Menos dolor en el dentista

21Mar. 02

Un laboratorio en Vitoria ha desarrollado una técnica de regeneración de tejidos como dientes, huesos o piel que, entre otros, reduce el tiempo de recuperación en la extracción dental o en fracturas.

El laboratorio BTI en Vitoria ha desarrollado una técnica de regeneración de tejidos que reduce el tiempo de recuperación después de la extracción de dientes, en el tratamiento de fracturas y de personas con quemaduras, entre otras aplicaciones. Además, el mismo principio en el que se basa la técnica ha permitido el desarrollo de un producto bioactivo que mejora la integración en el cuerpo del paciente de los implantes dentales, prótesis de cadera, rodilla, etc.

Este avance, según sus artífices, es toda una revolución en su campo, por lo que no dudan en describirlo como «el mayor avance en regeneración ósea de los últimos 20 años y una gran evolución en el ámbito quirúrgico». De momento, según este laboratorio, ya son más de 20 los países que se han interesado en la patente.

Esta técnica es fruto de cinco años de trabajo del doctor Eduardo Anitua y ya ha recibido el certificado de aprobación de la Unión Europea para su utilización. Los resultados obtenidos hasta ahora en humanos han sido «extraordinarios», según sus responsables.

Una técnica sencilla

La técnica es sencilla, según el doctor Anitua, quien anima al resto de especialistas a adoptarla y comprobar sus sorprendentes resultados. Se basa en el principio de la medicina regenerativa, que consiste en estimular al organismo para que sustituya tejidos viejos, deteriorados o destruidos, por tejidos jóvenes.

«Basta con extraer una pequeña cantidad de sangre del paciente, se centrifuga y con ella se obtiene un plasma, rico en factores de crecimiento que, tras adquirir una textura gelatinosa, se coloca en el defecto óseo», explica este especialista. El coste material de la operación es muy barato y el proceso es indoloro para el paciente, según el doctor Anitua.

La técnica se desarrolló primero pensando en su aplicación en clínicas dentales, pero una vez terminada se comprobó que era posible aplicarla en más campos. En palabras de este médico vitoriano, con ella «se consiguen regenerar defectos óseos, tras extracciones dentales o extirpación de quistes», y añade que también es «una gran ayuda para poner implantes, fijar prótesis de cadera, rodilla o consolidar fracturas».

En cirugía oral, por ejemplo, relatan que han conseguido que una extracción dental cicatrice en menos de la mitad de tiempo y de una forma menos dolorosa, disminuyendo notablemente los riesgos de infección en fumadores y diabéticos.