Los piercings, ¿inofensivos o un peligro para la salud?

La oreja, el tabique de la nariz, la cola de la ceja, la zona del ombligo, los labios y la lengua son las zonas preferidas para los piercings, pero ¿qué peligros pueden conllevar para la salud? ¿En qué casos están contraindicados?

Los ‘piercings’ están contraindicados en personas en tratamiento con anticoagulantes o que padecen trastornos de la coagulación de la sangre asi como aquellas que sufren un trastorno de la inmunidad, señala la doctora Maria José Barba Martínez, especialista en Medicina Estética.

En general, cualquier zona anatómica del cuerpo puede ser perforada, siempre que no comprometan las funciones vitales. Las más demandadas son la región de la oreja, el tabique de la nariz, la cola de la ceja, la zona del ombligo, los labios y la lengua.

En concreto, la perforación del cartílago, en lugar del lóbulo, eleva notablemente el riesgo de infección, y tarda entre cuatro meses y un año en cicatrizar. Además, en el cartílago, aumenta el peligro alto de infección, inflamaciones y necrosis.

En este sentido, esta experta advierte de que los tratamientos antisépticos y antibióticos no ofrecen un efecto óptimo ya que esta zona se encuentra muy poco vascularizada y, en consecuencia, el tejido se regenera peor y los principios farmacológicos llegan con dificultad.

Por su parte, la cicatrización del ‘piercing’ en las cejas tarda entre seis y ocho semanas. Sus riesgos pasan por inflamación local, infección y parálisis de la parpebral. Barba Martínez aconseja hacérselo en la parte externa de la ceja y nunca cerca de la nariz para evitar las lesiones nerviosas y los riesgos de parálisis.

El ‘piercing’ nasal, prosigue esta experta, puede ocasionar desgarros y heridas, infecciones por pseudomonas y estafilococos, ya que se trata de una zona permanentemente húmeda. Mientras que el de la lengua puede acarrear infecciones severas, aunque es un tejido que cicatriza deprisa. Sus riesgos pasan por desgarros y microtraumatismos dentales, capaces de astillar los dientes e, incluso, provocar su caída.

La experta recomienda, en estos casos, mantener una estricta higiene bucal y optar por los abalorios de goma y silicona. Además, hay que vigilar periódicamente el cierre del adorno para que no se desprenda accidentalmente y se produzcan atragantamientos.

Por su parte, un ‘piercing’ en los labios hace que aumente la salivación y el líquido puede salir incluso por el orificio. Además, la humedad constante hace que la piel se macere alrededor del adorno, lo que eleva el riesgo de colonización bacteriana e infección. Estos adornos también pueden provocar erosión en las encías que quizás derive en gingivitis y caída de piezas dentales.

Por último, los ‘piercings’ en el ombligo tardan en cicatrizar entre cuatro semanas y un año dependiendo de la edad, el grosor de la piel y la profundidad del ombligo. Sus complicaciones son infección local o secreciones persistentes. Mientras que los del pezón, cuya cicatrización oscila entre seis semanas y seis meses, puede generar inflamación mamaria, infección o prótesis de pecho, en caso de que la hubiera.