17Dic. 09
Los expertos reunidos en las 3as Jornadas en Biomedicina y Enfermedades Inflamatorias (BEI) organizadas recientemente por UCB Pharma y la Sociedad Española de Reumatología (SER) apostaron por las terapias biológicas, tratamientos muy efectivos en aquellos pacientes en los que han fracasado los antirreumáticos clásicos, y destacaron las propiedades del certolizumab pegol, el primer antagonista del TNF pegilado que permitirá un mayor intervalo de dosificación inhibiendo la progresión del la destrucción articular.
Actualmente, el 63 por ciento de los fármacos que están en fases iniciales de investigación para el tratamiento de la artritis reumatoide son biológicos, ya que representan una verdadera revolución en el campo terapéutico de esta enfermedad y otros procesos inflamatorios crónicos. «Estos fármacos biológicos han demostrado ser muy efectivos en aquellos pacientes que han fracasado con los antirreumáticos clásicos o sólo han conseguido una respuesta parcial», señaló Raimon Sanmartí, consultor senior de Reumatología y coordinador de la Unidad de Artritis del Hospital Clínic de Barcelona y profesor asociado de Medicina de la Universidad de Barcelona, en el marco de las 3as Jornadas en Biomedicina y Enfermedades Inflamatorias (BEI) organizadas recientemente por UCB Pharma y la Sociedad Española de Reumatología (SER). Con este evento, la SER y UCB Pharma promueven, de forma periódica, la formación médica continuada de alto nivel y la investigación biomédica con el fin de poder hacer un abordaje más integral de las enfermedades inflamatorias.
Más de 60 reumatólogos, biólogos y oncólogos se dieron cita en el II Curso SER de Sinovitis Crónica: Mecanismos y Dianas dentro de las Jornadas BEI , un simposio en el que los expertos abogaron por las terapias biológicas como apuesta de futuro. En este sentido, Sanmartí recordó la reciente aprobación de certolizumab pegol, un nuevo antagonista del TNF, por la Comisión Europea para el tratamiento de la artritis reumatoide.
«Certolizumab pegol aporta como principal novedad el diseño particular de su molécula, diferente al resto de anti-TNF. Se trata del primer antagonista del TNF PEGilado libre de región Fc: esto le confiere propiedades farmacológicas distintas a los demás agentes inhibidores de esta citocina», apunta este experto.
«La PEGilación permite incrementar su vida media dentro del organismo y ser administrado por vía subcutánea a mayores intervalos de tiempo. Además, esta modificación de la molécula parece favorecer la acumulación preferente del fármaco en el tejido inflamado», manifiesta, por su parte, el Dr. Juan Cañete, reumatólogo de la Unidad de Artritis del Servicio de Reumatología del Hospital Clínic de Barcelona.
En esta misma dirección, los expertos recordaron que los fármacos biológicos, en general, se pueden aplicar a casi todos los pacientes a excepción de aquellos con antecedentes recientes de tumores malignos o que tengan insuficiencia cardiaca o enfermedad desmielinizante. No obstante, puntualiza Sanmartí, «es posible que en un futuro no muy lejano se apliquen también como terapia inicial, especialmente en aquellos pacientes con factores de mal pronóstico».
Unidades especializadas para fomentar el diagnóstico precoz
Otro de los temas abordados durante las jornadas fue la detección de la artritis reumatoide. Todavía hoy en día la mayoría de pacientes llega tarde a la consulta del reumatólogo, muchas veces cuando han pasado 6 o incluso 12 meses desde el inicio de la enfermedad. «Lo ideal sería que el enfermo llegara a la consulta especializada dentro de los tres primeros meses de evolución de la patología», apunta Sanmartí.
En este sentido, «sería fundamental la creación de unidades o consultas especializadas en los hospitales, así como una buena comunicación e interrelación con Atención Primaria para diagnosticar la enfermedad lo más precozmente posible», revela este experto.
En esta línea cabe destacar el proyecto SERAP (evaluación de un modelo de atención de la artritis en España), de la Sociedad Española de Reumatología, que tiene como objetivo principal demostrar que la correcta puesta en marcha y funcionamiento de las unidades de artritis precoz en los centros hospitalarios, mejora el pronóstico de los pacientes con artritis reumatoide en fases tempranas al facilitar el diagnóstico y tratamiento precoz, optimizando de este modo el uso de recursos a medio y largo plazo destinados al manejo de estos pacientes respecto a la práctica clínica habitual.
También tiene como objetivos: crear unidades de artritis precoz (UAP´s) hospitalarias y/o dar soporte a unidades ya existentes, estableciendo en las mismas protocolos de derivación de pacientes desde la primaria y de manejo terapéutico, comparar la eficacia de esta intervención con una cohorte histórica de artritis de reciente comienzo que no haya acudido a una UAP´s, estimar la incidencia de AR en España y evaluar la sensibilidad y especificidad de un algoritmo diagnóstico de AR de reciente comienzo.
En su opinión, el diagnóstico en fases tempranas es esencial porque posibilita implantar un tratamiento precoz, lo que mejora las posibilidades de respuesta, incluida la remisión de la enfermedad. «Hay que evitar que existan deformidades articulares y que, por tanto, el proceso sea irreversible», apunta.
En cuanto a los últimos avances en diagnóstico, desde el punto de vista de pruebas de laboratorio, Sanmartí asegura que la gran revolución ha sido el descubrimiento de los anticuerpos anti-péptidos cíclicos citrulinados (anti- CCP ). «Estos anticuerpos están presentes en el 70% de pacientes y son muy específicos de la enfermedad. Son extraordinariamente útiles en pacientes con artritis de inicio reciente porque su presencia nos indica que estamos delante de una artritis reumatoide en casi todos los casos», concluye Sanmartí.
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