Miedo al dolor

02Ene. 04

Un 44,9 por ciento de los pacientes se muestra nervioso antes de someterse a una intervención quirúrgica, un 14,9 por ciento está angustiado y un cinco por ciento tiene miedo o pánico, mientras que únicamente el 35, 2 por ciento se siente relajado, según un estudio de la Sociedad Española del Dolor (SED) y Boehringer Ingelheim.

Tras la operación, al preguntar a los pacientes qué diferencia existía entre el dolor que esperaban padecer y el que finalmente sufrieron, el 39,1 creía que iba a ser mayor, el 37 por ciento igual y el 23,9 menor. No obstante, «al despertar el 61 por ciento de los pacientes presentaba dolor, al cabo de una hora lo presentaba un 68 por ciento» de ellos y después de doce horas todos los pacientes padecían dolor, señala el el doctor Alberto Camba, secretario general de la SED.

El 24,2 por ciento de los encuestados opinaban que el tratamiento que habían recibido para paliar el dolor postoperatorio había sido muy bueno, un 55 por ciento lo calificaba como bueno, el 15,4 por ciento como regular, el 4,5 por ciento como malo y el 0,9 por ciento como muy malo. Pese a estas cifras, el doctor Manuel Rodríguez, presidente de la SED, critica que «todavía el español que se somete a una intervención quirúrgica sigue teniendo dolor, por la no existencia en la mayoría de hospitales públicos españoles de unidades de tratamiento del dolor agudo», ya que sólo un diez por ciento de los hospitales públicos poseen servicios de estas características.

El equipo de profesionales encargado del tratamiento del dolor en las tres horas posteriores a la operación es el servicio de anestesiología, pero va siendo sustituido progresivamente y 48 horas después sólo se ocupa del 30 por ciento de los pacientes. Sin embargo, el doctor Rodríguez cree que «el periodo donde mejor se trata el dolor del paciente es cuando está en la sala de reanimación», donde es atendido por los anestesistas, mientras que cuando es enviado a planta se le reduce la medicación. Por ello, recomienda que estos pacientes sean tratados en «unidades de dolor agudo que tendrían que ser llevadas por anestesiólogos».

Efectos secundarios

Sólo un 33,9 por ciento de los pacientes consideran que la calidad del sueño tras la operación es buena, pero en las siguientes noches este porcentaje va aumentando (40,5 por ciento en la segunda noche y 53,7 por ciento en la tercera). Entre los efectos secundarios de las intervenciones quirúrgicas destacan también la somnolencia, las náuseas y los vómitos, aunque «todo depende del tipo de cirugía» al que se haya sometido el paciente, indica el doctor Camba.

Respecto a la medicación, los profesionales de la medicina y la enfermería, al igual que los pacientes y sus familiares, mantienen «una serie de mitos» respecto a la administración de opioides (morfina, etc.), lo que conlleva que se administre a los enfermos dosis muy reducidas «que nos les hacen efecto», afirma el doctor Carlos Barutell, presidente electo de la SED.