No te dejes la cara en la carretera

10Oct. 03

En la actualidad, los accidentes en la carretera representan una de las causas más importantes en el aumento de la incidencia de traumatismos faciales. Esta afirmación se concreta en las palabras del doctor Fernando García Marín, del Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital San Rafael de Madrid, quien comenta que "un 72 por ciento de los accidentes de tráfico provocan lesiones en la zona de cabeza y cuello, y un 30 por ciento causan lesiones faciales".

Ante estas cifras, los cirujanos orales y maxilofaciales insisten en que la mejor medida de prevención es el uso del cinturón de seguridad, si se va en coche, y del casco, en el caso de llevar bicicletas y motocicletas. Además, recuerdan que en las carreteras no se debe bajar la guardia nunca, y mucho menos en verano, momento en que «las lesiones faciales provocadas por accidente de tráfico son más habituales», según el doctor García Marín.

En esta época, y especialmente en las zonas turísticas y costeras, aumentan las posibilidades de sufrir un accidente, ya que son más las salidas nocturnas y sube el uso tanto de vehículos como de motos de pequeña cilindrada y bicicletas.

Cinturón y casco siempre

Los consejos de seguridad de los cirujanos orales y maxilofaciales no van nada desencaminados, y coinciden con las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico. Desde este organismo se subraya que el simple hecho de abrocharnos el cinturón disminuye en más de un 40 por ciento el número de muertos y heridos en accidente de tráfico.

El cinturón cumple el doble cometido de proteger a quien lo usa tanto de salir despedido del vehículo como de impactar contra el parabrisas. Por ello, la normativa indica que deben utilizarlo todos los pasajeros de un coche, tanto si viajan en los asientos de delante como si lo hacen en los de detrás. Además, es importante no usar «pinza», ya que ésta sólo propicia que en caso de accidente la cabeza del pasajero impacte contra el parabrisas.

Por otro lado, para el doctor Miguel Burgueño, del Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital de la Paz de Madrid, «es recomendable que los motoristas usen un casco con mentonera, que cubra la cara por completo». La razón es que tienen que protegerse debidamente todos los huesos faciales, como resguardo que son del cerebro.

Para que sea eficaz y cumpla sus funciones tanto de aguantar los golpes como de absorberlos, el casco debe colocarse correctamente, no inclinado hacia delante ni hacia detrás, con la correa abrochada, y ajustado pero sin apretar ninguna zona de la cabeza. Además, no tiene que reutilizarse un casco que ya haya sufrido un golpe. Si se cumplen todas estas condiciones su utilización llega a reducir a la mitad las lesiones de cabeza en siniestros de tráfico.

En el caso de los niños, cabe decir que estos requieren de elementos de seguridad específicos. La población infantil tiene una vulnerabilidad mayor en los accidentes tanto por su aspecto y fragilidad física como por su comportamiento a veces móvil en el coche. Para compensar su debilidad, deben utilizarse sistemas de retención específicos, como sillitas, cucos o cojines elevadores, que sean modelos homologados y que se adecuen a la edad del niño. Si el coche no dispusiera de ningún dispositivo infantil, siempre es preferible que el niño utilice el cinturón de los adultos a que viaje sin ninguna sujeción.

Las lesiones

A pesar de las recomendaciones y de los avances en la seguridad de los vehículos, que incluirían factores como la mayor instalación de los airbag o el uso de parabrisas multilaminados, siguen dándose fracturas faciales. La más habitual, según indica el doctor Burgueño, es la de mandíbula, pero «cuando el traumatismo es grande (suele ser el caso de accidente en coche sin cinturón) puede haber otras múltiples facturas faciales: del maxilar superior o de los malares o pómulos», concreta.

Estas lesiones faciales se producen con frecuencia en pacientes politraumatizados, con lo que en el hospital suelen atenderse primero otros problemas considerados más importantes. El doctor García Marín se lamenta de esta situación ya que opina que en estos casos «los traumatismos faciales pasan inadvertidos pudiendo derivar en importantes secuelas de carácter funcional o estético». Por ello, concluye que lo más importante es hacer un buen diagnóstico cuando el paciente llega al hospital. Ahí, las nuevas técnicas como la tomografía computadorizada (TC) permiten una precisión diagnóstica muy elevada y facilitan la planificación quirúrgica.