Normas más estrictas sobre las donaciones de sangre

La Unión Europea aprueba normas más estrictas sobre el control de la sangre y permite que los países decidan si quieren remunerar las donaciones, atendiendo así la petición de países como Alemania - potente productor de hemoderivados - y Gran Bretaña, cuyas reservas de sangre se habían resentido tras la crisis del mal de las vacas locas.

La Unión Europea ha aprobado que los estados que lo deseen puedan remunerar las donaciones de sangre y ha acordado normas más estrictas en el uso de la sangre humana en las transfusiones, para prevenir los contagios de enfermedades como el mal de las vacas locas o el SIDA por sangre contaminada.

«Estoy satisfecho porque ahora disponemos de una solución que garantiza un abastecimiento suficiente», expresó tras la aprobación de las normas el comisario de Salud de la UE, David Byrne. Las medidas obligan a los 15 estados de la UE a hacer pruebas, poner etiquetas y hacer un seguimiento exhaustivo de la sangre destinada a transfusiones o productos medicinales.

Escándalos como las muertes por sangre contaminada con VIH en los años ochenta, o los más recientes casos de contagio del mal de las vacas locas en Gran Bretaña también por sangre contaminada, han forzado a esta reforma, tras aumentar la inquietud de algunos estados miembros de la UE sobre la inocuidad de las transfusiones de sangre, en vistas de la posible libre circulación del plasma entre los países.

Donaciones remuneradas

El Consejo de Ministros de Salud alcanzó también un acuerdo para que los países que lo deseen remuneren económicamente las donaciones.

La cuestión del pago era el principal escollo para la aprobación de la norma. Los países del sur, España entre ellos, y los escandinavos, apostaban por que la directiva estableciese la obligación de «gratuidad y voluntariedad» en las donaciones, como garantía máxima de fiabilidad desde el punto de vista epidemiológico.

Por el contrario, Alemania y Austria, con una fuerte industria de hemoderivados, y el Reino Unido, que precisa sangre del exterior para atender su demanda interna, se oponían de lleno a que la UE prohibiese la donaciones remuneradas.

Al final, se impuso la salida pactada días atrás en medios diplomáticos por la que la directiva «fomenta», pero no obliga al carácter voluntario y no lucrativo de las donaciones. «Los Estados miembros fomentarán las donaciones de sangre voluntarias y no remuneradas con vistas a garantizar que la sangre y sus componentes procedan en la medida de lo posible de dichas donaciones», recoge la norma.

La ministra española de Sanidad, Celia Villalobos, lamentó este detalle, pero valoró positivamente la norma «en su conjunto». «Se crea una situación de protección en Europa al nivel que España tiene ya», dijo la ministra. La directiva queda ahora pendiente de su aprobación por parte del Parlamento Europeo.