El cáncer de mama está aumentando entre las jóvenes españolas sin que los científicos sepan discernir todavía las causas exactas. Entre las que cobran mayor fuerza encontramos los factores genéticos, una alimentación rica en grasas animales y el retraso en la maternidad.
Aunque los factores de riesgo conocidos explican menos de la mitad de los tumores de mama, cientos de ellos podrían evitarse, según el doctor Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM). Para ello hay que evitar el sobrepeso, llevar una alimentación rica en fibra y practicar ejercicio.
Un estilo de vida adecuado, que incluya la ausencia de tabaco y alcohol, la práctica del ejercicio, y una dieta baja en grasas animales y rica en fibra y aceite de oliva puede reducir los casos de cáncer en un tercio.
Así se deduce de los últimos estudios sobre prevención del cáncer de mama, recordó el doctor Pedro Sánchez Rovira, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital General de Jaén, durante el VI Simposio Internacional del GEICAM (Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama), celebrado recientemente.
El alto consumo de grasa animal proveniente de las carnes rojas y de la leche entera, ricos en grasas saturadas, incrementan la incidencia de cáncer de mama. Si la población redujera su consumo de grasa, sobre todo animal, a un 20 por ciento del total de calorías, y siguiera un estilo de vida sano, habría una disminución estimada de 33 por ciento de casos de cáncer de mama», comenta este experto.
El alcohol eleva el riesgo en toda la población, pero en especial en quienes tienen predisposición genética a padecer cáncer de mama y en mujeres posmenopáusicas tratadas con terapia hormonal sustitutoria, ya que incrementa el nivel de estrógenos circulantes y altera el equilibrio hormonal.
«El consumo elevado de alimentos procesados, debido a los métodos que se utilizan para cocinarlos (en escabeche, asados sobre ascuas, ahumados.) pueden constituir una fuente de radicales libres de oxígeno o de nitrógeno, sustancias promotoras de tumores, por los daños irreversibles que provocan en el ADN», advierte el doctor Sánchez Rovira.
También recomienda no consumir en exceso ácidos grasos poliinsaturados omega 6 (presentes en los frutos secos, el pollo, la uva y los aceites de maíz y girasol), ya que estudios efectuados en la Universidad Autónoma de Barcelona revelan que las dietas con un elevado contenido en estos ácidos «hacen que el cáncer evolucione más deprisa».
Otros factores de riesgo en el cáncer de mama son la edad, la menarquia precoz, la menopausia tardía, no haber sido madre o haber estado embarazada de manera tardía, el tratamiento hormonal sustitutivo o la toma reciente de anticonceptivos orales.
Aceite de oliva virgen y soja
En cambio, el aceite de oliva virgen tiene efectos protectores. «En los últimos años se han efectuado diversos estudios en España, Grecia e Italia en los que se concluye que existe una reducción del 25 por ciento en el riesgo de padecer cáncer de mama cuando se comparan mujeres que consumen grandes cantidades de aceite de oliva virgen con aquellas que consumen otro tipo de aceite o grasa», según este experto.
Por otro lado, hay que fijarse en la baja tasa de incidencia de cáncer de mama en la población asiática, atribuida en parte al consumo de soja, cuyos fitoestrógenos parecen proteger frente a los tumores relacionados con las hormonas, como el de mama.
El ejercicio físico tiene un efecto protector
En cuanto al ejercicio físico, un reciente estudio de la Universidad de Southern California, en Los Angeles, publicado en la revista Archives of Internal Medicine ha demostrado que las pacientes que hicieron una actividad intensa más de cinco horas a la semana tuvieron un 20 por ciento menos de riesgo de cáncer de mama invasivo y un 31 por ciento menos en fase temprana, en comparación con las que realizaban menos de 30 minutos semanales de actividad intensa.
«Estos resultados pueden deberse en parte a la influencia del ejercicio en el control del peso, ya que la obesidad es un factor de riesgo en el cáncer», afirma el doctor Miguel Martín.
Recomendaciones para prevenir el cáncer
A tenor de toda esta información, las recomendaciones del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) para prevenir el cáncer de mama son:
– Mantener un peso apropiado.
– Realizar una dieta variada y equilibrada.
– Reducir el consumo total de grasas y aumentar la proporción de ácidos grasos monoinsaturados como los presentes en el aceite de oliva virgen.
– Consumo de frutas y verduras con aumento del consumo de cítricos ricos en vitamina C y A y crucíferas.
– Consumo de hidratos de carbono complejos, aumentando el consumo de productos de grano entero, productos ricos en fibra y las legumbres.
– Reducir el consumo de sal en las comidas.
– Evitar o reducir el consumo de productos de escabechados, curados o ahumados.
– No tomar más de dos vasos pequeños de alcohol al día.
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