Los epilépticos tienen siete veces más riesgo de sufrir un accidente de tráfico

Un equipo de investigadores ha observado que está aumentando el número de accidentes de tráfico en los que se ven involucradas personas epilépticas y afirman que el riesgo de sufrir estos percances es siete veces más alto en estos pacientes.

Un equipo danés del Laboratorio de Análisis de Accidentes de Tráfico de la Odense University ha concluido que cada vez hay más accidentes de tráfico en los que están involucrados pacientes epilépticos. Según su estudio, publicado en la revista Neurology , estos enfermos tienen siete veces más posibilidades de tener un accidente mientras conducen que las personas no epilépticas.

El estudio se ha realizado registrando una cohorte de 159 pacientes con epilepsia durante diez años y efectuando más de quinientos controles individuales, teniendo en cuenta edad, sexo, lugar de residencia y el tiempo de evolución de su enfermedad. Ninguno de ellos era conductor de profesión, y se evitó que además se dieran otros factores como diabetes u otras alteraciones neurológicas.

De los 159 pacientes registrados, diez necesitaron asistencia médica tras sufrir un accidente de tráfico durante esa década. Una proporción siete veces mayor a la probabilidad de accidente de personas no enfermas de epilepsia, según este equipo danés, liderado por el doctor Svends Lings.

Los peligros de ocultar los ataques

En España, la ley española prohibe conducir a las personas con epilepsia activa, es decir, que hayan tenido una crisis en el último año. Pero hay normativas más restrictivas. En algunos estados norteamericanos no se permite extender el carnet de conducir a pacientes que tuvieron una convulsión en los últimos seis meses, aunque estén medicándose, lo que hace que muchos de estos pacientes accedan a someterse a una cirugía para detener el problema y poder ponerse al volante con normalidad.

Según un reciente estudio inglés publicado en el British Medical Journal , liderado por el doctor John Appleby, una sexta parte de los epilépticos encuestados ocultaban a su médico de cabecera sus ataques, pues en Gran Bretaña esta circunstancia les impide obtener el carnet de conducir y acceder a diversos puestos de trabajo y actividades.

Este estudio concluía que los pacientes creían peligrosamente que las ventajas de ocultar los ataques superaban los riesgos que corren. Sin embargo, la ocultación de estos episodios epilépticos puede derivar en un tratamiento inadecuado. Por lo que este equipo de investigadores aconseja a sus colegas que subrayen a sus pacientes las consecuencias negativas para su salud que puede tener ocultar sus crisis.