Más casos de melanoma

19Ago. 03

El melanoma es el tumor de piel más maligno que existe y se seguirá multiplicando en los próximos diez o quince años, hasta que empiecen a notarse los efectos de las campañas de prevención, según lo expuesto en el Curso de Diagnóstico precoz del Melanoma organizado recientemente en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

En opinión del doctor Pablo Lázaro, jefe del Servicio de Dermatología de este hospital, en seis años el aumento de casos de melanoma en su área de salud, que engloba 650.000 habitantes, ha sido del 50 por ciento y estas cifras «son aplicables en otras partes de España», afirma. Sin embargo, para este especialista lo peor está por llegar, ya que los casos «se seguirán multiplicando durante años, hasta que cambien los hábitos de exposición al sol».

El melanoma es un tumor que consiste en una transformación cancerosa (maligna) de los melanocitos, que son las células pigmentarias que dan color a la piel. Se trata de un tumor con una gran capacidad de metástasis y los expertos aseguran que su prevención ha de basarse en la protección solar y en la consulta inmediata al especialista ante la menor sospecha de cambios en el tamaño, forma y color de los lunares.

El ABC de los lunares

Existe una regla que puede ayudar a detectar un lunar sospechoso de ser maligno. Se la denomina regla A, B, C y D y consiste en un juego de palabras que recuerda ciertos factores de alarma ante cambios en la piel. «Cuando un lunar es A simétrico, tiene unos B ordes irregulares, toma una C oloración muy oscura e irregular y su D iámetro es mayor de seis milímetros, hay indicios de melanoma», explica el doctor Lázaro. En el 80-90 de los casos este tumor aparece sobre piel normal teniendo al principio el aspectos de un lunar (nevus) benigno. Si éste sufre alguna de las citadas transformaciones, debe acudirse al especialista.

Una vez en el médico, existen diversas técnicas para combatir el melanoma. Como sucede con todos los cánceres, la detección precoz es fundamental, y los casos de tumores con un grosor inferior a 0,7 milímetros pueden curarse casi en su totalidad a través de la extirpación quirúrgica. Cuando la lesión tiene un grosor mayor, se suele recurrir a la técnica del ganglio centinela. Pero uno de los métodos más novedosos es la llamada dermatoscopia o epiluminiscencia, considerada por el doctor Lázaro la técnica «más eficaz para la detección precoz».

La dermatoscopia permite ver cualquier alteración precoz en los lunares indicando su posible malignidad. Consiste en el uso de aparatos que contienen una luz polarizada y un sistema de aumento. Tal y como explica el doctor Lázaro, estos «permiten ver las lesiones en profundidad ya que la superficie de la piel queda como transparente». Posteriormente, los sistemas digitales permiten estudiar con detenimiento la imagen en un ordenador para su valoración detallada.