15Jun. 01
Esta jornada ha estado dirigida a gastroenterólogos infantiles y de adultos de toda España, así como a pediatras y especialistas en el aparato digestivo, y en ella se han tratado aspectos como los conocimientos médicos existentes, el diagnóstico precoz y el diagnóstico de los pacientes asintomáticos. La celiaquía es una enfermedad crónica intestinal que produce […]
Esta jornada ha estado dirigida a gastroenterólogos infantiles y de adultos de toda España, así como a pediatras y especialistas en el aparato digestivo, y en ella se han tratado aspectos como los conocimientos médicos existentes, el diagnóstico precoz y el diagnóstico de los pacientes asintomáticos.
La celiaquía es una enfermedad crónica intestinal que produce una intolerancia permanente al gluten, se transmite genéticamente y por eso es normal que haya más de un celíaco dentro de la misma familia. Esta intolerancia al gluten se debe a que esta proteína produce una lesión severa en la mucosa del intestino delgado de estos pacientes. Esto produce una atrofia de las vellosidades intestinales que conlleva una mala absorción de los nutrientes de los alimentos, tales como proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas.
Los síntomas habituales son pérdida del apetito y de peso, anemia, diarrea crónica, cansancio, distensión abdominal, alteraciones del carácter y retraso del crecimiento en el niño. En algunos casos, tanto en niños como en adultos, estos síntomas pueden ser atípicos o no aparecer, de manera que se dificulta el diagnóstico. Además, las investigaciones de las últimas décadas han demostrado que se pueden manifestar otros síntomas diferentes a cualquier edad.
Esta patología afecta a una de cada 250 personas en España, si bien la prevalencia es diferente en algunas regiones del mundo. Por ejemplo, entre la población saharaui la prevalencia aumenta y una de cada 70 personas padecen celiaquía. El diagnóstico se debe realizar mediante una biopsia intestinal, también se pueden realizar otra serie de pruebas siempre que no sustituyan a la biopsia, que será la única que nos dará un diagnóstico seguro.
La dieta
La enfermedad celíaca puede derivar en un tumor o linfoma intestinal si no se trata, para evitarlo se debe seguir una dieta estricta sin gluten durante toda la vida, que hace desaparecer el riesgo de cáncer a los cinco años. Esta dieta se debe basar en alimentos naturales: legumbres, pescados, carnes, huevos, frutas, hortalizas, verduras y cereales sin gluten, como el arroz y el maíz. Asimismo, se deben suprimir totalmente cereales como el trigo, el centeno, la avena y el triticale, y se deben evitar alimentos envasados y elaborados en los que es más difícil garantizar la ausencia de gluten.
Los celíacos deben comprar parte de sus alimentos en herbolarios y tiendas especializadas a unos precios bastante altos, muchos de ellos no pueden hacer frente a este gasto en los productos de carácter básico con el consiguiente riesgo que supone no seguir la dieta sin gluten. Por este motivo la FACE ha reivindicado que se otorguen ayudas económicas para adquirir estos productos especiales y aseguran que en la mayor parte de países de la Unión Europea estos productos están incluidos dentro del régimen de la Seguridad Social o cuentan con algún tipo de ayuda.
Por otra parte, los celíacos consideran necesaria una legislación sobre etiquetado que obligue al fabricante a hacer constar de forma clara y veraz la relación de ingredientes que incluye ese producto. «Es imprescindible que exista una rutina analítica por parte de la Administración sobre los productos declarados sin gluten para que el celíaco los pueda ingerir con toda seguridad», afirman desde la FACE.
© 2022 Medicina Television S.A Spain