Las embarazadas deben beber entre 2,5 y 3 litros de agua al día

Las necesidades de agua se incrementan durante la gestación por los cambios fisiológicos que experimenta la mujer. Un consumo adecuado de líquidos ayuda a prevenir las infecciones urinarias, la formación de cálculos renales y el estreñimiento.

Las mujeres embarazadas deben aumentar su consumo diario de agua, pasando de los entre 1,5 y 2 litros diarios recomendados para la población general a, dependiendo de la etapa de gestación, entre 2,5 y 3 litros al día, según advierte la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) que, junto con Solán de Cabras, ha iniciado una campaña de divulgación sobre la correcta hidratación de la mujer durante el embarazo y la lactancia.

En la misma, que incluye la publicación de la primera monografía en España sobre este asunto, se pretende poner de manifiesto que, durante el embarazo, se producen una serie de cambios fisiológicos que hacen que se incrementen las necesidades de agua, entre ellos un aumento del volumen plasmático. “Tanto el periodo de embarazo como el de lactancia son muy vulnerables a la falta de agua y nutrientes”, explica el presidente de la SENC, el Dr. Javier Aranceta.

Aumentar el consumo de líquidos durante el embarazo implica numerosos beneficios para la salud. En primer lugar, ayuda a mantener el líquido amniótico donde se está formando el bebé pero, además, interviene en la prevención de infecciones urinarias y de formación de cálculos renales.

Un mayor consumo de agua previene también la deshidratación lógica de las gestantes que experimentan vómitos durante el embarazo y hace que mejore la clásica pirosis (acidez) estomacal asociada a dichos vómitos. También ayuda a prevenir un síntoma común del embarazo; el estreñimiento.

Según explica el Dr. Aranceta, la literatura científica pone de manifiesto que el consumo recomendado de agua durante el primer trimestre de embarazo es de 2,5 litros al día. Sin embargo, a lo largo del segundo y tercer trimestre, la cantidad debe aumentarse y alcanzar los tres litros diarios.

El Panel de Productos Dietéticos, Nutrición y Alergia de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria se hizo eco de estas recomendaciones y las incluyó entre sus consejos nutricionales a las mujeres embarazadas.

El consejo es también adaptable a la etapa de lactancia, donde las mujeres deben de beber alrededor de tres litros de agua al día, algo que les resulta más fácil porque el propio organismo hace que se incremente la sensación de sed en la madre para favorecer la ingesta hídrica.

La razón por la que esto sucede es, entre otras, porque el 90% de la leche materna es agua, ya que el recién nacido precisa de más cantidad de agua en esta etapa que en otras posteriores de su crecimiento.

Alta incidencia en las madres

“La deshidratación repercute especialmente en las madres, aumentando el riesgo de cefaleas, estreñimiento, pérdida de turgencia en la piel, cansancio, alteraciones urinarias, así como una menor tolerancia al calor y una disminución de la secreción láctea”, advierte el Dr. Aranceta.

Aunque los médicos reconocen que la calidad del agua del grifo en España es correcta, el Dr. Aranceta destaca que el agua mineral más adecuada en los periodos de embarazo, lactancia y primera infancia es un agua “de baja mineralización, con contenidos interesantes de calcio, magnesio y flúor, además de bajo contenido en sodio”. En este sentido, Solán de Cabras cumple con estos requisitos, por lo que es una de las opciones recomendables, según los expertos de la SENC.

Esta sociedad considera que, aunque la cantidad y calidad del agua tienen una relevancia clave en todas las etapas de la vida, lo son especialmente durante los periodos de embarazo, lactancia y primera infancia.

Por esta razón, la SENC considera que los profesionales de la salud “deberían prestar una especial atención a este aspecto asistencial, planteando directrices de actuación en los programas de salud materno-infantil, preparación al parto y educación nutricional en la etapa infantil”.