Niños que no controlan la orina por las noches

21Jul. 05

La enuresis afecta a un total de 287.000 niños entre los 5 y los 14 años de edad en nuestro país. Sólo un 10 por ciento de estos niños son tratados por el médico a pesar de que el 94 por ciento viven esta situación como un problema angustiante.

La enuresis nocturna es la emisión involuntaria de orina durante la noche después de los 5 años de edad, momento en el cual la mayoría de niños ya han adquirido el hábito de retención, control de esfínteres y micción voluntaria. La micción es un acto voluntario y complejo que se establece en el niño cuando está adquiriendo todos los mecanismos de aprendizaje.

Este trastorno afecta a un total de 287.000 niños entre los 5 y los 14 años de edad en nuestro país y sólo un 10 por ciento de estos niños son tratados por el médico a pesar de que un porcentaje muy elevado, el 94 por ciento, viven esta situación como un problema angustiante y les impide hacer una vida normal según datos del Instituto Urológico Madrileño.

La enuresis nocturna es más frecuente en niños que en niñas y afecta al 15 por ciento de los niños de cinco años, al diez por ciento de los niños de diez años y al 1-2 por ciento después de los 15.

Se distinguen dos tipos, la enuresis nocturna primaria si el niño nunca ha controlado la micción y secundaria cuando se produce una recaida después de un periodo de control de esfínteres de al menos seis meses.

Causas

Las causas de este problema son numerosas, puede ser por un retraso en la maduración del sistema nervioso y urinario, un déficit nocturno en la secreción de la hormona antidiurética, por alteraciones en la capacidad vesical o por una enfermedad orgánica asociada.

La herencia también tiene un papel importantísimo ya que este trastorno es tres veces más frecuente en niños en los que el padre o la madre tambien lo padecieron. Pero si los dos progenitores lo sufrieron en su infancia, el riesgo de que el niño la padezca es hasta de un 70 por ciento.

Se aconseja acudir al pediatra o al urólogo para que determine el origen del problema y pueda establecer la terapia más adecuada en cada caso.

Tratamientos

Los tratamientos pueden ir desde la administración de hormona antidiurética, fármacos anticolinérgicos, hasta la instalación de aparatos de alarma que avisan cuando hay un escape de orina. También se puede recurrir a la reeducación miccional o entrenamiento del suelo pélvico del niño a través de fisioterapia.

Otras medidas adicionales serían consumir menos líquidos por la noche, establecer el hábito de orinar antes de acostarse y mantener un horario miccional fijo durante el día. Además, todo ello puede completarse con apoyo psicológico, premiando al niño sus esfuerzos por levantarse seco. Pero sobre todo lo que no se debe hacer es presionar al niño ni castigarle si se orina en la cama.