Las enfermedades mentales son poco conocidas por la sociedad. Pero poco a poco está desapareciendo el miedo a reconocer socialmente a los enfermos mentales, muchos de ellos totalmente integrados en su vida laboral y familiar. Sobre este tema, Félix Bermejo, expresidente de la Sociedad Española de Neurología, aclara algunos de los aspectos más controvertidos sobre las enfermedades mentales, así como las posibles vías de prevención.
¿ Qué factores influyen en la prevención de las enfermedades mentales?
Las enfermedades mentales son muy variadas. Algunas se pueden prevenir y otras, desgraciadamente, no. Hay un gran número de patologías mentales que podríamos dividir en dos grupos principales. La gran mayoría derivan de una enfermedad estructural del cerebro, es decir, de lesiones neuronales. Otras provienen de mecanismos más sutiles, como las relaciones afectivas entre miembros de la sociedad, o aquellas causadas por disfunciones sociales de una persona. Hay otros casos en los que incluso se combinan factores de lesiones en el cerebro con factores de estrés excesivo.
¿Qué enfermedades mentales distingue la sociedad?
En general, la etiqueta de enfermedad mental la sociedad la relaciona más con los trastornos de conducta tipo neurosis o depresión. Estos son los trastornos que identifica la población. Desde la Neurología, una especialidad médica que estudia el cerebro desde una perspectiva muy orgánica, analizamos qué alteraciones mentales producen lesiones en el cerebro. Los neurólogos tratamos enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer, el ictus, la epilepsia, etc. Los psiquiatras se relacionan más con enfermedades que de alguna manera no tienen una lesión en el cerebro sino que son más bien de pautas culturales, estrés psicológico.
¿Están los enfermos mentales integrados socialmente?
La sociedad es cada vez más tolerante con aquellas enfermedades que tiene una lesión del cerebro. Cada vez hay más aceptación de las personas que padecen un ictus, que tienen Parkinson o incluso una epilepsia, aunque les siguen provocando un cierto temor. En cuanto a las enfermedades psiquiátricas como la locura o la drogadicción, creo que también ha incrementado la tolerancia. Hoy en día muchos de los enfermos están integrados en sus familias, en grupos sociales y en el ámbito laboral. Podríamos decir que históricamente ha habido una aceptación progresiva de la persona que ha tenido una minusvalía o una discapacitación mental. Mayor información es más tolerancia. El incremento de información y formación hace que las personas tengan aptitudes más tolerantes. Lo desconocido es lo que produce más miedo. Si se conoce lo que son las enfermedades mentales siempre se aceptarán mejor que si no se conocen.
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