01Jul. 02
¿Te obsesiona el peso? Esta es la pregunta con la que el Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña (CCFC) y la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia han puesto en marcha una campaña en las oficinas de farmacia de esta comunidad autónoma para ayudar en el diagnóstico precoz de los trastornos de la conducta alimentaria.
Según Joan Durán, presidente del CCFC, los farmacéuticos pueden ser muy útiles frente a este problema ya que están mucho más próximos al ciudadanos, «sólo hay que recordar que en Catalunya hay 3.000 farmacias frente a 355 centros de atención primaria», afirma. Además, «es una red más densa y asequible por lo que es frecuente que sea el primer lugar donde muchos ciudadanos consultan y después sean derivados a la atención primaria para que sean diagnosticados», añade Durán.
La campaña hará llegar a las 3.000 farmacias de Catalunya 180.000 trípticos que sirven de pequeña guía para que los afectados y sus familiares o amigos puedan detectar un caso de anorexia nerviosa y bulimia, trastornos que afectan en nuestro país a un tres por ciento de la población de entre 12 y 24 años. La campaña también incluye información para que los farmacéuticos puedan aconsejar sobre este tema y animar a acudir, en caso necesario, a un médico.
Hoy hay 350.000 personas en España afectadas de trastornos alimentarios, principalmente adolescentes: uno de cada veintidós sufre un problema de este tipo. En Catalunya hay 36.400 personas afectadas de anorexia o bulimia, de los que 8.000 son chicas de entre 12 y 18 años, aunque el 78 por ciento de los afectados es mayor de edad. Además, los impulsores de la campaña destacan que ha habido un incremento de las personas afectadas de la franja entre los 30 y 40 años, «especialmente mujeres con menopausia u hombres que han vivido una separación o divorcio y quieren vivir una segunda juventud», detalla la doctora Marta Castells, vocal de alimentación del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona (COFB). Por sexos, nueve de cada diez enfermos son mujeres.
Jaume Pagés, presidente de la ACAB, celebró la campaña y explicó durante su presentación como su asociación lleva «años luchando e intentando concienciar a la opinión pública sobre estos trastornos alimentarios». Pagés describió la anorexia y la bulimia como «enfermedades del desarrollo de las sociedades en que vivimos», ante las que no hay que frenar nuestro desarrollo sino «dotarnos de mecanismos que nos protejan, sobre todo, información y detección precoz».
Señales de alarma
Desde el COFB se habían llevado a cabo antes varios estudios que habían arrojado datos preocupantes. Uno de ellos fue el Plenufar II en 1999 donde se impartió educación nutricional y se entrevistó a 100.000 niños de entre 10 y 12 años, en los que descubrió que el 15 por ciento de los varones decía haber hecho dieta para adelgazar, el 23 por ciento de todos ellos decía desear estar más delgado y el 24 por ciento afirmaba que había hecho ejercicio para adelgazar.
Por otro lado, el año 2000, el COFB realizó otra encuesta sobre comportamiento alimentario entre 2.300 niños de entre 11 y 13 años, encontrando que el 24 por ciento de las chicas decía haber hecho dieta para adelgazar, un 40 por ciento quería estar más delgado y un 21 por ciento de las chicas decía que había hecho ejercicio para adelgazar. Respuestas preocupantes que muestran la excesiva importancia que dan al peso incluso antes de la adolescencia.
Detección precoz desde la farmacia
Según los impulsores de esta nueva campaña, desde la oficina de farmacia se puede hacer mucho para prevenir los trastornos del comportamiento alimentario. Por ejemplo, desde ella se pueden detectar conductas de riesgo que indiquen el inicio de uno de estos trastornos, prestar atención especial a la dispensación de laxantes y diuréticos y detectar jóvenes que se pesan frecuentemente en la báscula o que compran suplementos de adelgazamiento sin necesitarlo.
«Aparte de la dispensación de medicinas, la otra función del farmacéutico es dar consejo, de hecho, una encuesta afirmó que cuatro de cada diez visitas a la farmacia se hacían en busca de consejo, no de medicamentos», resaltó Julián Zabala, jefe de comunicación de Farmaindustria, que ha apoyado la iniciativa.
El detectar estos trastornos de forma temprana es importante, ya que cuanto antes se detecte y empiece su tratamiento, más fácil será la recuperación. Sin embargo, según un estudio del año 2000 sobre 470 pacientes, la media de detección está en los dos años y medio después del inicio del trastorno, «muchísimo», según Pagés ya que este retraso retrasa la recuperación. Una vez transcurridos tres años en la evolución de la enfermedad, esta se cronifica y el tratamiento es mucho más largo, con un promedio de hasta seis años de duración.
Síntomas de alerta
Un cambio de comportamiento, un estado de nerviosismo, irritabilidad, descenso del peso, obsesión porque se come demasiado y se está gordo, esconderse para comer o desaparición de la menstruación en las chicas, suelen ser algunos de los síntomas de alerta citados por el presidente de ACAB. Además, Pagés resaltó que los padres y amigos deben evitar decir a los adolescentes que pueden estar en riesgo «que tienen barriguita, por ejemplo, porque pueden desencadenar al final un trastorno de este tipo».
Si se detecta de forma precoz, muchos casos se pueden tratar y solucionar de forma ambulatoria, aunque en casos extremos puede necesitar incluso el ingreso hospitalario. Entre las recomendaciones que se lanzaron a los niños y a los adolescentes, la doctora Marta Castells, vocal de alimentación del COFB les animó a «ser críticos, sobre todo con la publicidad, no deben creer que su cuerpo es moldeable, eso no es verdad».
Algunos contenidos del tríptico:
Señales de alerta de anorexia nerviosa: comer cada vez menos, perder peso, sentirse gordo o gorda aunque se esté delgado, obsesionarse por el control del peso y tener un excesivo miedo a engordar, interesarse de forma desmesurada por temas relacionados con la alimentación, hacer cosas extrañas con la comida (como comer trozos pequeños o esconder alimentos), manifestar cambios de humor frecuentes, hacer ejercicio de forma exagerada, tener menstruaciones irregulares o faltas y provocarse el vómito.
Señales de alerta de bulimia nerviosa: comer con muchas ganas y rapidez, llenarse rápidamente y sentirse luego culpable de haberlo hecho; iniciar dietas sin control continuamente, preocuparse forma excesiva por el cuerpo, provocarse vómitos justo después de comer o tomar diuréticos y abusar de laxantes.
Señales de alerta de ingesta compulsiva: mucha ansiedad que se calma comiendo, exceso de peso y obesidad, insatisfacción constante.
© 2022 Medicina Television S.A Spain