 500.000 casos nuevos de cáncer de cuello de útero en todo el mundo. La mortalidad es también muy elevada, ya que más de la mitad de estas mujeres mueren por este motivo lo que supone la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres a nivel mundial y la primera en los países en vía de desarrollo. La edad media de las mujeres que sufren cáncer de cuello de útero es de 38 años y las mujeres que lo padecen suelen fallecer 25 años antes que lo que deberían.
Diversos estudios han demostrado que existe una relación causal entre la infección por el VPH y el desarrollo posterior de cáncer de cuello de útero. En este sentido el Dr. Bogaerts explicó que » los más de 200 tipos de VPH que se han identificado están divididos en dos grupos: los de bajo riesgo, más asociados al desarrollo de verrugas vaginales y los de riesgo alto, estrechamente relacionados con el cáncer de cuello de útero según varios estudios».
En concreto los VPH 16 y el VPH 18 son los dos tipos oncogénicos de VPH más comunes. Ambos tipos se asocian con adenocarcinoma de cuello de útero que, a pesar de los programas de revisiones ginecológicas periódicas establecidos en algunos países desarrollados, no han logrado prevenirse de manera efectiva hasta ahora. Precisamente contra estos dos subtipos ha demostrado mayor eficacia la nueva vacuna.
Según los últimos datos epidemiológicos, el 75 por ciento de las mujeres padecen una infección por VPH en algún momento de su vida, generalmente poco después del inicio de su actividad sexual. Cualquier mujer sexualmente activa tiene riesgo de exposición a los VPH de alto riesgo que se transmiten por contacto piel con piel durante la actividad sexual. La probabilidad de infección es mayor en las mujeres que inician sus relaciones sexuales muy jóvenes, en las que tienen varias parejas sexuales a lo largo de su vida y en las que, aún siendo monógamas, mantienen relaciones sexuales con hombres que han tenido a su vez varias parejas.
Aunque se trata de una infección muy frecuente, hasta el desarrollo de esta vacuna, la única forma de prevenir el cáncer de cuello de útero era la realización de programas de screening cervical o revisiones periódicas del cuello de útero.
Futuro prometedor
Cuando la nueva vacuna para el cáncer de cuello de útero esté disponible se facilitará la prevención en mujeres que siguen controles periódicos, evitando que el cáncer pueda desarrollarse entre una y otra revisión o que se detecte tarde porque las pacientes olviden asistir a uno de los controles. Pero además, en aquellas mujeres que no tienen acceso a estos programas de screening, se multiplicarán sus posibilidades de supervivencia ya que, en este sector de pacientes, el cáncer de cuello de útero suele detectarse tarde y con un pronóstico malo.
Los estudios han demostrado que la estrategia de combinar la introducción de una vacuna a una edad temprana con un programa de cribado consistente en revisiones ginecológicas periódicas a partir de los 25 años, sería el camino más efectivo para reducir en un 94 por ciento el riesgo de padecer un cáncer de cuello de útero en comparación con no tomar ninguna medida.
Desde la perspectiva de los países en desarrollo, donde menos del cinco por ciento de las mujeres se ha hecho alguna vez una citología, la introducción de una vacuna preventiva contra el VPH podría ser la opción más factible para reducir la mortalidad por cáncer de cuello de útero.
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