Niños con problemas de crecimiento

29Mar. 07

Nueve de cada diez niños con retraso de crecimiento uterino recuperan su estatura normal en la edad adulta. Éste es el principal resultado de un estudio del Instituto de Investigación del Hospital Universitario Vall d´Hebron de Barcelona, coordinado por el doctor Antonio Carrascosa.

¿Beber más leche o practicar actividad física influye en el crecimiento de nuestros hijos? El doctor Antonio Carrascosa, del Hospital Universitario Vall d´Hebron de Barcelona, nos desvela las claves para que nuestros pequeños alcancen la mayor altura posible y de manera más saludable. Recientemente acaba de publicar un estudio para prever, desde el útero de la madre, la evolución de crecimiento que tendrá el bebé hasta la llegada a la edad adulta.

«La mayor parte de estos niños con bajo crecimiento intrauterino crecen de manera normal y alcanzan la media de la población pero existe un diez por ciento que no», advierte el doctor Carrascosa. En estos casos, «hay que detectar qué parámetros determinan estas diferencias, qué niños se prevé que recuperarán la altura y cuáles no, con el objetivo de corregir y de tratar, siempre que sea posible, este retraso del crecimiento», explica el doctor Carrascosa.

Tengan retraso del crecimiento en el útero de la madre o estén dentro de la normalidad, «cada niño tiene un ritmo de crecimiento propio, desde que nace hasta la edad adulta», recuerda este especialista. Eso lo vemos yendo a una clase, donde aún siendo todos los niños de la misma edad, son de alturas diferentes.

De hecho, «en los primeros años de vida, las diferencias pueden ser de varios centímetros, mientras que en la edad adulta puede variar hasta 30 centímetros de una persona de otra», añade el doctor Carrascosa.

Causas del retraso en el crecimiento

Actualmente, «a través de unas tablas podemos ver si el niño está dentro de los límites de crecimiento normal y saber si su curva de crecimiento se acelera -tiene un patrón de crecimiento alterado por exceso de crecimiento- o si la curva se enlentece -tiene un patrón de retraso de crecimiento por defecto», recuerda este especialista.

Si nuestro hijo se encuentra fuera de los límites de la normalidad -por exceso o poca altura para su edad- «hay que estudiar la causa». Por una parte, el médico «debe descartar que haya una enfermedad crónica que esté afectando a la absorción de alimentos, como un intolerancia al gluten (celiaquía)».

También «hay que asegurarse que la función renal o hepática son totalmente normales, ya que el riñón y el hígado son responsables de metabolizar los nutrientes que el organismo necesita y desechar los que no necesita; y si hay una mala función se produce una mala utilización de la energía y el primer síntoma de ello es un retraso en el crecimiento».

Si todo es «aparentemente correcto, hay que analizar si el niño tiene algún problema hormonal, concretamente un déficit de hormona de crecimiento o hay una falta de actividad biológica suficiente por parte de esta hormona para potenciar una altura normal». En estos casos, «se realiza unas pruebas para valorar esta hormona del crecimiento y se estudia al niño globalmente para ver si es susceptible de ser tratado o no con ella».

Este especialista recuerda que actualmente, «la administración de esta hormona es «muy segura» y «ayuda a que los niños alcancen la altura que genéticamente tenían pre-fijada», explica.

¿Cuánto calcio necesita mi hijo?

El crecimiento de una persona «es el resultado de la ´potencialidad genética´ que cada uno de nosotros tenemos», recuerda este médico del Hospital Vall d»Hebron. Pero para que esta ´potencialidad´ pueda darse sin limitaciones, «hace falta que el niño -en todas sus etapas, incluida la adolescencia- tenga un buen aporte de nutrientes y no padezca ninguna enfermedad crónica», añade.

En el apartado de la nutrición, el doctor Carrascosa desmiente que una alta ingesta de calcio haga que el niño crezca más. De hecho, «llevando una alimentación normal el aporte de calcio puede ser suficiente, siempre que haya unos buenos niveles de vitamina D, la responsable de que nuestro organismo pueda absorber ese calcio que necesita».

Más que para el crecimiento del niño, «el aporte correcto de calcio contribuye a que los huesos que se forman tengan una buena calidad ósea, de manera que podamos prevenir la osteoporosis en la edad adulta», matiza este especialista. Pero, «nunca hay que obsesionarse con el aporte del calcio, ya que con 400-500 centímetros cúbicos de leche al día -o productos lácteos- para los niños más pequeños y 250 centímetros cúbicos al día para el resto, es suficiente», añade.

Tampoco el deporte «va a hacer que un niño sea más alto que otro que es sedentario». Sin embargo, «está comprobado que cuanta más actividad física practica un individuo, mejor se produce el depósito de calcio y sales minerales en la matriz del hueso, es decir, la calidad ósea es mejor; se trata de una buena manera de anticiparnos a las fracturas por osteoporosis».

El deporte ayuda también «a prevenir la obesidad infantil y, por tanto, los problemas de huesos y articulaciones que conlleva el exceso de peso», añade rotundo este especialista.

Un estudio sobre el retraso del crecimiento intrauterino

El doctor Carrascosa ha estudiado la evolución del crecimiento de niños y niñas españoles que nacieron con un retraso del crecimiento intrauterino, y que a la edad de ocho años su crecimiento era inferior con respecto a la población normal para la misma edad y sexo.

«Se considera que entre el 85 y el 90 por ciento de los niños SGA (en inglés, «small for gestational age») alcanza, a los dos o tres años de edad, la altura media de la población. A su vez, entre un 10 y un 15 por ciento de los chicos y chicas SGA continúan con una talla claramente inferior con respecto al resto de la población en la edad adulta, si no reciben tratamiento con Hormona del Crecimiento (GH)», advierte este especialista.

En el caso de los chicos, la media actual de la altura en la edad adulta sería de 177,7 centímetros; y con una altura inferior a 165,3 centímetros, en el caso de un chico nacido SGA , se considera que no ha corregido ese retraso.

Por ello, «es importante detectar este 10-15 por ciento de niños SGA , que no llegarán a alcanzar una talla normal en la edad adulta, con el objetivo de corregir, si es posible, este retraso del crecimiento», concluye el doctor Carrascosa.