Los dermatólogos españoles se suman a la campaña contra el tabaco recordando cómo perjudica gravemente a la piel

La Academia Española de Dermatología ha advertido sobre los efectos nocivos que puede causar el humo del tabaco en nuestra piel, tanto para el fumador activo como pasivo, coincidiendo con el primer mes de la puesta en marcha de la Ley Antitabaco. Desde cáncer de piel, hasta enfermedad vascular periférica, pasando por un empeoramiento del pronóstico de pacientes con melanoma son los riesgos más graves. Pero además, fumar acelera el envejecimiento de la piel, potencia la formación de arrugas y dificultad de cicatrización. Son efectos, que según los dermatólogos españoles, toda la población debe conocer.

Los españoles saben que el cáncer de pulmón es una de las graves consecuencias del tabaquismo activo y pasivo en el organismo. Sin embargo, la mayor parte de la población desconoce los efectos negativos que entraña el humo para la salud de nuestra piel. Por ello, los dermatólogos agrupados en la Academia Española de Dermatología y Veneorología (AEDV) se han sumado a la campaña general contra el tabaco recordando como este hábito perjudica a la piel.

Para empezar, la nicotina afecta la cosmética de las personas y acelera el envejecimiento de la piel, advierten los dermatólogos españoles. De hecho, un estudio estadounidense ha demostrado que las personas que fuman más de un paquete de tabaco por semana tiene casi cinco veces más riesgo de tener arrugas que los no fumadores.

«Los fumadores que llevan más de 10 años consumiendo desarrollan lo que denominamos cara del fumador con más arrugas, más marcadas, una piel más grisácea, menos luminosa y más atrofiada», detalla el doctor Miguel Aizpun, Portavoz de la Academia Española de Dermatología y Veneorología (AEDV).

Ello también es debido al movimiento facial repetitivo que se hace cuando se contraen los labios para fumar, que provoca la formación de arrugas alrededor de la boca y la acción, también muy repetida, de achinar los ojos para evitar el humo, causa las arrugas alrededor de los ojos.

Sin embargo, esto no es lo único que explica la mayor aparición de arrugas en la cara de los fumadores. Fumar contrae los vasos sanguíneos y reduce así la cantidad de flujo sanguíneo que llega a la piel, lo que hace que le falte el oxígeno y otros nutrientes esenciales. El humo del tabaco en el ambiente tiene, además, un efecto deshidratador para la superficie de la piel. Por esta razón, el Dr. Aizpún aclara que la piel «se puede ver afectada por el tabaco tanto si se es fumador como si no», resalta.

Otro efecto cosmético directamente relacionado con el tabaco es la pigmentación amarilla que provoca alrededor de los dedos la adicción al cigarrillo.

Los efectos más nocivos para nuestra piel

Pero las arrugas son los efectos menos graves del humo de tabaco en nuestra piel. Está demostrado que el tabaco es uno de los mayores factores de riesgo para desarrollar enfermedad vascular periférica, una dolencia con graves (y visibles) consecuencias para la piel. Además, tiene relación con el cáncer de piel, aunque no de forma tan directa como con otros tipos de neoplasias.

Así, diversos estudios han demostrado que los tumores más asociados con el humo del tabaco (como el de pulmón) tienden más a producir metástasis en la piel que otros tipos de cáncer.

En este sentido, el doctor Aizpún señala que, aunque está demostrado que el tabaco no provoca el cáncer de piel más mortal, el melanoma, «se observa un peor pronóstico en los pacientes de melanoma que son fumadores».

También está demostrado que a los fumadores les cicatrizan peor las heridas, efecto que se ha estudiado concretamente en operaciones de cirugía estética, a las que las mujeres fumadoras han respondido peor que las no fumadoras por tardar más en cicatrizar las lesiones.

Por ello, los dermatólogos españoles, agrupados en la Academia Española de Dermatología y Venereología, consideran que es importante hablar a los fumadores de los efectos del tabaco sobre la piel. En su opinión, los efectos nocivos del tabaco en la piel pueden incluso influir más en un fumador a la hora de dejar el vicio que el consabido «el tabaco mata», al ser éstos más evidentes y rápidos. Tal y como señala el Dr. Aizpún, «mientras que el cáncer y otras enfermedades graves asociadas al tabaco no tocan a todo el mundo, el mayor y más rápido envejecimiento de la piel es común a todos los fumadores».