12Nov. 04
El elevado número de personas que padecen algún tipo de trastorno mental y la tasa de infradiagnóstico de estas patologías representan un gasto para la sanidad pública española de 23.000 millones de euros. Del 25 al 40 por ciento de los pacientes con cuadros psíquicos persistentes no acude al especialista, por lo que el médico de AP tiene un papel clave en la detección y tratamiento de este grupo de enfermedades.
Los trastornos de origen psiquiátrico originan el 40 por ciento de las consultas de Atención Primaria, según el doctor Enrique Zamorano, miembro del grupo de salud mental de la Sociedad de Medicina Rural y Generalista (SEMERGEN). El estrés y el acelerado ritmo de vida de la sociedad actual influyen en el incremento de este grupo de patologías. Además, todo indica que la cifra de consultas irá en aumento en los próximos años, debido a fenómenos como la inmigración, el consumo de drogas, los trastornos de la conducta alimentaria y la violencia doméstica, que propician un aumento de la población de riesgo. Tampoco hay que olvidar otras situaciones típicas del entorno laboral, como el mobbing -acoso psicológico en el trabajo- o el síndrome de burn-out, que causan un profundo daño en la persona que las padece.
El hecho de que entre el 25% y el 40% de los pacientes con trastornos psíquicos persistentes se muestre reacio a acudir al especialista convierte al médico general en figura clave a la hora de diagnosticar y tratar estas patologías. No hay que olvidar que el 60% de la población acude a consulta con su médico de cabecera por lo menos una vez al año y el 90% lo hace al menos una vez cada dos años, por lo que este profesional es el que mejor situado está para ejercer tareas de prevención y promoción de la salud. No en vano es el que mejor conoce al paciente y su entorno.
La poca disposición a la hora de ir a la consulta del especialita, la falta de tiempo en Atención Primaria para que el facultativo realice el diagnóstico de la enfermedad mental y el tabú todavía existente, por parte del paciente, en admitir que sufre un trastorno de este tipo, son factores que explican el infradiagnóstico de estas alteraciones en nuestro país. De hecho, en muchas ocasiones los síntomas físicos hacen que los psicológicos pasen a un segundo plano. Todo ello, unido al abandono del tratamiento por parte del paciente, como consecuencia de una deficiente información o de la creencia de que los fármacos suministrados para curar este tipo de enfermedades provocan adicción, representa un coste anual para la sanidad pública española cercano a los 23.000 millones de euros, según el doctor Ramón González Correales, coordinador del Grupo de Salud Mental de SEMERGEN.
De ahí que el médico de Atención Primaria tenga que estar muy preparado para hacer frente a cuadros como la depresión o la ansiedad, cada vez más frecuentes en su consulta. Con el fin de proporcionarle una herramienta de ayuda, SEMERGEN y MERCK Genéricos han puesto en marcha un curso de formación sobre «Anamnesis y exploración en salud mental para AP».
La importancia de la entrevista clínica
A diferencia de lo que ocurre con otras patologías, en la detección de la enfermedad psiquiátrica no existen análisis o pruebas clínicas que permitan, por sí solas, un correcto diagnóstico. Este depende, por tanto, del médico y de sus habilidades durante la entrevista clínica que realice al paciente. «Por eso, es importante que el profesional de Atención Primaria utilice una comunicación eficaz en la consulta. La introducción sistemática en las entrevistas de unas sencillas y concretas estrategias de comunicación (empleo de preguntas abiertas, escucha activa, identificación de contenidos psicosociales, empatía, etcétera) se han mostrado de gran utilidad en la detección de estos trastornos», explica el doctor Enrique Zamorano, coordinador del curso.
Los trastornos de ansiedad originan un 34% de las consultas de tipo psiquiátrico que se registran en Atención Primaria y suelen tener su origen en situaciones de estrés. Los síntomas más frecuentes son dolores en el pecho, mareos o falta de respiración. La depresión es la segunda patología psiquiátrica más habitual y origina un 23% de las visitas al médico de cabecera. La apatía, el desánimo o la falta de ganas para emprender una actividad, junto con la imposibilidad de disfrutar de las actividades cotidianas -con las que antes de padecer la enfermedad, sí se disfrutaba- son algunas de sus principales características .
La mujer genera el doble de visitas que el hombre en Atención Primaria por causa psiquiátrica. «La sociedad siempre ha empujado a adoptar distintos roles al sexo masculino y al femenino, de forma que se ve normal que una mujer se queje de sus problemas, mientras que en un hombre no está bien visto», explica el doctor Zamorano.
Perfil de mujeres afectadas
El perfil de la persona que acude al médico de cabecera con motivo de este tipo de cuadros es el de una mujer de entre 35 y 65 años, casada, ama de casa, con hijos mayores y ancianos a su cargo, perteneciente a un estrato económico y cultural bajo o medio bajo. «Estudios recientes señalan que la mujer con este tipo de problemas suele presentar rasgos psicológicos comunes, como la insatisfacción matrimonial o la escasa capacidad para simbolizar psicológicamente sus emociones, por lo que la somatización es la única expresión de su conflicto dominio-sumisión. A veces, trata de buscar apoyo fuera de la familia y con frecuencia acude al médico con quejas somáticas varias que puedan justificar reiteradas visitas», señala el especialista.
En el caso de los varones se aprecia a partir de los 30 años un aumento significativo de los trastornos psiquiátricos, que alcanzan su máxima expresión en la década de los 40, quizás debido a una autoevaluación del propio proyecto vital. En la mujer, el incremento de la prevalencia de estas enfermedades se produce a partir de los 45 años, coincidiendo con el momento en que los hijos abandonan el núcleo familiar.
Pero estos grupos de población no son los únicos que padecen este tipo de dolencias, ya que, según el doctor Zamorano, uno de cada 10 adolescentes también las sufre con una intensidad lo suficientemente grave como para alterar su rutina diaria. Además, un 8% de los jóvenes españoles padece depresión como consecuencia del consumo de estupefacientes y el abuso del alcohol.
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