Las víctimas potenciales se elevan a diez, tras conocerse que cuatro pacientes del Hospital Princesa de Madrid murieron en sesiones en el que se utilizón el mismo dializador. Tres pacientes más fallecieron en Barcelona, pero de momento las autoridades sanitarias no relacionan sus muertes con las de Madrid y Valencia.
Un mismo dializador fabricado por la empresa química Baxter es hasta ahora el único punto de conexión entre las muertes de pacientes que recibían hemodiálisis ocurridas en Valencia y Madrid. Por ello, el Ministerio de Sanidad ha decidido inmovilizar de forma cautelar los lotes de este producto de la serie Althane A-18, a la que pertenecían los dializadores utilizados en los hospitales de Valencia y Madrid, donde ocurrieron las muertes.
Según Baxter, el lote al que pertenecían los dializadores sospechosos había llegado sólo a tres hospitales españoles: el Virgen del Consuelo de Valencia, donde seis muertes dispararon la alarma; el Hospital Princesa de Madrid, donde ahora también se investigan cuatro muertes más entre el 15 y el 18 de agosto durante sesiones con el mismo dializador; y el Hospital Clínico de Barcelona, donde se ha informado de tres muertes en el mismo mes, aunque de momento no se han relacionado con el dializador sospechoso, pues eran enfermos graves.
Baxter dice que no hay relación probada
La empresa sueca Baxter, por su parte, ha difundido en un comunicado que no existe «hasta el momento» una evidencia que relacione el uso de los dializadores A-18 con el fallecimiento de los doce pacientes. Sin embargo, la compañía afirma que ha retirado los lotes «voluntariamente» como «medida de precaución». Y subraya que otros pacientes que han utilizado los mismos dializadores en los mismos hospitales «han sido tratados con normalidad».
Los resultados de los análisis que esta empresa ha realizado a los lotes inmovilizados «no han revelado por el momento ninguna anomalía en sus productos» afirman en otro comunicado los portavoces de Baxter. La empresa también afirma «lamentar profundamente» los fallecimientos de los pacientes y muestra su disposición para colaborar «plenamente para investigar cualquier implicación potencial de los productos y para salvaguardar la seguridad de los pacientes».
Sin embargo, desde Sanidad se critica que la empresa no alertara antes de las muertes al ministerio, y que no inmovilizara los lotes sospechosos hasta que se le ordenó. La empresa justifica el retraso afirmando que «desafortunadamente, la mortalidad de pacientes en diálisis es muy elevada», pues fallecen alrededor de 250 pacientes cada mes en nuestro país, en total unas tres mil personas de las 17.000 que reciben diálisis en España, por lo que no se levantaron antes sospechas sobre un posible fallo.
La reacción de las autoridades sanitarias se ha extendido a otros países como Francia, donde la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Productos de la Salud también ha solicitado a Baxter la retirada cautelar de los dializadores Althane A-18.
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