04Abr. 06
La vacuna sublingual en forma de liofilizado oral para tratar la alergia al polen de las gramíneas llegará a España a partir del próximo año y sus buenos resultados podrían convertirla en tratamiento de primera elección, según sus artífices.
Dos amplios estudios publicados en el último número de revista de la Sociedad Europea de Alergología e Inmunología Clínica, ALLERGY acaban de constatar la eficacia de la vacuna sublingual tanto en la reducción de los síntomas como en el empleo de la medicación en los pacientes alérgicos al polen de gramíneas. Según estudios clínicos españoles, la nueva vacuna, «ha resultado útil para disminuir síntomas como la obstrucción nasal, el picor y atasco, muy característicos de la rinitis alérgica, así como la tos, ruido de pecho y fatiga, propios del asma bronquial; ambos son los procesos alérgicos que más afectan a los europeos», recuerda el doctor Tomás Chivato, alergólogo del Hospital Central de la Defensa de Madrid.
Las ventajas de este fármaco sublingual en tabletas son, en palabras del doctor Chivato, «su eficacia asociada a su seguridad». Y es que, «el paciente se la puede autoadministrar en su propio domicilio y hasta el momento no se han observado reacciones adversas».
Este fármaco, además, «ha supuesto una reducción en la utilización habitual de fármacos para tratar los síntomas de ambas patologías», añade este alergólogo madrileño.
Frente a las antiguas administraciones vía sublingual en forma de líquido o gotas, la nueva vacuna en tabletas supone una ventaja añadida: «la facilidad de transporte y de conservación. De hecho, «no hace falta tenerlas en la nevera; se puede hacer sin problemas a temperatura ambiente».
Tres años de tratamiento
La administración de la vacuna sublingual en forma de liofilizado oral debe realizarse «una sola vez al día en forma de pastilla y durante mínimo tres años para solucionar el problema de base alérgico de forma definitiva», advierte el especialista.
Otra ventaja es que «no es necesario ir incrementando la dosis y, al ponerse debajo de la lengua, se disuelve en apenas unos segundos, siendo muy bien tolerada por el paciente».
Sin embargo, esta medida terapéutica «no estaría aconsejada para pacientes con enfermedad alérgica descontrolada, con asma muy grave, con exacerbaciones importantes y en pacientes con antecedentes de problemas de urticarias y de edemas, de causa no filiada, porque en estos casos podría producir algún tipo de edema bajo la lengua o hinchazón», advierte el doctor Chivato.
Otra de sus mínimas limitaciones es la edad del paciente, ya que «los ensayos realizados hasta la fecha han sido en adultos y no existe todavía experiencia en niños», recuerda el doctor Chivato.
Para que este próximo tratamiento sea efectivo, sigue siendo necesaria la buena educación e información del paciente y unas medidas de control ambiental o desalergenización.
Las ventajas de la inmunoterapia
La inmunoterapia es el único tratamiento que hasta la fecha ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de los pacientes con alergia al polen de las gramíneas. La clave de su éxito radica, fundamentalmente, en que además de aliviar los síntomas de la alergia, incide directamente sobre la causa que la provoca.
Y es que, la inmunoterapia «modifica el curso de la enfermedad, consiguiendo, incluso, que el paciente reaccione con menos frecuencia e intensidad al entrar en contacto con un alergeno», afirma la doctora Montserrat Fernández Rivas, alergóloga del Servicio de Alergología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y uno de los expertos españoles que han participado en estos estudios.
Frente a todas estas ventajas, la presentación clásica de la inmunoterapia para el tratamiento de las alergias (mediante una inyección subcutánea) acarrea algunos inconvenientes: sumado al hecho de tener que acudir al centro médico para recibirla y a la molestia que su administración supone, se suma el riesgo de padecer reacciones alérgicas que limitan su utilización a la supervisión médica. De ahí que en los últimos años los esfuerzos se concentraran en desarrollar nuevas galénicas que facilitaran su administración y redujeran los posibles efectos adversos: el resultado es la primera vacuna sublingual para el tratamiento de alergia al polen de las gramíneas en forma de liofilizado oral recientemente aprobada por la Agencia Sueca del Medicamento.
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