¡Cuidado con las dietas restrictivas!

El mantenimiento de dietas restrictivas estrictas en cantidad y variedad de alimentos aumenta también el riesgo de sufrir episodios de atracones de comida.

Privar al cuerpo de alimento causa episodios depresivos y aumenta la tristeza, el desanimo, la irritabilidad y los ataques de ira-agresividad, al tiempo que incrementa la ansiedad e incluso hace perder el interés en las relaciones sociales y sexuales, según ha asegurado la psicóloga especialista en trastornos de la conducta alimentaria, Sonia Durán.

Además, prosigue, la restricción de comida afecta a todos los ámbitos de la persona y la hace más vulnerable a sufrir un trastorno de la conducta alimentaria como anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o ingesta compulsiva.

«La obsesión por conseguir el cuerpo perfecto suele ser tan grande que se minusvaloran las consecuencias de seguir una dieta restrictiva inadecuada para el organismo. Las dietas suelen fracasar porque no se elige adecuadamente el tipo de dieta que necesita cada individuo. El numero de kilos que se necesita bajar para alcanzar un peso saludable, y el modo para conseguirlo, siempre debe estar marcado por un profesional sanitario que cuide La salud en el proceso de adelgazamiento», ha apostillado la experta.

Dicho esto, Durán ha avisado de que las dietas restrictivas producen una serie de cambios físicos y psicológicos que interfieren en el buen funcionamiento mental y corporal como irritabilidad, cansancio, tristeza, apatía, dolores de cabeza y alteraciones en el sueño.

Además, ha señalado que el mantenimiento de dietas restrictivas estrictas en cantidad y variedad de alimentos aumenta el riesgo de sufrir episodios de atracones donde la persona come descontroladamente cantidades superiores a las que necesita. Esto supone saltarse la dieta con mucha facilidad después de las dos primeras semanas o el primer mes como mucho.

«No se pueden cambiar los hábitos desde la fuerza de voluntad»

En este sentido, la psicóloga ha advertido de que no se puede hacer un cambio «tan importante» de los hábitos alimenticios desde la fuerza de voluntad, si no que, por el contrario, debe hacerse desde la «emoción».

«La fuerza de voluntad nos proporciona la capacidad para hacer un esfuerzo a la hora de conseguir algo difícil para nosotros, pero no es ilimitada y termina por fallar, por agotamiento, después de resistir tentaciones constantemente. Por eso el autocontrol emocional sí puede proporcionarnos unos cambios de hábitos duraderos y a aprender a comer desde una emoción que nos permita manejarnos con éxito con la comida», ha detallado.

Por otro lado, ha desaconsejado empezar una dieta sin tener en cuenta el momento emocional presente, por ejemplo en situaciones de estrés, en un momento depresivo o cuando se padece ansiedad. En esta línea, ha explicado que cuando se empieza una dieta, normalmente no se tiene en cuenta que la comida satisface de una manera rápida y sencilla muchos de los problemas emocionales que puedan haber durante el día.

«Si eliminamos esa comida y no lo sustituimos por otros recursos personales se dejará al descubierto un desequilibrio emocional importante. La fuerza de voluntad no es lo que se necesita para tener éxito en una dieta, como tantas veces hemos oído. Lo que nos asegura éxito en estos cambios de hábitos tan importantes es el equilibrio emocional y una puesta en práctica de recursos personales que nos ayuden a enfrentarnos a las dificultades que el día a día nos presenta», ha apostillado.

EUROPA PRESS

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