Más ayudas para los fumadores que desean abandonar su hábito

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha pedido al Ministerio de Sanidad que "haga realidad sus últimas promesas de potenciar la ayuda especializada a los fumadores" que desean dejar el tabaco mediante la creación de nuevos centros específicos en hospitales y la financiación de los tratamientos farmacológicos que hayan demostrado ser eficaces en la deshabituación tabáquica.

La función de las unidades de tabaquismo existentes en algunos hospitales y el papel de los médicos de familia en el control de esta adicción son dos puntos clave para ayudar a la población que desee abandonar su adicción al tabaco. En España fuman 12 millones de personas, el 37 por ciento de la población, mientras que sólo funcionan algo más de 15 unidades de tabaquismo dependientes de la sanidad pública en toda España, concentradas en cinco comunidades autónomas: Andalucía, Cataluña, Madrid, La Rioja y Aragón.

Según la doctora María Teresa González García, experta en tabaquismo y miembro de la SEPAR, el 30 por ciento de los fumadores que quieren dejar el tabaco necesita ayuda de profesionales especializados para conseguirlo. Fumar es un hábito que muchas personas no son capaces de superar por sí mismas, en algunos casos por los miedos que genera: ganar peso, ansiedad, así como al resto de síntomas característicos del síndrome de abstinencia que sufre el paciente durante las primeras semanas de privación de nicotina.

La situación de las unidades de tabaquismo

La doctora González García opina que los medios tanto humanos como técninos de muchas de las unidades de tabaquismo de los hospitales «son mínimos, cuando no precarios y siempre insuficientes». En este mismo sentido, esta experta también señala que las listas de espera existentes en la actualidad retrasan el tratamiento de los fumadores que desean dejar de serlo.

En opinión de esta experta, los médicos, especialmente los de Atención Primaria, deben asumir una mayor responsabilidad a la hora de informar, concienciar y alertar a la población de los riesgos del tabaco. «Un consejo a tiempo, acompañado de un folleto informativo, es capaz por sí solo de que el 10 por ciento de las personas que pasan por la consulta de un médico de familia deje de fumar cada año», declara.