Más de cuatro millones de españoles sufren trastornos funcionales digestivos, una alteración crónica sin causa aparente que causa dolores abdominales, estreñimiento crónico o incontinencia anal. La mayoría de ellos no recibe un diagnóstico hasta al cabo de cinco años.
Más de cuatro millones de españoles sufren trastornos funcionales digestivos, una alteración crónica sin causa aparente que causa dolores abdominales estreñimiento crónico o incontinencia anal, según ha explicado el director del Servicio de Aparato Digestivo de la clínica Teknon de Barcelona, el doctor Fermín Mearin.
Este especialista y su equipo acaban de presentar los resultados del primer estudio sobre la prevalencia de estos trastornos en nuestro país. Según sus conclusiones, entre el 10 y el 15 por ciento de la población sufre algún tipo de trastorno funcional digestivo aunque la mayoría de ellos no recibe un diagnóstico hasta el cabo de cinco años. El síndrome de intestino irritable o los cambios en el hábito deposicional durante un tiempo prolongado son algunos de estos trastornos con más incidencia, afectando a una de cada diez personas, mayoritariamente, mujeres de entre 30 y 50 años.
El papel del estrés
Un tema polémico en el tratamiento médico de los trastornos funcionales digestivos es la prescripción de antidepresivos, que en algunos casos no está justificada en opinión del doctor Mearin, o no es la única solución. Ciertamente, el estrés es uno de los factores desencadenantes y los expertos consideran que colectivos sometidos a una gran presión psicológica tienen más posibilidades de sufrir esta patología crónica. Pero no es el único factor.
Según este especialista del Centro Médico Teknon, el tratamiento farmacológico contra el estrés, la ansiedad o la depresión es sólo una parte del abordaje, pero opina que «un error que se ha cometido en los trastornos funcionales digestivos, como se cometió en su día con la úlcera, es considerarlo sólo un problema psicológico» y añade que «sin duda los trastornos psicológicos forman parte de los trastornos funcionales digestivos pero no son la única causa, en ningún caso».
Por ello, el doctor Mearin afirma que su equipo prefiere «hacer un tratamiento con más terapia psicológica y menos farmacológico en cuanto a la depresión y ansiedad y más farmacológico respecto a las dianas de movilidad y sensibilidad digestiva», detalla.
Según el doctor Mearin, los afectados por estos trastornos suelen tener tres factores en común: alteraciones de los movimientos gástricos, una hipersensibilidad en el estómago y en el intestino y una gran influencia de los factores psicológicos. Ante esta situación, este especialista considera que estos pacientes deben ser tratados por un equipo multidisciplinar, haciendo un correcto diagnóstico del origen del problema.
En este sentido, el doctor Mearin recordó que para establecer un diagnóstico de trastorno funcional digestivo es imprescindible haber descartado previamente lesiones orgánicas o bioquímicas. Pero también lamentó que en muchos hospitales «muchas veces es difícil hacer este diagnóstico correcto por falta de recursos». Por ello, pidió a las autoridades sanitarias una mayor concienciación por los trastornos gástricos y sus consecuencias en la población afectada.
Estos trastornos pueden afectar severamente a su calidad de vida. Comprenden un espectro amplio que va desde la molestia leve hasta el dolor altamente incapacitante. «Algunos de estos pacientes tienen un dolor que les impide realizar un trabajo normal, tener una vida laboral normal y unas relaciones personales y sexuales normales», lamentó este especialista del Centro Médico Teknon, quien rogó a sus compañeros de profesión que se tomen más en serio estos trastornos.
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