Los programas de cribado del cáncer de cérvix no se están realizando de la forma más óptima, según el estudio Afrodita

Las mujeres mayores de 55 años, las que viven en zonas rurales y las de niveles sociales menos privilegiados no se realizan tantas citologías como sería recomendable mientras que esta prueba se sobreutiliza a veces en las mujeres jóvenes, se extrae de las conclusiones del Estudio Afrodita. Este trabajo ha evaluado la cobertura del cribado del cáncer de cuello uterino mediante el test Papanicolau a nivel nacional.

El estudio Afrodita, presentado recientemente, ha concluido que en general el uso de la citología vaginal en España es elevado, sin embargo, existen segmentos de población en los que aún no se realiza tan frecuentemente como se recomienda. En concreto, las mujeres de más de 55 años, las que viven lejos de núcleos urbanos y las que pertenecen a un nivel social menos privilegiado, no se benefician tanto de este cribado de prevención del cáncer de cuello de útero como sería deseable.

Esta conclusión se ha obtenido con los datos de una encuesta a 6.852 mujeres de entre 18 y 70 años de 17 comunidades autónomas, la muestra más amplia evaluada sobre este aspecto en nuestro territorio. El test de Papanicolau o citología vaginal es la única prueba para la detección precoz de lesiones precancerosas que pueden evolucionar a cáncer invasor de cuello uterino, un tumor que afecta cada año a 10 de cada 100.000 mujeres en España (unos 2.100 casos anuales de carcinoma invasor) y cuyo pronóstico es desfavorecedor cuando se detecta en estadios avanzados.

Han aumentado los casos

Aunque las tasas de incidencia de este tipo de cáncer en nuestro país son de las más bajas de Europa, el Dr. Luis María Puig-Tintoré, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Clínico de Barcelona y coordinador de este estudio junto con el Instituto Catalán de Oncología, resalta que «el cáncer de cuello de útero no ha desaparecido en España a pesar de que se está haciendo cribado, incluso sorprende que ha aumentado el número de casos en los últimos años», lamenta.

Los impulsores del estudio animaron a los responsables de las políticas sanitarias de las diferentes comunidades autónomas a no obviar el cribado del cáncer de cérvix, a pesar de su baja incidencia comparado con otros tipos de cáncer. Los responsables del estudio criticaron que en España la estrategia de realización de citologías «ha sido oportunística en las revisiones ginecológicas y no ha habido programas de cribado poblacionales organizados», afirman. Y la consecuencia negativa de este planteamiento ha sido «la sobreutilización de la prueba en las mujeres más jóvenes, con más medios económicos y de bajo riesgo y a la infrautilización de la prueba en las mujeres mayores, con menos medios económicos y que más lo necesitan», aseveran.

Además, «mientras algunas comunidades han ido adoptando las recomendaciones de los organismos internacionales para establecer protocolos de diagnóstico precoz del cáncer de cuello uterino, otras comunidades no lo hacen», lamentan también.

¿Cuándo realizarla?

Las diferentes sociedades médicas (Sociedad Española de Patología Cervical y Colposcopia, Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia y Sociedad Española de Citología) recomiendan de manera consensuada realizarse la primera citología a los tres años después del inicio de las relaciones sexuales o a partir de los 25 años. La frecuencia más recomendada para la repetición de la prueba es cada tres años, tras dos exámenes anuales con resultados normales. Una periodicidad inferior aporta escasos beneficios e incremente notablemente los costes.

Según explica el Dr. Puig-Tintoré, «estas pautas están internacionalmente aceptadas, lo que ocurre es que en España no se siguen bien. La ausencia de un cribado poblacional organizado motiva que las mujeres que no acuden voluntariamente a un control tengan un riesgo más elevado de desarrollar un cáncer.