26Ene. 07
Al contrario de lo que señalan muchos políticos, estudiosos y profesionales sanitarios, la Sanidad española no es ni la sexta mejor del mundo ni la más barata de Europa. Éstos son sólo dos de los mitos que José Luis Perona, ex Secretario de Estado de Sanidad y ex Presidente del Insalud, rebate en su libro Mitos y paradojas de la Sanidad en España, una visión crítica, presentado recientemente. Lee su entrevista y saca tus propias conclusiones.
En el libro, Perona subraya la necesidad de añadir rigor permanentemente a la evaluación que se hace de la sanidad española, rechazando visiones exentas de fundamento pero alimentadas y difundidas de forma interesada. El trabajo muestra también la complejidad del aparato sanitario en cualquier país porque tal y como el ex secretario de Estado de Sanidad afirma: «en Sanidad todo no es lo que parece, y, mucho menos, lo que se dice».
Los cinco mitos y las cinco paradojas que se analizan en este libro son producto de la selección que los propios miembros del Círculo de la Sanidad, patrocinadores del libro, hicieron a partir de la presentación de un amplio listado de posibles temas por parte del autor.
La investigación que se presenta está basada, fundamentalmente, en contribuciones originales del autor, derivadas de su continuada observación crítica de la realidad sanitaria española a lo largo de los últimos 25 años. Como él mismo destaca, «las aportaciones que se presentan en cada uno de los mitos y paradojas considerados son numerosas y el estudio posee un carácter claramente innovador». Además, su objetivo es «ofrecer un impulso hacia el mejor conocimiento de nuestra sanidad así como promover la posición crítica frente a la falta de autocrítica que a menudo con una autocomplacencia muy elevada caracteriza a las visiones de nuestra sanidad».
El informe cuenta, además, con el aliciente de incluir comentarios críticos y aclaratorios de la Consejera de Salud de la Generalitat de Cataluña, Marina Geli y del Consejero de Sanidad del Gobierno Vasco, Gabriel María Inclán.
Cinco mitos al descubierto
La Sanidad es incompatible con el mercado y con el beneficio. Este es un aserto de generalizada aceptación, que fundamenta la intervención pública en la Sanidad ante los defectos propios de los mercados sanitarios. En el libro demuestro que no es así puesto que una porción superior al 50% de todas las transacciones de Sanidad se realizan a través de mercado. Además, se evidencia que la sanidad constituye un importante yacimiento de empleo, por lo que sus «beneficios intangibles» en forma de cohesión social y estímulo de la demanda agregada trascienden al gasto sanitario.
España posee el sexto mejor sistema sanitario del mundo. Este mito surge de un informe de la OMS que fue recibido con expectación general y con justificable beneplácito en España, donde se repite constantemente desde entonces. De la mano de numerosas aportaciones éticas de la doctrina de expertos que destruyeron realmente la clasificación que presentó la OMS, que suspendió su publicación desde el año 2000, en el libro se demuestra que dicha afirmación no es cierta.
El gasto sanitario español es el más reducido de Europa. En el ibro se demuestra que no es así a base de corregir la determinación del gasto público por un lado y del privado por otro con base en tres elementos de mejora: el primero, rellenar los huecos numerosos que existen en nuestra matriz de gasto sanitario mediante estimaciones; el segundo, la puesta al día de los datos porque con datos antiguos se obtienen resultados inadecuados; el tercer elemento de mejora es la reestimación de ciertos datos de gasto sanitario, fundamentalmente privados con base en estadísticas de entes privados ajenos a la administración. Con todo ello llego a la conclusión de que el gasto sanitario de España está bastante por encima de lo que las cifras oficiales nos quieren hacer creer.
El número de consultas médicas por habitante en España es similar al de otros países. Con unas estimaciones concretas, sumando las consultas ambulatorias con las hospitalarias se llega a la conclusión de que nuestro nivel de consultas a médicos es mucho más elevado que en Europa. Somos el país más alto de Europa sin duda alguna, estando todas nuestras regiones por encima del número de consultas medias en Europa, excepto Cantabria.
El copago farmacéutico no es eficaz. Demuestro todo lo contrario, que es eficaz. Lo que ocurre es que no interesa trabajar en el ámbito de su operatividad tanto por la intrusión a los pensionistas como por el abundante consumo de fármacos en áreas de enfermedades graves que tiene un tipo de copago reducido. Al final el tipo de copago solamente opera en un 15 por ciento del mercado.
Y cinco paradojas…
El aumento del gasto sanitario no conduce siempre a mejores niveles de salud. Ésta es una paradoja que se examina y se fundamenta en el ámbito espacial porque vemos como los países con más gasto sanitario no tienen siempre mejor nivel de salud. Y luego en el aspecto temporal: demostrando que las subidas del gasto sanitario no han conocido siempre mejor nivel de salud.
Las urgencias no son muy urgentes. Nace de las afirmaciones del Informe Abril que mostraba que una porción mínima de urgencias son realmente urgencias, menos de un cinco por ciento; que casi un 40 por ciento son procesos banales pero apreciados por el paciente como urgentes; y el otro 50 por ciento son «mecanismos de cortocircuito » para ingresar en el hospital saltándose las listas de espera. Pongo al día estas cifras desde el Informe Abril y en el libro confirmo en plenitud que una proporción muy alta de las urgencias españolas no son tales y se derivan de lo que puede llamarse una cultura de urgencias que ya denunció el Informe Abril y que sigue vigente. En una comparación internacional vemos que un porcentaje mayor de españoles va a urgencias en relación con los otros países comparativos y que los que acuden a urgencias en España lo hacen más veces al año que en el extranjero.
A mayor exigencia hospitalaria mayor gasto. La sanidad pública, al igual que otros sectores del estado de bienestar, se caracteriza por tener que afrontar, con recursos finitos, una demanda casi ilimitada. Esta situación obliga a los gestores a introducir criterios de eficiencia para garantizar que, dentro de sus posibilidades financieras, los dispositivos sanitarios resuelvan los problemas de salud al mayor número posible de pacientes. Pero tan recomendable curso de acción provoca, a menudo, efectos contrarios a la lógica, como la paradójica elevación del gasto cuando se aplican medidas directamente destinadas a incrementar la eficiencia. Trato de demostrar como un gestor que reduce el nivel de estancia media en su hospital acaba gastando en el ejercicio más dinero que si no hubiese tomado esta medida de eficiencia. Entonces lo que ocurre es que está olvidando que con esta actuación se reducen las listas de espera y podría llegarse incluso a veces a la reducción de camas.
Al bajar los precios crece el gasto farmacéutico. En España las medidas generales de reducción de precios farmacéuticos no se han visto acompañadas por una reducción del gasto farmacéutico. En el libro examino esta paradoja en toda su plenitud y entiendo que las medidas de reducción de precios no son siempre tan efectivas como pretende quién las lleva a cabo.
Los funcionarios públicos prefieren la asistencia privada. Se desarrolla en el campo de la mutualidad de los funcionarios públicos y muestra un análisis muy profundo y completo en el que cada año los funcionarios tienen posibilidad de elegir entre privada y pública y eligen la asistencia privada en un 80 por ciento de forma creciente lo que se manifiesta tanto en cifras globales como en las segmentaciones por edad, regiones, clase social.
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