Mimar nuestra espalda

16Jul. 04

Los problemas de espalda más frecuentes se producen como consecuencia de procesos degenerativos de las articulaciones (artrosis), malas posturas y accidentes deportivos o laborales.

Sin embargo, el dolor se puede prevenir siguiendo una serie de medidas:

-Llevar una vida sana (evitar el tabaco y el sobrepeso, etc.).

-Mantenerse físicamente activo.

-Practicar ejercicio (siguiendo las recomendaciones de los especialistas).

-No abusar de los medicamentos, sobre todo calmantes, ante la aparición del dolor.

-Seguir unas normas de higiene postural al realizar las actividades de nuestra vida cotidiana.

Posturas adecuadas

Para dormir es preferible acostarse boca arriba (manteniendo las piernas flexionadas) o de costado, pero con una almohada que permita que el cuello forme una línea recta con la columna vertebral. El colchón tiene que ser firme, pero no demasiado duro, porque, frente a la creencia generalizada, también podría resultar perjudicial.

En cuanto a la posición correcta para estar sentado, la silla tiene que ser baja (para permitir que los dos pies se apoyen en el suelo) y estar cerca de la mesa o el lugar de trabajo, porque de esta forma no es necesario inclinarse y puede mantenerse recta la columna. Si nos situamos frente a un ordenador, la pantalla debe estar a la altura de los ojos, para que no tengamos que torcer el cuello hacia los lados o arriba y abajo.

Tratamiento

En el caso de que ya se padezca dolor de espalda, es conveniente evitar someterla a un exceso de carga y deben seguirse realizando las mismas actividades físicas (lo que incluso puede reducir la duración del dolor). En cambio, no es aconsejable el reposo en la cama, puesto que puede entorpecer la recuperación y favorecer la reaparición del dolor.

La cirugía sólo se aplica a un uno por ciento de los pacientes, mientras que al resto se les suelen recetar analgésicos, en el caso de que el dolor no sea muy fuerte y afecte exclusivamente a la espalda. Si este tratamiento no tiene éxito el médico puede prescribir al enfermo antiinflamatorios (que no deben consumirse durante más de dos semanas seguidas) o relajante muscular (no debe mantenerse más de siete días).